La comunidad educativo-pastoral del Centro Educativo Salesianos Talca (CEST) se reunió para vivir una significativa Celebración Litúrgica de Navidad, instancia que permitió disponerse espiritualmente para contemplar el misterio del Emmanuel, Dios con nosotros.
La celebración se inició con una motivación inicial, acompañada de un audio alusivo al tiempo navideño, que invitó a la comunidad a situarse simbólicamente a la sombra del portal de Belén. A través del canto y la oración, profesores y asistentes de la educación fueron acogiendo este tiempo como una oportunidad para renovar la fe y la vida comunitaria.
Uno de los momentos centrales fue la Acción de Gracias, donde distintos miembros de la comunidad educativa ofrecieron su oración, expresando gratitud por la cercanía de Dios, por el don de la infancia, por el nacimiento de Jesús en los corazones y por la esperanza y salvación que trae al mundo. Este gesto fue acompañado por el uso del incienso, signo de la oración que se eleva a Dios.
Posteriormente, la presentación del pesebre invitó a caminar junto a María y José, preparando el corazón como morada viva para el nacimiento del Señor. Con el ingreso solemne de las imágenes y el canto del Tamborilero, la comunidad se dispuso a contemplar el misterio de la Encarnación desde la sencillez y la fe.
La Proclamación de la Palabra estuvo marcada por la escucha atenta del Evangelio según San Lucas, proclamado por el padre David Albornoz, director de la Presencia Salesiana en Talca, quien también compartió la homilía, profundizando en el sentido de la Navidad como encuentro con un Dios cercano, que se hace niño para traer paz, amor, esperanza y salvación.
Otro momento profundamente significativo fue la entronización del Niño Jesús, gesto que simbolizó la acogida de la Buena Noticia en la vida personal y comunitaria, renovando el compromiso de vivir una Navidad auténtica y centrada en Cristo.
La celebración continuó con la Oración de los Fieles, donde se elevó una súplica especial por los educadores y sus familias, por los frutos del año vivido y por quienes atraviesan momentos de dolor, pidiendo consuelo y esperanza ante el nacimiento del Salvador.
La comunidad confió su preparación navideña a la Virgen María Auxiliadora, recibiendo la bendición final que invitó a vivir vigilantes en la fe, alegres en el servicio y comprometidos con el amor en la familia y en la vida cotidiana.
Posterior a esta celebración, la Comunidad se reunió en torno a un desayuno fraterno.

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