Un nuevo aniversario del Cardenal Raúl Silva Henríquez: fe, perseverancia y coraje

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En días tan significativos e inciertos, vale la pena que no pase desapercibido un nuevo aniversario del fallecimiento del Cardenal Raúl Silva Henríquez, el próximo 9 de abril.

Un acto de la memoria preparado especialmente para las circunstancias, preveía reflexionar sobre su legado a partir la fe y la libertad, para imaginarnos los nuevos rostros de una sociedad que anhela cambios profundos, esperanzados, en medio de brotes de violencia y destrucción.

Los acontecimientos nos obligan a un cambio de programa, sin embargo, este tiempo de cuarentena es propicio para repensar en nuestras historias personales y en lo más profundo de nuestros corazones, fortalecer los rasgos de la fe que nos enseñó el Cardenal o que el mismo Dios nos ha ido manifestando.

Será una buena oportunidad para aprender a valorar la libertad como un anhelo profundo e irrenunciable frente a la amenaza del virus invisible que tiene nombre, pero aún no tiene una respuesta decisiva de la ciencia para controlarlo.

Pese a los esfuerzos para eliminar los contagios, la defensa se juega mucho con la energía y el estado físico de nuestro cuerpo. No perdamos la libertad, ni la fuerza de nuestras energías.

En el Cardenal Silva Henríquez existieron dos elementos que se ubicaron en el camino de la fe y de la libertad: la perseverancia y el coraje. La primera para seguir adelante y no desanimarse y la segunda, que vence la tristeza y hace de la soledad un momento para descubrir la fuerza y las energías del espíritu para que Chile, también como en otras ocasiones, supere colectivamente esta nueva adversidad.

Aquí recobran vitalidad las palabras del recordado Cardenal, puestas en la parte final de su Sueño de Chile: “Un país fraterno solo es posible cuando se reconoce la paternidad Bondadosa de nuestro Dios’’.

La visión profética de estas palabras, hoy más que nunca pueden tener el terreno fértil para ser repensadas a partir de los gestos de solidaridad a nivel personal, familiar, grupo sociales y de la misma comunidad internacional que padece la común incertidumbre de cómo enfrentar la tempestad.

El coro unánime de millones de personas, creyentes y no creyentes, se ha unido a las oraciones diarias del Papa Francisco, que toca las puertas del Cielo porque la solución del problema es superior por ahora a los medios que la mayoría de los países tienen disponible.

En estos días cercanos al nuevo aniversario de Don Raúl, les invitamos a visitar desde nuestras casas el sitio web www.cardenalsilva.cl y encontrarnos con su palabra y también su voz.

FUENTE: Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez

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