Educador salesiano apasionado por el Evangelio

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Luis Patricio Alvarado Soto cruzó por primera vez las puertas del PSJ en 1981. Ingresó como profesor de matemáticas y religión. Desde entonces han pasado casi 42 años de labor educativa y evangelizadora abnegada, con un corazón en las aulas, aún hoy, en su rol comorector laico del colegio, traspasando la fe a los más jóvenes.

Luis ha colaborado con gran compromiso en fortalecer en el Patrocinio los rasgos identitarios de los ambientes salesianos:
casa que acoge, escuela que prepara para la vida, parroquia que evangeliza y patio para encontrarse con los amigos.

“Han sido muchas generaciones de estudiantes a los cuales hemos acompañado y educado. Mi contribución a la Congregación está especialmente en la catequesis, en los libros de religión, que durante años se escribieron con salesianos y laicos, que han trabajado juntos educando la fe de tantos niños y jóvenes”, confiesa.

Enseñar con fe

El deseo de ser educador cristiano se lo debe a la parroquia de su barrio, Nuestra Señora de Fátima, de la comuna de Indepen-
dencia, cerca de la Plaza Chacabuco. Allí, donde fue monitor y catequista de Confirmación, nació su pasión por llevar el Evangelio a otros jóvenes y convertirse en profesor.

Estudió Pedagogía en la Pontificia Universidad Católica de Chile y luego se especializó en Pastoral Educativa en el Catequé-
tico junto a grandes profesores, entre los que destaca el salesiano P. Mario Borello.

“Me llamó mucho la atención la forma entretenida con la que enseñaban los salesianos y ese apego al mundo de los jóvenes… Me cautivó la imagen de Don Bosco, su figura campesina, sencilla, pero soñadora”.

Tras nueve años como rector del Patrocinio, considera su servicio como punto de encuentro de la comunidad educativa. “El rector tiene que conducir los procesos pedagógicos pastorales en la escuela, generar espacios para que los estudiantes y profesores puedan desarrollarse llevando adelante el proyecto educativo-pastoral salesiano”.

Sin miedo a soñar

¿Qué escuela sueña?, le pregunto. “Sueño que la misión de Don Bosco se siga actualizando. Él enseñó el camino, tenemos una herramienta que es el Sistema Preventivo, llave que puede abrir los corazones de nuestros estudiantes y familias. Tenemos todas las herramientas para soñar una escuela salesiana actual, inclusiva, con equidad y posibilidades para todas las personas”.

En la actualidad, el 70% de la matrícula del colegio viene de comunas más sencillas, que han descubierto en la pedagogía sa-
lesiana un espacio para crecer como hijos, estudiantes y familia. “Estamos llevando adelante el sueño de Don Bosco. Él quería que las personas más modestas se encontraran también con una educación de calidad”.

El poder de la religión

Considera que Don Bosco era un adelantado a sus tiempos. Aspiraba a la inclusión de todos, especialmente de aquellos más
postergados, excluidos o alejados”. Al igual que a nuestro Padre Fundador, lo mueve la pasión por la educación que nace en el
corazón del Evangelio.

“La religión es un instrumento muy poderoso de educación, porque entrega valores, ayuda a crecer en lo espiritual, a estar más atento para ayudar al prójimo, a generar vínculos sociales. La fe, amor, diálogo y amabilidad son pilares muy actuales, porque son elementos que se tienen que utilizar para cautivar a los jóvenes en un ambiente educativo que les permita ser protagonistas”.

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Por Karina Velarde, periodista

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