Soñar como Don Bosco

Entrevista - Carolina

VERSIÓN INTERACTIVA

“Antes de formarte en el vientre te elegí”, frase del libro de Jeremías, define la vida y vocación de Carolina Alfaro, quien a los 36 años es rectora del Colegio Domingo Savio de San Ramón.

Profesora de Matemáticas, llegó en 2017 a la comunidad educativa pastoral de la Zona Sur de Santiago. Allí se desempeñó como coordinadora de Pastoral durante tres años y en 2019 asumió como rectora.

En sus propias palabras es salesiana desde el vientre de su madre, porque la primera vez que se encontró con María Auxiliadora, en el patio del Don Bosco de La Cisterna, frente a la imagen de la Virgen de la Pileta, su mamá estaba embarazada de ella.

Su familia siempre ha estado inserta en los patios salesianos. Su hermano mayor es exestudiante del Liceo Manuel Arriarán Barros. Sus padres participaron de las experiencias en el Espíritu EME y EPE en la parroquia salesiana de La Cisterna, y ella, en la Casa Juvenil.

“Así fui conociendo la vida salesiana, siendo testigo y destinataria del sistema preventivo. Si hoy estoy acá, es porque Don Bosco me salvó a través del testimonio de salesianos y laicos que han dado su vida por este sueño de formar buenos cristianos y honestos ciudadanos”, expresa.

Hija y hermana

Su padre falleció cuando tenía 16 años y desde ese momento que el Santo de la Juventud es sinónimo de paternidad. “La vida me fue entregando muchos padres y dentro de ellos están los salesianos. Lo que me cautiva de Don Bosco es cómo a través de sus hijos va impregnando esta paternidad que también es de Dios”, reflexiona.

“Es Dios quien va hablando a través de Don Bosco, es Él quien habla a través de los salesianos que están en el patio, y nosotros sus hijos, los afortunados de recibir ese amor. ¿Cómo no me iba a sentir amada?”.

Estuvo en discernimiento a la vida religiosa, pero a través de un ejercicio espiritual descubrió su vocación laical y de educadora. “Hoy me siento invitada a encontrarme en el patio con los chicos y hacerles sentir que son amados, porque fui destinataria de eso”, comenta.

Se siente agradecida de la congregación, porque en conjunto con su familia han formado la mujer que es hoy. “Para mí es un honor trabajar con ellos, porque esta es la misión compartida que tenemos. Hoy me siento hija, pero también hermana de los salesianos, y creo que la vida nos ha permitido caminar en eso. Me siento profundamente afortunada de soñar lo mismo que ellos. Fue Dios quien armó este camino”.

Su rol es un llamado a acompañar y amar a los jóvenes al igual que Don Bosco. “Ser educador pastor es tomar la mano, caminar; pero no es mirar por el joven, no es caminar por el joven, sino que sea él quien camina”.

Felices en el tiempo y en la eternidad

Le tocó gestionar y animar a la comunidad durante un estallido social y el Covid-19, pero recuerda que el mayor dolor que vivió durante los últimos años fue el fallecimiento de un estudiante en pandemia.

“Eso remeció a la comunidad educativa. Sin embargo, nos volcó a confiar en Dios y creo que son desafíos que el Señor encaminó, que no los he llevado sola como rectora, sino que con la comunidad, equipo directivo, educadores y comunidad religiosa”.

En el aniversario 70 del colegio, Carolina se siente satisfecha de ser parte de esta historia salesiana. “¿Cómo no sentirse orgullosa de esta historia que es salesiana, que reúne la evangelización y la educación? Un binomio que para mí es lo esencial en la vida. Segundo, ¿cómo no sentirme orgullosa de ser la primera mujer rectora acá en este colegio?”.

En 2024 se celebra el bicentenario del “Sueño de los nueve años” de Don Bosco, que marcó la vida y misión de nuestro Padre Fundador. ¿Qué sueña Carolina para los jóvenes del Domingo Savio?

“Lo mismo que Don Bosco, que ellos sean felices en el tiempo y en la eternidad. Sea lo que deseen ser y hacer, pero que sean felices”. finaliza.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Karina Velarde, periodista

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