P. Heriberto Cabrera: “Hay que saber vivir bien el presente, porque es lo único que tenemos”


A sus 46 años y luego de 22 de servicio misionero en África, el salesiano chileno P. Heriberto Cabrera cree profundamente en lo imperioso de vivir el presente. Reconoce que con el tiempo aparece la tentación de creer que se tiene respuesta a todo, sin embargo, en lo cotidiano logra descubrir que no es así.

Además de visitar a su familia en la Región de Valparaíso, el P. Heriberto ha forjado la valiosa costumbre de dialogar con la Oficina de Información Salesiana cada vez que visita Chile, para compartir con la familia salesiana acerca de su experiencia misionera.

Este 2013 está cumpliendo el séptimo año en la Isla Mauritius, hasta donde fue destinado luego de un largo período en otra isla: Madagascar. Continúa como Director de la comunidad a la que pertenece, que la integran además otro sacerdote y un coadjutor.

Aunque cada vez más consolidado, sigue siendo un desafío y un trabajo de ascesis asumir el abrupto cambio que vivió con la destinación a Mauritios, de pasar a trabajar con grandes cantidades de personas a la realidad actual, muchísimo más pequeña.

“Es una ascesis aprender a trabajar y aceptar grupos chicos. Cuando se está acostumbrado a números grandes, acostumbrarse a cantidades más pequeñas también es una conversión, descubrir que tiene su sentido, que esos chicos también tienen derecho a Dios”.


Lo único que tenemos es el presente

Otra arista de reflexión respecto del cambio de lugar de misión, es el empeño y cuidado de no dejar el corazón en el pasado ni proyectarlo al futuro.

“Hay que tener proyectos, pero hay que saber vivir bien el presente, porque es lo único que tenemos. No hay que colocar el corazón en el futuro. Yo creo que eso es lo que enseña el hecho de cambiar de país”.

“No hay que vivir diciendo que va a pasar cuando… en el hipotético. El hipotético hay que saber que existe y si uno puede lo planifica, pero hay que vivir bien el presente, porque si no, le quita el gusto al presente”.


Dejarse sorprender

La experiencia de trabajar en varios países, con varias personas y durante tantos años, asoma lo que llama la “rigidez” de creer que se tiene respuesta a todo.

“Hay que dejarse sorprender por la gente, por los niños. Hay que escucharlos y no dar la respuesta ya hecha, aunque sea la buena respuesta”.

Para “no perder la mano” en el empeño de dejarse sorprender, todas las semanas se da tiempo para acompañar personas, momento en el que se dedica a escuchar. También con los alumnos, a quienes permite entrar a su oficina cuando quieran. “Los alumnos pasan, se sientan, si quieren se toman un café, luego se van a clases. No necesitan agendar una hora para conversar conmigo”.


Una difícil tarea

En diciembre del año pasado el P. Heriberto tuvo que encabezar la última etapa de un delicado proceso: el cierre de dos de los tres colegios salesianos y trasladar el tercero a otras dependencias.

A pesar de los esfuerzos por mantenerlos, el cuerpo docente de los colegios cerrados no adhirió a los principios pedagógicos y de gestión salesiana, situación que dio razón a la medida.

Cuando no se aplican las directrices salesianas, el colegio pierde sentido para nosotros. Hay principios de gestión, pedagógicos y orientaciones pastorales básicas que no podemos transar”.

Después de un año de llevar a efecto esta tarea, no exenta de varias dificultades, sin sabores y faltas de entendimiento por parte de algunos de los actores involucrados, se ha evaluado la decisión como un rotundo acierto. “Fue complicado pero hoy todo el mundo está contento”.

El actual colegio es técnico, atiende a 123 alumnos, imparte enseñanza en francés, idioma más usado junto con el criollo – aunque en Mauritios el oficial es el Inglés –y ofrece cinco especialidades: Electrónica aplicada a sistemas domésticos, Sistemas Mecánicos Automatizados, Mecánica Automotriz, Cocina y Pastelería y Soldadura.


Trabajamos con los laicos porque así tiene que ser

Otra reflexión en el ámbito educativo que comparte el P. Heriberto es el modo que hoy es imaginada de la Escuela, diferente de antaño, dado el trabajo con los laicos.

“No trabajamos con los laicos porque somos pocos los salesianos, trabajamos con los laicos porque así tiene que ser. Lamentablemente el hecho de que hayamos disminuido nos ha hecho tomar conciencia, pero debimos hacer eso mucho antes”.


Una batalla ganada

Después de varios años de esfuerzos, la Escuela Salesiana logró un derecho hasta entonces negado: que los títulos técnicos sean aceptados por el Gobierno. Los alumnos ahora pueden acceder a un examen que, aprobándolo, los certifica.

Dado que el nivel de la escuela salesiana es superior a las escuelas del gobierno, no es una valla de mucha dificultad para los muchachos.


La opción siempre por los que tienen menos acceso

Uno de los rasgos del ADN salesiano –si pudiéramos llamar tal-  es el de buscar crecer y mejorar todo cuanto es posible, cuestión que el P. Heriberto ha procurado en su gestión, pero con el cuidado de no perder de vista lo más importante, los jóvenes.

Es por ello que se ha negado sistemáticamente a la petición de sus profesores de elevar el nivel del título que entrega la escuela a los muchachos, deseo que se ha vuelto natural con la buena gestión lograda, pero que obligaría a cambiar de destinatarios.

“No queremos que el colegio sea de un nivel muy alto como título, pero que sí de buena calidad, porque no queremos cambiar destinatarios. Cuando un colegio es bueno tiende a subir el estándar. Siempre tengo presión de mis colegas para ello, pero me opongo porque queremos llegar al público que no tiene acceso y para elevar los diplomas ya no podríamos optar por ellos”.


Aporte ámbito académico

Si bien sus múltiples responsabilidades no le permiten seguir nutriendo el prolífero trabajo de investigación y producción de libros pastorales, igual se las arregla para colaborar en el ámbito académico, particularmente con el curso que dicta en la Universidad de Laval, Canadá, una vez al año, a los alumnos de primer año de Doctorado de Teología Práctica.


Francisco

Al igual que muchos, el P. Heriberto está muy contento por lo que está suscitando el Papa Francisco, particularmente la esperanza que entrega, sin embargo, este modo que se considera nuevo en la Iglesia, señala que no es tal, porque una parte importante de la Iglesia es así.

“Esto que se considera original, existe ya en la Iglesia, no es una cosa nueva. Lo que es nuevo es que un Papa lo haga o un Papa lo diga. La cercanía y palabras que tocan el corazón de la gente lo he visto en muchos sacerdotes y obispos”.

Al mismo tiempo, considera muy oportunos los cambios que está intentando, especialmente lo relacionado con la Curia y la administración económica del Vaticano. “Si concretara esas dos cosas para mí ya sería mucho”.

 

Fuente: Oficina de Información Salesiana – OFISA

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