Entrevista a Enrico Marinucci: Mayor involucramiento en las obras sociales

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La dimensión social del carisma es uno de los acentos del trabajo de la Congregación Salesiana durante este año. La opción es la resultante de un proceso en el que se distinguen varios hitos que hacen sinergia para ampliar la presencia del servicio, hoy con una posición protagónica en la educación escolar formal y el mundo pastoral.

Los esfuerzos son diversos y trabajan en paralelo, como el megaproyecto que se está desarrollando en Alto Hospicio (páginas 26 y 27 de esta edición), pero hay un empeño de carácter transversal que está orientado a generar un cambio de mentalidad en el trabajo de los proyectos y la cooperación internacional.

Han transcurridos dos años desde la llegada a Chile de Enrico Marinucci, miembro de la ONG italiana salesiana “Voluntariado Internacional para el Desarrollo” (VIS). A través de la estructura de una Oficina de Planificación y Desarrollo (OPD) su esfuerzo principal -nos explica- es ayudar a acortar distancia entre lo que hace la Congregación y las obras sociales, con proyectos de fuerte identidad salesiana, generados no para necesidades temporáneas, sino para una misión de mediano y largo plazo que logre impactar en la vida de niños y jóvenes.

Cuando llegó a nuestro país en 2015 recibió varias necesidades que atender. Entre los diferentes proyectos que se trabajaron se abocó, en primera instancia, a la Fundación Centro Comunitario Laura Vicuña de Puerto Montt (CENLAVI), particularmente la escuela especial, una de las dos iniciativas que anima.

“Pudimos fortalecer una obra que ya marchaba bien. Había que afinar algunas cosas, en particular la refacción de la cancha techada y de los ambientes internos, así como la profesionalización de la escuela. Gracias a un proyecto se pudo contratar a una kinesióloga, una fonoaudióloga y un psicólogo”.

No ha sido el mismo caso con Fundación Don Bosco -nos señala- porque los proyectos de esta institución no obedecen a una obra salesiana, sino a instituciones como el Servicio Nacional de Menores (Sename). “Cuesta fortalecer proyectos que no tengan una identidad específica salesiana… Por eso, creo que es una gran noticia el nombramiento del P. Víctor Mora como presidente de la Fundación. La opción hace pensar que se está apostando más por la identidad".

El trabajo de la consecución de recursos de fondos internacionales está en tensión permanente con el esfuerzo por asumir un modo de hacer y una mirada de largo plazo que responda a las mismas opciones de la Congregación.

“Todavía cuesta entender que los proyectos no nacen de exigencias temporáneas, sino que están enmarcados en una misión a mediano y largo plazo donde se vislumbran metas y objetivos. Se debe ir mucho más allá de las necesidades puntuales como la construcción o reparación de una infraestructura”.

Si la tarea es la construcción de una infraestructura, señala Enrico, no hay que perder de vista que hay llenarla de contenido, “Y, en ello, los proyectos nos ayudan a entender que se requieren metas que contribuyan a la promoción del desarrollo humano”.

Si bien se han logrado avances, señala, favorecidos por las opciones de la congregación manifestadas en el último capítulo, todavía falta camino por recorrer. “La señal de un presidente salesiano en la Fundación Don Bosco es un primer paso, pero no basta; es necesario que los salesianos se involucren aún más en las obras sociales”.

El gran desafío de hoy, señala Enrico, es la articulación de una oficina de proyectos que abarque, de manera transversal, lo social, educativo, pastoral, recreativo, etc., de manera que exista más integración para que los niños y jóvenes vulnerables no solo reciban atención momentánea, sino que puedan comenzar un proceso de cambio de vida.

Enrico continuará trabajando para favorecer este proceso en Chile. Dice sentirse muy bien luego de este primer tiempo. “Los primeros años sirven para conocer mucho. En el trabajo también influye eso. Hay que adaptarse al contexto, conductas, las maneras de trabajar... el problema de vivir en Chile es que después uno se encariña demasiado. Siempre he encontrado personas amables y que hacen grato el trabajo y la vida. Estoy sumamente agradecido con todo lo que me ha dado este país y la gente”.

Por Vicente Fritz, Periodista

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