La Comunidad Educativa Salesiana de Talca celebró una emotiva eucaristía el 12 de noviembre para despedir a los estudiantes de cuarto medio. La ceremonia contó con la participación de padres y apoderados.
El padre David Albornoz, director de la Presencia Salesiana en Talca, presidió la misa. Los sacerdotes salesianos P. Juan Pablo Lyon y P. Belarmino Sánchez concelebraron. La intención de la misa fue agradecer a Dios por las bendiciones recibidas por los jóvenes que egresan en 2024 del CEST.
Profesores y familiares se congregaron durante la celebración, pidiendo por las intenciones de los estudiantes, sus familias, el cumplimiento de sus sueños y un futuro lleno de esperanza.
El padre David narró una historia sobre dos corrientes de agua que bajan de la cordillera y, en su camino hacia el mar, deben decidir por dónde pasar, encontrándose con diversas realidades. Una corriente decide evitar obstáculos, mientras que la otra opta por enfrentarlos. Ambas aprenden el valor del servicio a los demás. “Jóvenes, están invitados a vivir la vida encontrándole sentido. Y en esta historia descubrimos que el sentido está en ponerse al servicio de los demás”, comentó el padre Albornoz.
El sacerdote instó a los estudiantes a continuar descubriendo el don del servicio, invitándolos a reflexionar sobre cómo pueden servir a los demás, a quiénes pueden iluminar y acompañar, y a trabajar por ser felices.
Se ofrecieron símbolos como la tierra, la luz, la Biblia, el pan y el vino. La tierra representa los retos y oportunidades del futuro. La luz y la Biblia iluminan los nuevos caminos. El pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo.
En la acción de gracias, se reconoció el esfuerzo, la dedicación y el espíritu salesiano de los estudiantes destacados en ACLE, así como en los premios al “mejor compañero” y “pastoral”.
La Comunidad Educativa despidió a los alumnos de cuarto medio, instándolos a emprender un nuevo camino, sin olvidar lo vivido, con la mirada puesta en un futuro prometedor. La Comunidad Educativa encomendó la vida de los jóvenes a Dios y a la Virgen María Auxiliadora, pidiendo su protección y guía en los años venideros.