Editorial 213

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Queridos hermanos de la Familia Salesiana:

La crisis sanitaria que vivimos es también social y sistémica, y está repercutiendo de forma aguda en la salud mental de muchas personas. Afrontarlo exige un enfoque global del problema, empezando por las tendencias culturales que propician las actitudes relacionales negativas.

Está bastante claro que se ha instalado un ambiente alarmista que no favorece la salud mental, sobre todo de los más vulnerables. A menudo, las noticias tienen un sesgo muy negativo. El rector mayor nos ha invitado a vivir desde la esperanza y hacer opciones que nos ayuden a generar un bienestar personal y comunitario.

A nivel emocional es necesario reforzar la empatía como recurso imprescindible en las relaciones entre las personas. Es la fraternidad a la que el Papa Francisco nos invita en Fratelli Tutti. Debemos tratar de ponernos en el lugar del otro y saber que podemos experimentar vivencias similares a las suyas, así como fortalecer el interés por los demás, para asegurar un clima afectivo positivo y construir relaciones duraderas. No aislarnos. Esta actitud implica una disciplina que renuncia a juzgar a los demás, e invita a explorar otras posibilidades para permitir adaptarnos a un futuro contexto nuevo.

A nivel cognitivo/espiritual es importante leer la realidad a la luz de la fe, discernir los signos de los tiempos y estimular nuestra atención, concentración y memoria. Posiblemente sea de ayuda intensificar los momentos de oración y de toma de autoconciencia. La meditación diaria desde la Palabra de Dios. Así como la contemplación de todo aquello que nuestro entorno natural y humano nos brinda.

A nivel de actitudes, buscar actividades que aporten bienestar (leer un libro, hacer deporte o preparar una buena comida). Conviene practicar la paciencia, saber esperar y dejar tiempo para que las sensaciones incómodas pasen, no luchar contra ellas, ni huir, sino aceptarlas y saber convivir con ellas.

En estos momentos es importante en nuestra vida cotidiana asumir varios puntos de vista en toda su amplitud y comprender el filtro mental que a menudo aplicamos para interpretar la realidad. Nuestra fe nos ayuda a interpretar la realidad desde la Pascua de Cristo, lo que juega un papel central en las actitudes y decisiones.

El mal no vence, la muerte es vencida por la resurrección y si vivimos la cruz con el Señor y nos abandonamos en los brazos del Padre, la fuerza del Espíritu nos transformará.

Que María, nuestra buena madre, nos ayude a observar la realidad y a los otros con los ojos de misericordia, para percibir la parte positiva y superar las visiones negativas que hacen de los otros solo una amenaza y un factor de riesgo.

Con afecto, P. Carlo Lira Airola, Inspector

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