La comunidad educativa del Liceo Camilo Ortúzar Montt se reunió en el Templo Parroquial Sagrada Familia para vivir una emotiva Eucaristía y Ceremonia de Premiación de los cursos de Kínder A y Kínder B. Fue un momento de gratitud y alegría, en el que celebró el cierre de una etapa fundamental en la vida escolar de los niños.

La ceremonia, presidida por el P. Héctor Vásquez, estuvo marcada por la oración, cantos y entrega de certificados que simbolizan el término de la educación parvularia y el inicio de un nuevo camino en la enseñanza básica. Además, se reconoció a los estudiantes que se destacaron en distintas áreas, inspirados en figuras salesianas como Domingo Savio, Miguel Magone y María Auxiliadora, recordándonos que la educación es siempre un espacio de crecimiento integral.

La educadora del Kínder A, Luz María Contreras, compartió un mensaje lleno de emoción y gratitud: “Se está concluyendo una etapa hermosa vivida en conjunto con los estudiantes. Llegaron pequeños, curiosos y a veces tímidos, pero nos enseñaron mucho a sus educadoras. Llenaron nuestros días de risas, preguntas inesperadas y abrazos, creando momentos memorables que permanecerán en nuestro corazón.

"Hoy están preparados para avanzar al primer curso de primaria, y aunque puedan sentir miedos o curiosidad, queremos recordarles que ustedes pueden, siempre pueden: aprender, inventar, equivocarse y volver a empezar, soñar tan alto como quieran. Gracias por permitirnos ser parte de su infancia y por cada abrazo, dibujo e historia compartida. Nos despedimos con el corazón lleno, confiando en que María Auxiliadora los seguirá acompañando en cada paso de su camino.”

Por su parte, la educadora del Kínder B, Claudia Valenzuela, expresó con ternura y orgullo: “Mis queridos niños, hoy vivimos un momento muy especial. Este curso comenzó mucho antes de este año, cuando muchos de ustedes llegaron por primera vez a Prekínder con curiosidad, entusiasmo y sueños. Desde entonces los hemos visto crecer, aprender a ser más seguros, autónomos y felices. Ha sido un privilegio acompañarlos en cada sonrisa, descubrimiento y aprendizaje.

"Me siento profundamente orgullosa de todo lo que han logrado: desde sus primeras letras y números hasta la capacidad de cooperar y cuidar a sus compañeros. Han crecido en todos los sentidos y eso realmente nos llena de alegría. Gracias por permitirme ser parte de su historia.”

La ceremonia también fue ocasión para agradecer a las familias, quienes con su presencia y confianza han acompañado cada paso de sus hijos. La educación es un camino que se construye entre todos, y sin su apoyo nada de esto sería posible.

Se destacó además el compromiso y dedicación de todo el equipo educativo, quienes con paciencia, cariño y vocación hicieron de este año una experiencia enriquecedora y llena de aprendizajes.

Con esta celebración, los niños concluyen una etapa llena de ternura, energía y descubrimientos, y se preparan para iniciar su primer año básico. Nos despedimos con la certeza de que cada uno seguirá brillando con su propia luz, confiando en que María Auxiliadora los guiará y acompañará siempre. “La educación es cosa del corazón, y sólo Dios es su dueño.” San Juan Bosco