La comunidad educativo pastoral del Liceo Camilo Ortúzar Montt (COM) celebró la tradicional Eucaristía de despedida de los estudiantes de Octavo Básico, un encuentro lleno de fe y emoción que marcó el cierre de su enseñanza básica y el inicio de un nuevo camino en la educación media.
La ceremonia contó con la masiva presencia de padres, familiares y amigos, quienes acompañaron a los jóvenes en este momento tan significativo. Cada signo litúrgico, oración y ofrenda presentada reflejó el esfuerzo, valores y aprendizajes adquiridos durante estos años de formación.
El P. Héctor Vásquez, Representante Legal del COM y presidente de la Eucaristía, junto al P. Sergio Astorga, Director del colegio, recordaron a los estudiantes los dones recibidos y a proyectarlos en la nueva etapa que comienza. Inspirados en Don Bosco, recordaron la importancia de cuidar a las familias, mantenerse firmes frente a los desafíos de la sociedad y convertirse en agentes de cambio positivo.
El padre Sergio Astorga compartió un mensaje profundo sobre la esencia del proyecto educativo salesiano: “Como comunidad salesiana, inspirados en Don Bosco, les recordamos la esencia de nuestro proyecto educativo: fe, razón y amor. Fe para creer en Dios y en el valor profundo de cada joven; razón para educar con diálogo y normas claras y justas; y amor para que nuestros estudiantes nunca se sientan solos, sabiendo que siempre tendrán adultos que los acompañen incluso cuando se equivoquen. Este camino exige responsabilidad y esfuerzo".
"A los padres y apoderados les pedimos coherencia y acompañamiento constante, porque este cierre no es un adiós, sino un seguir caminando juntos. Que quienes continúan en el colegio lo hagan con renovado compromiso, y quienes parten hacia otros lugares lleven consigo los valores aprendidos. Que Dios bendiga e ilumine a cada joven en esta etapa tan importante de su crecimiento. Como nos recuerda María en Caná: ‘Hagan lo que Él les diga’. Ese será nuestro lema educativo para el 2026: educar desde el corazón, para ser libres y servir.”
La misa no fue solo un acto de despedida, sino también de celebración. Las emociones se hicieron presentes al ver a cada estudiante junto a sus familias agradeciendo por el camino recorrido. El templo, completamente lleno, fue testigo de la alegría, fe y unidad que caracterizan a la comunidad educativa.
En este ambiente, los estudiantes recibieron los mejores deseos de sus profesores y familias, quienes los animaron a enfrentar con valentía y compromiso la nueva etapa que comenzará en 2026.
Esta Eucaristía marcó el final de la enseñanza básica, pero también el inicio de un futuro lleno de oportunidades. Con valores como la fe, la solidaridad y el compromiso como base, los jóvenes están listos para afrontar el siguiente capítulo de sus vidas, confiando en que la luz de Dios y el acompañamiento salesiano seguirán guiando sus pasos.