Tedeum Ecuménico: un signo profético del cardenal Silva Henríquez

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El secretario ejecutivo de la Fundación cardenal Raúl Silva Henríquez, Nello Gargiulo, este 27 de septiembre, en la fecha del natalicio del Cardenal Raúl Silva Henríquez, hace memoria de una de sus singulares y proféticas iniciativas, haciendo vínculo con la convocatoria del papa Francisco a un “Pacto educativo global” por la casa común.

Tedeum en latín significa A “Ti Dios” y ecuménico con su raíz griega “tierra habitada”. Esta última expresión desde la promulgación de La Encíclica “Laudato Si”, evoluciona hacia un concepto de “Casa Común” y la corresponsabilidad de todos a cuidarla tomando conciencia, en primer lugar, que los degradas que en los últimos decenios se han hecho evidentes con los repentinos cambios de Clima. El “grito de la tierra” en la “Laudato Si” involucra no solo el cosmos como hábitat, sino la realidad misma de la humanidad, que parece estar perdiendo el rumbo de su vocación a la plenitud tanto material, como espiritual. En esta línea el Papa Francisco, convoca para el 14 de mayo 2020 a un evento mundial en la línea de “Reconstruir un Pacto educativo global”.

El propósito justamente va en la línea de reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, promoviendo la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, de un diálogo constructivo y de mutua comprensión. El Santo Padre en esta convocatoria precisa que para que este diálogo sea efectivo y adecuado, es necesario construir un verdadero camino educativo a partir de una red abierta de relaciones humanas y generando un lugar en donde se comparta en la diversidad y que esté saneado de la discriminación, con la introducción de la fraternidad. Aquí cita el documento firmado con el Gran Imán de Al-Azhar, en Abu Dabi en febrero de este año. Una apertura más allá del ecumenismo tradicional con las Iglesia Cristianas. Aquí las grandes religiones por la paz están incluidas en el desafío común. Todas las grandes Religiones en su esencia están a favor de la paz.

La fraternidad, este tercer principio de la Revolución Francesa. Muy olvidado y con fuertes amenazas cuando la dignidad de las personas humanas es golpeada y la libertad amenazada y menospreciada. Hay grandes vacíos para entrar, como los otros dos principios la libertad y la igualdad, a ser parte de las Constituciones de muchos países. Sin embargo, hay signos que reclaman volver a retomarlo como el instrumento para que la solidaridad sea efectiva y eficaz. La solidaridad entre las generaciones requiere un camino educativo para el cual las Instituciones Educativas. Los investigadores estando siempre a la convocatoria del Papa, podrán comenzar a poner en marcha en los caminos de la educación, un diálogo fecundo iluminado por el principio de la convivencia fraterna y con esto promover recorridos de formación adecuados para las diferentes circunstancias.

Sin duda el Tedeum del 18 de septiembre 2019 ha sido un momento que, en la diversidad y con un espíritu fraterno, ha creado un ambiente de estímulo y de esperanza para la sociedad chilena. En los agradecimientos a Dios del Administrador Apostólico de Santiago Mons. Celestino Aós -mencionando la diversidad, la buena disponibilidad de los componentes la sociedad chilena- se han unido también a las palabras de perdón y adhesión de los representantes tanto de las Iglesias Cristianas más importantes de Chile, como la del Rabino y del Imán respectivamente representante de la comunidad judía e Islámica de Chile.

Un momento con fuerte componente emocional, acompañado por los hermosos cantos del coro de Música Religiosa del Arzobispado de Santiago con el canto de inicio, “Ven Señor de las altas Montañas” como el canto mismo del Tedeum y al finalizar el Himno Nacional. Una ceremonia que en esta oportunidad ha tenido sintonía con aquellas palabras del teólogo e intelectual inglés el recordado Beato Cardenal Jhon Newman: “Co raed cor loquitur” “el corazón habla al corazón”. Una “receta” la de Neuman que en el mundo de hoy tiene buenos motivos para hacer repensar el método mismo de una educación con sentido: pensar con la Inteligencia los temas que la razón pregunta a la Fe y dejar al mismo tiempo la comprensión de los grandes misterios al Corazón mismo.

No menos profético también, ha sido Don Raúl cuando en su “Sueño de Chile” -haciéndose cargo de interpretar el alma de su amada Patria después de haber indicado los pilares sobre el cual construir el país que sueña - eleva con el corazón su mirada al Creador y hace desprender de la paternidad de Dios, los caminos de la fraternidad: un país fraterno es posible solo cuando se conoce la paternidad bondadosa de nuestro Dios.

FUENTE: Comunicaciones Conferencia Episcopal de Chile

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