MJS: Un Regalo para la Iglesia. Ayer, hoy y siempre

EDICIÓN INTERACTIVA

En 2024 estamos de fiesta. Como Familia Salesiana celebraremos 50 años del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) en Chile, experiencia que nació con las primeras Colonias Villa Feliz realizadas en enero de 1974.

Comenzaba 1974, habían pasado pocos meses del golpe de Estado y muchas familias y niños se encontraban con miedo. En ese contexto, un grupo de jóvenes salesianos e hijas de María Auxiliadora organizaron un oratorio como lo hizo Don Bosco.

El P. Emilio Pastori, párroco del templo Sagrada Familia de Macul, junto al P. Hugo Strashburger, le presentaron la idea al P. Sergio Cuevas, inspector de los salesianos en Chile aquel año, quien accedió a la iniciativa.

Sor Berta Castillo, Sor Teresa Allende, Sor Geraldine Angeli, Sor Gladys Vilches y Gladys Farfán fueron algunas de las hermanas que participaron de la actividad, que buscó dar una respuesta concreta al llamado del cardenal Raúl Silva Henríquez hacia los jóvenes de reanimar la pastoral juvenil en la Iglesia chilena y testimoniar al país que, ante el dolor, era posible una luz de esperanza.

Regalar 15 días de juventud

“Nueva La Habana” fue el sector elegido para efectuar el oratorio, lugar de campamentos populares que necesitaba monitores para llevar a cabo la tarea. Para ello, estudiantes de colegios salesianos e hijas de María Auxiliadora fueron seleccionados para regalar 15 días de su juventud.

Se realizaron dos colonias: una con varones y 150 monitores y otra de damas, con 150 monitoras. Entre ambas se atendió a 600 niños.

El P. Hugo Strahsburger recuerda: “Eso fue realmente un sueño, una aventura, una locura salesiana al estilo de Don Bosco y de Madre Mazzarello. Nos unimos y fuimos a la fuente de donde hemos nacido los salesianos y salesianas, en medio del pueblo pobre, sirviendo a los niños y jóvenes, haciendo de la parroquia y colegio un lugar de atracción y veraneo”.

Las colonias abrieron el apetito pastoral de jóvenes y monitores, quienes pensaban que la experiencia no debía terminar. Entonces, el P. inspector, junto al equipo de Pastoral Juvenil, decidieron hacer un Movimiento Juvenil Salesiano. Y los muchachos aceptaron inmediatamente. Así nació el MJS, de la experiencia de Don Bosco.

Un movimiento en salida

Fue tanto el impacto de las Colonias Villa Feliz de Macul que la experiencia se extendió por el país como servicio a la Iglesia Católica en Chile. Así, el MJS salió al encuentro de nuevas fronteras y desafíos.

Para Sor Berta Castillo, la experiencia carismática de las colonias la ayudó a ver su vocación como hija de María Auxiliadora.

“Fuimos una fuerza carismática en la Iglesia chilena y en nuestras congregaciones. Somos de la primera generación que sirvió con alegría a los jóvenes de ese sector, pero también hemos servido durante 50 años a los distintos jóvenes de Chile a través de las colonias Villa Feliz, a los más pobres, carentes y necesitados”, expresa.

Algo parecido le sucedió a Mauricio Hernández, exestudiante del Centro Educativo Salesianos Alameda, parte de la primera generación de animadores junto a sus hermanos. Agradece mucho la experiencia, porque marcó su vida.

“Participé hasta 1982. Fue una experiencia que me hizo crecer y sirvió en mi vida personal y profesional. Nos dio el sentido del servicio pastoral y una buena formación humana”.

Agradece mucho la formación de los salesianos, quienes confiaron en ellos cuando aún eran muy jóvenes. “Teníamos 15 años; ellos nos dejaron y fuimos capaces de hacernos responsables, porque después fuimos a hacer esta experiencia en Magallanes. Quedamos a cargo de las colonias en Puerto Natales y Porvenir”.

“Esa formación que me entregó fue maravillosa y para la vida, asumir experiencias y hacer cosas distintas con y para los jóvenes”, agrega.

¿Su sueño? Que esto se proyecte por 50 años más, porque estos servicios son los que ayudan a que la gente se sienta parte del pueblo de Dios y a una Iglesia al servicio de las personas.

“Donde haya jóvenes que quieran evangelizar a otros jóvenes, será posible que este movimiento siga existiendo y motivando a tantos otros a encontrar el sueño de su vida y hacerlo realidad, porque uno se motiva junto a otras personas que también tienen un anhelo, esperanza y sueño”.

Jóvenes como protagonistas

Las Comunidades Apostólicas Salesianas (CAS) son fruto de las primeras Colonias Salesianas Villa Feliz realizadas en Macul. Son conformadas por jóvenes que siguen a Cristo como modelo de vida y comparten con otras personas su fe al estilo de Don Bosco y María Mazzarello.

Su Proyecto de Vida centra sus bases en la vivencia comunitaria, trabajo apostólico y Espiritualidad Juvenil Salesiana.

Gabriela Riquelme fue coordinadora nacional de CAS entre 2005 y 2009. Su casa pastoral fue el Centro Educativo Salesianos Alameda. Comenzó como monitora, cuando aún iba al colegio.

Siempre le llamó la atención la confianza que los salesianos depositaban en los jóvenes. “Veían en ti algún liderazgo que en ese entonces uno no lo descubría del todo, pero te animaban. Nos daban tareas con mucha responsabilidad”.

“Las primeras experiencias de colonias y oratorios, ser asesora de comunidad y acompañar el proceso completo de los jóvenes junto con los papás reforzaron mi vocación social. Porque esta lógica de responsabilidades exige ser testimonio. Honrando el ser buenos cristianos y honestos ciudadanos”, expresa.

Confiesa que en la actualidad es cuando más le hace sentido la frase de Don Bosco: “No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta que son amados”.

“A veces tenemos todos las mismas posibilidades, pero hay algo en la historia que cambia tu vida rotundamente. El ser amable es también otra manera de amar, desde la familiaridad y respeto al otro”.

Su actual trabajo como coordinadora regional de Los Lagos de la Fundación Educere, junto a su experiencia previa en Fundación Don Bosco, la han hecho entender lo importante del Sistema Preventivo en la vida de los jóvenes.

“Don Bosco se da cuenta de que en las cárceles ya no hay mucho que hacer, sino que debemos ir hacia atrás. Debemos ser actores vivos. No mirar desde la otra vereda, sino empatizar y hacer algo concreto”.

Sus deseos para el MJS en sus Bodas de Oro es que no pierda su centralidad en Cristo. “Es lo que Don Bosco también esperaba de nosotros. Ser testimonio vivo de esta formación desde la alegría y respeto. No debemos perder nunca de vista la empatía con el otro, no solo en su sufrimiento, sino también en sus alegrías”.

¡Felices 50 años, MJS!

El lanzamiento oficial de las actividades de los 50 años del MJS se realizó el 31 de enero de 2024, en la Fiesta de San Juan Bosco, importante conmemoración que contempla múltiples actividades durante el año.

La celebración se pensó en variadas dimensiones o aristas, por el carácter integral de nuestra propuesta pastoral, como las celebrativas y deportivas, donde destacan CampoBosco 24 en conjunto a las hijas de María Auxiliadora y las Olimpíadas Salesianas.

También se contempló una dimensión litúrgica y carismática con grandes celebraciones. La primera se vivió el 31 de enero con el lanzamiento oficial de las actividades. Pero, durante el año, habrá otras instancias importantes en la Fiesta de María Auxiliadora (24 de mayo) y Día de la Fidelidad (16 de agosto).

Otra dimensión es la histórica. Se quiere hacer un registro con el testimonio de personas que estuvieron en los orígenes de este movimiento, con el fin de dar gracias a Dios por lo vivido. También se registrará la experiencia de los jóvenes que recién comienzan su camino en el MJS.

“Deseamos proyectarnos y soñar. Estaremos en sintonía con el rector mayor que nos invitó a reflexionar sobre el sueño que San Juan Bosco tuvo a los nueve años. Somos hijos de un padre soñador y queremos soñar con un MJS para los jóvenes que vienen”, expresa el P. David Rivera, delegado inspectorial de Pastoral Juvenil.

“Sabemos que somos herederos no solo de la historia del MJS, sino también del carisma salesiano y de una propuesta cristiana. Esto nos hace sentir parte de una familia y, por lo tanto, a cada uno nos toca colaborar con un granito de arena, con un pequeño ladrillo, para que las posteriores generaciones puedan gozar también de lo que nosotros hemos recibido”, agrega.

Padre David, ¿qué significan para la Congregación y Familia Salesiana estos 50 años del MJS?

“Tiene un significado muy grande. No solo por la historia del movimiento en Chile. Estos 50 años representan mucho para la Congregación en el mundo. Todos sabemos que, como concepto, el MJS tiene su origen en las Colonias Salesianas Villa Feliz del año 1974. Entonces, un grupo de jóvenes, junto a religiosos y religiosas, trató de contribuir y responder a una necesidad imperiosa de la sociedad de esa época. Y la respuesta fue mucho mayor a la que esperaban. No solo se realizaron con éxito las colonias, además se conformaron comunidades. Fue tan potente ese concepto, que luego se extendió a toda la congregación a nivel mundial. Fuimos pioneros a nivel internacional”.

El programa de actividades contempla también un Congreso Sinodal de Jóvenes. Todo en el marco del Sínodo de la Sinodalidad…

“Queremos que la participación de los jóvenes no sea pasiva, sino que la vivan como protagonistas. Por eso se ha pensado en este Congreso Sinodal de Jóvenes que tendrá tres expresiones. Primero, una local, en la que se realizarán consultas y en la que se darán a conocer las distintas perspectivas. Después, jóvenes representantes locales participarán en una dimensión zonal, donde pondrán en común lo reflexionado. Para, finalmente, terminar en un Congreso Nacional de Jóvenes que hicimos coincidir con la reunión anual de los asesores del MJS (segunda semana de mayo).

Todo esto en el marco de la dimensión proyectiva de la celebración de los 50 años. La idea es proponer nuevas líneas de trabajo que estén en relación con lo que el Señor nos está desafiando para este tiempo”.

A modo personal, ¿cómo ve los próximos 50 años? ¿Cómo los sueña?

“Es una pregunta difícil, porque las primeras personas que comenzaron con las Colonias Villa Feliz buscaban responder a los desafíos de su tiempo. Y lo hicieron de una manera muy precisa, pero nunca imaginaron la envergadura que eso iba a tener. Nosotros ahora tampoco sabemos la envergadura que esto tendrá. Pero estoy convencido de que si lo hacemos en discernimiento, oración, espíritu sinodal de consulta, de escucha, podremos tener una propuesta que responderá a las necesidades de los jóvenes y familias en aquello que más necesitan”.

¿Qué invitación haría para que los miembros de la Familia Salesiana participen activamente en la celebración de estos 50 años del MJS?

“Quiero invitar a cada uno de ustedes: niños, jóvenes, padres, familia en general, a que puedan sumarse a esta celebración. Nuestra vida es pasajera, nuestra vida es un peregrinar y medio siglo del Movimiento Juvenil Salesiano no se celebra todos los años.

Esta es la ocasión en la que tú tienes que hacerte parte, con las cualidades que el Señor te ha dado. Te invito a que te sumes. ¿Quién sabe? Algunos de ustedes, algunos de nosotros, podremos estar en la celebración de los 100 años del MJS. Entonces recordaremos no solamente lo que hicimos, sino que, ante todo, lo que vivimos.

La invitación es que participes desde donde estés. Tú puedes y el Señor te invita a que hagas una contribución, a que seas parte de este carisma en la celebración de los 50 años del Movimiento Juvenil Salesiano”.

El aquí y ahora de los jóvenes

Catalina Araya tiene 17 años y es estudiante de cuarto medio del colegio Domingo Savio de San Ramón. Pertenece a las Comunidades Apostólicas Salesianas (CAS) y es animadora de Aventura Laura Vicuña (ALVI), experiencias asociativas del MJS. Su primera colonia fue a los 10 años.

El servicio que realiza con los niños es algo muy especial, por la inocencia que traen ellos desde su hogar. “Es algo muy bonito, porque llegan con toda la alegría a las colonias. Esa inocencia y dulzura que tienen los niños es algo precioso. A veces te dan una tarjetita que dice tía, la quiero mucho, y es un regalo para nosotros los tíos que hacemos colonia o que estamos a cargo de algún grupo”, comenta.

Cree firmemente que el acompañamiento que se hace entre pares es algo esencial, porque los jóvenes necesitan desahogarse y agradecen sentirse escuchados.

“Si algún chiquillo necesita salir e irse a otra parte, siempre hay alguien que va y lo acompaña. Eso me encanta de mi grupo. Nunca están solos y siempre vuelven felices. Así como yo me puedo desahogar. Me escuchó, me entendió, me aconsejó”.

Su participación en ALVI y CAS le ha enseñado dos cosas principalmente: volver a su niña interior y liderar a los jóvenes, a quienes invita a disfrutar la celebración de los 50 años del MJS.

“Mi invitación es a atraer más gente, más amigos que conozcan este Movimiento Juvenil Salesiano, porque es algo tan íntimo, pero a la vez tan compartido. Se van creando lazos, vínculos muy bonitos”.

Catalina tiene claro su sueño para el MJS. “Que cada vez que mencione MJS, todos sepan qué es o por lo menos tengan una leve noción. Mi sueño es que se haga conocido a un nivel muy grande”.

¿Que sueña para ella? Seguir participando en esta obra, a pesar de que está consciente de que el próximo año muchas cosas cambiarán.

“Me gustaría continuar con esto, porque me gusta ver cómo otros jóvenes también se entusiasman. Mi sueño personal sería seguir en el MJS a pesar del tiempo”.

ENERO

  • Conmemoración de los 50 años de las Colonias Villa Feliz en Salesianos Macul
  • Lanzamiento oficial en la Fiesta de Don Bosco 

ABRIL

  • Retiro Juvenil

MAYO

  • Congreso Local Sinodal de Jóvenes
  • Congreso Zonal Sinodal de Jóvenes
  • Eucaristía María Auxiliadora

JUNIO

  • Congreso Nacional Sinodal de Jóvenes (Asamblea de Asesores MJS + jóvenes invitados)

AGOSTO

  • Eucaristía de la Fidelidad (Tedeum catedral)

OCTUBRE

  • Olimpíadas Salesianas

NOVIEMBRE

  • CampoBosco

EDICIÓN INTERACTIVA

Por Alejandro Manríquez y Karina Velarde, periodistas

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