Hacia una pastoral juvenil con vocación ecológica

Huertos en casa 24

En las consideraciones programáticas del Capítulo General 28, el Rector Mayor nos solicita tener presente el “Acompañamiento a los jóvenes hacia un futuro sostenible”. Tenemos evidencias de lo que acontece en nuestro país a propósito de la sequía y la contaminación ambiental que nos dañan a todos.

La ONU revela que entre 350 y 500 catástrofes de mediana y gran magnitud de las últimas décadas -incluyendo sequías, temperaturas extremas e inundaciones- aumentan a causa del cambio climá- tico provocado por la acción humana. Llama a “transformar nuestra complacencia colectiva en acción” y sacar a la humanidad de esta “espiral de autodestrucción” (El Mercurio 26 de abril, 2022, A.10).

Un nuevo pobre ha surgido entre nosotros. Se trata de la tierra, nuestro planeta y casa común, que sufre innumerables injusticias, distintos tipos de explotación por parte del hombre moderno. Y esto no podrá perpetuarse. La hermana tierra tiene otra manera de responder, muy distinta a la queja de los pobres e, incluso, a la protesta de Dios.

Los jóvenes gritan por el cambio

El Papa Francisco denuncia que los mismos jóvenes están pidiendo un cambio radical y “se preguntan cómo se puede pretender construir un futuro mejor sin pensar en la crisis ambiental y en los sufrimientos de los excluidos” (Laudato Si).

En la misma línea, vemos un sentido reclamo de Don Ángel Fernández al sostener: “Pero no es menos cierto que el planeta tierra está sangrando desde hace décadas, y la contaminación se está cobrando cada año muchas más vidas que el Covid-19, y esto no se toma tan en serio”.

En nuestro país vemos, por ejemplo, el sufrimiento del mundo campesino y de la región Norte Chico, de sus ganados y sus pequeñas empresas. Se sienten desolados.

La preocupación es permanente. Han sido tan recurrentes las situaciones de calamidad ambiental que parece haberse apoderado de nosotros una especie de adormecimiento de la conciencia y sensibilidad social. O un cierto estoicismo con la expresión “así está la situación”, “está más allá de mi responsabilidad”.

Se nos invita, particularmente a quienes tenemos una responsabilidad en el campo educativo (familias, escuelas, parroquias, MJS, etc.) a una “conversión ecológica” (Laudato Si) que afecte no solo la economía y política, sino también la vida social, las relaciones, la afectividad y la espiritualidad.

Conversión y espiritualidad ecológicas

Dos aspectos importan desarrollar con mayor profundidad en la relación educativo pastoral: Reconstruir las bases de una nueva antropología por medio de una profunda y sincera ‘conversión ecológica’ y ‘espiritualidad ecológica’. Esta nueva mística debe difundirse entre todos para replantearnos no sólo paradigmas tradicionales como progreso, desarrollo, economía y paz, sino también nuestro trato con el planeta tierra. Sólo así podremos erigir un hombre nuevo que tenga en cuenta al prójimo y la naturaleza.

Se requiere volver a reflexionar la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ (2015), en la que propone las «virtudes ecológicas» para esta nueva antropología humana que debe mirar a las próximas generaciones: “…Es urgente vivir y practicar la conversión ecológica, cambiar nuestra manera de pensar y actuar con relación a la naturaleza, porque de otro modo afrontaremos sólo los síntomas que aquejan gravemente nuestra hermana tierra]. […] Pasar del consumo al sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir, en una ascesis que “significa aprender a dar y no simplemente renunciar” (LS. Francisco 2015: n. 8-9).

Propuesta a la Pastoral Juvenil

¿Qué podemos hacer en nuestras comunidades a lo largo del país? Como educadores y pastores no podemos ser indiferentes a esta realidad, por lo que hacemos nuestra la propuesta del Rector Mayor: “Escuchando el grito mundial de tantos jóvenes de hoy, los SALESIANOS NOS COMPROMETEMOS a DAR TESTIMONIO CREÍBLE, personal y comunitariamente de CONVERSIÓN en el cuidado de la Creación y en la Espiritualidad Ecológica”.

Para ello, destacamos dos aspectos a los que nos invita Don Ángel Fernández:

• Hacer de nuestras escuelas, centros educativos, campus universitarios, oratorios, parroquias, modelos educativos en el cuidado del ambiente y de la naturaleza. En la educación debemos incluir como opción salesiana la acción en favor de la Creación: cuidado de la naturaleza, del clima y del desarrollo sostenible.

• Extendemos la red de instituciones salesianas que se incorporarán a la Don Bosco Green Alliance, promoviendo la participación de jóvenes en campañas globales en favor del sostenimiento de las causas ambientales y ecológicas para el cuidado de la Creación y de la vida humana”.

Si damos cauce operativo desde las unidades educativas, estaremos a la altura de los desafíos que se nos pide. Es el mensaje y programa que quiere ser expresión de los latidos de la Congregación hoy en todo el mundo.

Debemos generar espacios dentro de nuestros ambientes salesianos para que los contenidos que el documento del Papa (LS) y diferentes estudios que ya están en curso alimenten el currículum de estudios, programas, propuestas formativas y experiencias significativas con el mundo infanto-juvenil.

Por Equipo Inspectorial de Pastoral Juvenil

Deja un comentario