Lo bueno de sentirnos familia

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VERSIÓN INTERACTIVA

El Consejero Regional para América Cono Sur se encuentra en nuestro país, enviado por el Rector Mayor, para visitar las presencias y obras salesianas de nuestra congregación en Chile.

El P. Gabriel Romero conoció la espiritualidad de Don Bosco en el colegio salesiano de San Miguel de Tucumán, su ciudad natal. Allí, por años, fue animador de un grupo juvenil y sintió el llamado de Dios al sacerdocio.

“Sentí profundamente que el Señor me pedía ensanchar el corazón y entregarlo a muchos”, confesó en una entrevista a InfoAns en 2020.

Trabajar en comunidad

Realizó su formación y fue inspector de la Inspectoría de Argentina Norte. En 2020 fue convocado al Capítulo General 28 (CG28), donde fue elegido Consejero Regional para América Cono Sur.

Comenta que fue una experiencia “muy linda e interesante, que planteó los objetivos que el Rector Mayor dejó para la congregación y que en todas las inspectorías comenzamos a trabajar”.

Su principal responsabilidad es animar la misión salesiana en las inspectorías de Brasil (6), Argentina (2), Uruguay (1), Paraguay (1) y Chile (1).

Señala que los principales desafíos en nuestra región son la pastoral vocacional y cómo hacer explícita la propuesta a los jóvenes que sintonizan, viven y gozan la espiritualidad salesiana, junto con consolidar aún más nuestra vida de familia.

“Pienso que la región del Cono Sur es una de las que más han caminado en confiar responsabilidades de gestión a tantos laicos en nuestras obras, trabajar juntos y armar equipos. Creo que es el camino en que la Iglesia nos está orientando. Un trabajo menos individualista y más comunitario”.

Unidos por un puente

Su presencia en Chile se debe a su visita extraordinaria, con la que busca conocer nuestra realidad. Define su servicio como “un puente entre la región, el Rector Mayor y el Consejo General”. Para quienes no están familiarizados con el término, el P. Gabriel lo explica con claridad. “La visita se trata de conocer cómo viven y trabajan los salesianos en conjunto con los laicos, jóvenes animadores y grupos de la Familia Salesiana presentes en la Inspectoría. Se trata de escuchar la voz, necesidades e historias de las personas, valorar lo bueno y sugerir algunas líneas o caminos para el futuro”.

Uno de sus objetivos es dar a conocer el espíritu del CG 28, encuentro a nivel mundial que profundizó en la identidad de los salesianos consagrados, y que sirvió para intensificar el acompañamiento juvenil a través de una mayor presencia entre los jóvenes y la vinculación entre religiosos y laicos en la misión compartida.

Dar testimonio

Durante marzo, abril y mayo recorrerá nuestra Inspectoría, comenzando con la presencia salesiana de Magallanes y concluyendo con la comunidad educativa pastoral de El Patrocinio de San José, en Santiago. Se reunirá y conversará con los hermanos consagrados, laicos corresponsables de misión, comunidades locales y organismos de animación y servicio.

Envía un mensaje a la Familia Salesiana de Chile: “Quisiera agradecer la variedad y pluralidad de los grupos de la Familia Salesiana en este país. Es una gracia de Dios y un trabajo de tantos laicos y salesianos que colaboraron para que estos grupos crezcan”.

“Los animo a seguir trabajando más como familia en las consultas y encuentros. Estos son espacios que alimentan nuestra vida y nos hace muy bien sentir que somos familia, que no estamos solos, sino que todos sintonizamos con este carisma que nos regaló Dios en Don Bosco”, agrega.

Su invitación es a ser justamente ese fermento que Don Bosco pensó. “Que en distintos lugares entreguen su testimonio como salesianos en cuanto al buen trato con los demás, que sonríe, ayuda y se compromete con los jóvenes más pobres”.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Karina Velarde, periodista

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