Desde hace 100 años la obra salesiana en Tucumán no ha dejado de crecer

El centenario de la Congregación Salesiana en Tucumán, es una fecha hondamente significativa para la historia social, religiosa y cultural de Tucumán. Dos sacerdotes, un tirocinante y tres coadjutores llegaron a Tucumán el 11 de febrero de 1916. Nadie sospechaba la dimensión que adquiriría con el paso del tiempo. Aunque ya podía conjeturarse lo que los salesianos eran capaces de hacer: lo habían demostrado desde 1875 –año de su llegada a la Argentina- en la vasta tarea de evangelización en la Patagonia.

Hacia el 1880, el gobernador de la Provincia, Miguel M. Nougués, impactado por la obra salesiana en un viaje que hizo a Montevideo, gestionó ante el superior de la orden salesiana la creación de una casa en Tucumán. Se le contestó que era imposible. Sin embargo, luego de varios años, los primeros salesianos llegan a Tucumán: el Padre Lorenzo Massa, el P. Federico Della Vedova, el tirocinante Luis Portella y los coadjutores Eustacio Vaquero, Saturnino Eugui y Juan Sassano, reciben como donación un “Asilo de Artes y Oficio General Belgrano” del Padre Zavaleta. “Reina en la casa la mayor pobreza – escribía en las crónicas – y no está en condiciones de que funcione en ella un colegio salesiano. Solo lleva el nombre de Artes y Oficios, pues consistía en un taller de escobas y un taller muy rudimentario de carpintería. Vivian 30 niños huérfanos”. Así fueron los comienzos.

El asilo pasó a llamarse Colegio Salesiano Gral. Belgrano de Artes y Oficios y el 25 de abril, con tan sólo 2 meses, se inauguraban los nuevos talleres. Se hizo un gran acto en el que estuvo presente el Gobernador de la provincia, el P. Inspector José Vespignani. Para esa fecha el colegio contaba con 35 internos-artesanos; con unos 120 externos divididos en 5 grados; y frecuentaban al oratorio unos 200 niños.

100 años después, la obra Salesiana en Tucumán continúa siendo una obra muy significativa. “Desde entonces en adelante, la obra salesiana en Tucumán no ha dejado de crecer. Generaciones de niños y adolescentes se educaron en sus colegios. El modo de ser de estos sacerdotes, de fácil trato con la juventud y auténtica vocación de servicio, les daría enorme popularidad, y su influencia en Tucumán ha sido de incalculable significación”

Fuente: InfoANS

ANS_Tucuman
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