Si el Beat suena es porque Trap y K-Pop trae

Asia y el Caribe son los responsables de una de las revoluciones musicales más importantes del último tiempo: el Kpop y el trap latino, estilos de masiva preferencia hoy por los jóvenes, potenciados por YouTube y Spotify, plataformas globales de video y música, y que se caracterizan por no creer en las etiquetas, sino en la fusión de corrientes musicales y en las culturas.

¡Eso no es música! Es lo que escuchamos decir en ocasiones a algunos en relación a ambos géneros, opinión que se sustenta en el hecho de que el Kpop es un producto prefabricado cuyos artistas no tienen incidencia sobre lo musical, y en el caso del trap latino por su sonido sintético y sus letras que suelen redundar en lo vulgar.

Lo que no se puede negar es la gran popularidad que han alcanzado. Miles de personas en todo el mundo llenan estadios para participar de los conciertos de sus máximos referentes. Ambos estilos no son una novedad. Llevan décadas moviéndose bajo los radares de la cultura popular, para ahora explotar y tomar el mercado musical por las astas.

La guerra de las costas

En nuestro país hablar de trap es hablar de Bad Bunny, máximo referente del género en este sector del hemisferio, pero es necesario aclarar que no nace con él ni tampoco es latino.

El “trap latino” es el decantamiento de un estilo que nació en el sur de Estados Unidos, a comienzos de los 90, en la ciudad de Atlanta, fuera del “mundo blanco”. El contexto en que se origina es en la tensión histórica entre hiphoperos de la costa este y oeste, expresión que los norteamericanos usan para referirse a zonas del país ubicadas en sectores geográficos opuestos, identificadas por ciudades emblemáticas como Nueva York, bañada por el océano Atlántico, y por Los Ángeles, bañada por el océano pacífico.

Los representantes de ambas costas tenían maneras diferentes de hacer hip hop. La costa este era de rimas sociales, mientras que la costa oeste se caracterizaba por el “gangsta rap” de líricas violentas en contra de la violencia policial que se ejercía contra la comunidad negra.

El sur, representado por ciudades como Florida, que aún no tenía espacio en esta rivalidad, comenzaba a trazar las primeras líneas de su identidad musical. Pero en 1995 todo esto cambió durante los Source Awards, premiación especializada en hip hop, cuando llegó el momento de anunciar al mejor artista nuevo. La sorpresa estalló sobre la mesa, era Outkast, grupo del sur. Al celebrar el triunfo dijeron que “el sur tiene algo que decir”. En ese momento las costas se declararon la guerra, porque nadie estaba interesado en el sur. Los abucheos llovieron.

Los artistas del sur, siguiendo la tradición del estilo Dirty South, crearon un ritmo que comenzó a denominarse “trap”, que viene de trapicheo, expresión que alude al comercio de pequeñas cantidades de droga.

Desde ahí el trap derribó fronteras, llegando a países como España, donde muchos DJs conocidos lo empiezan a incorporar en sus creaciones y festivales. En 2015, Sónar, festival de música electrónica y experimental de Barcelona, incluyó en su cartel a Pxxr Gvng – pronunciado como “Poor Gang”, es decir, la pandilla de los pobres en inglés–, uno de los grandes exponentes hispanos.

¿Reggaetón o Trap?

Al escuchar trap, una de las primeras reacciones es decir “esto es reggaetón”, etiqueta que les han puesto a todos los géneros urbanos para agruparlos. Es, precisamente, una de las comparaciones más erradas. Mateo Montaño, rapero del dúo Gordo Sarkasmus, uno de los fundadores del rap paisa, explica que “el trap es mucho más lento, un poco más psicodélico. Son sonidos hechos para gente que consume ciertas sustancias y se estimulan con ciertos tipos de sonido”.

Las letras del trap tratan temas tabú, como las drogas o el sexo, mientras que el reggaetón ha tenido una fuerte transición desde estos temas al amor o el despecho.

Víctor Sánchez, director del sitio web dedicado a la crítica musical “El poder de tu música”, indica que “la letra del trap suele ser más vulgar. Habla de sexo, de egocentrismo, de droga, de infidelidad desenfrenada...”, además, confiesa que le causa “estupor” el mensaje que este género lanza a la juventud que lo consume de forma masiva y llena los conciertos de sus estrellas.

Los sonidos y ritmos entre el reggaetón y el trap también son distintos. El reggaetón destaca por tener un ritmo movido y pegadizo, logrado por unas letras cargadas de rimas y un “beat” -ritmo- de música marcado y muy característico en la base de sus canciones que se le llama “dembow”, golpe musical generador del concepto “perreo”. Por otro lado, el trap no necesariamente tiene un “beat”. “El bajo es más lento, no retumba y es más suave. La revolución es más baja y la musicalidad se torna más lenta”, explica Sánchez.

Trap chileno

Las raíces anglo del trap provienen de la influencia del dubstep, rap y hip hop, ritmos urbanos norteamericanos que en su llegada a otros países se mezclaron con el reggaetón.

En 2007, Arcángel y Randy “Nota Loca” se atribuyen ser los pioneros del trap latino con el tema “El pistolón”, canción que tiene matices del estilo dirty south de finales de los 90 en Estados Unidos.

Estas fusiones que comenzaron a surgir con un estilo electrónico, autotune y referencias a las drogas, la calle, el sexo y la violencia, terminaron por generar una gran explosión en 2016 con exponentes puertorriqueños como Ozuna, Anuel AA, Bryant Myers y Bad Bunny. Chile no se ha quedado atrás con Gianluca y Drefquila, algunos de los nombres que destacan actualmente en la escena nacional, que hicieron cantar y bailar a cientos de jóvenes en la última versión del Lollapalooza Chile 2019.

Princesa Alba

En julio de 2018, Trinidad Riveros, de 21 años, más conocida como Princesa Alba -por su fanatismo por el club de fútbol Colo Colo, lanzó su primer single, “My Only One”, que en pocas horas registró 23 mil reproducciones en YouTube y que ahora supera los dos millones. Es estudiante de Dirección Audiovisual en la Pontificia Universidad Católica.

Paloma Mami

Paloma Castillo alcanzó su popularidad en 2018 tras participar en Rojo, programa chileno buscatalentos, y lanzar sus primeros sencillos “Not steady” y “No te enamores”. Este último tiene más de 49 millones de reproducciones en Spotify. Se posiciona como una de las exponentes más destacadas del género, a tal punto que ha sido la primera chilena en firmar acuerdo con la internacional Sony.

Gianluca

Gianluca Abarza, músico y productor, comenzó a cantar en 2016 con un sonido que se movía entre el trap, reggaetón y pop, con matices latinos. Su tema “Siempre Triste” es considerado un himno con más de un millón de reproducciones en Spotify, solo superado por otra canción suya, “Amor Platónico”, con casi tres millones. “No es solo trap, es la nueva forma de retratar un país. La pena, el clonazepam, el amor en tiempos de Instagram. Gianluca no quiere ser el príncipe de nada, quiere ser el rey de la cotidianidad”, escribió en ese entonces la periodista Bárbara Carvacho, del diario chileno La Tercera, refiriéndose al estilo particular del productor

Drefquila

Claudio Montaño se dio a conocer masivamente a través de las batallas de rap freestyle con su primera participación en Batalla de Maestros Deluxe 2014. Su estilo se define en el disco “Amatista”, donde deja de lado el rap y comienza a utilizar sonidos del trap con letras dedicadas al amor y vivencias de un joven soñador. Durante 2016 y 2017 toma posición en la escena latinoamericana con varios temas, pero, por sobre todo, con su canción ‘A fuego’, que tiene más de 23 millones de reproducciones en Spotify y casi 40 en YouTube. Alcanzó disco de platino por ventas sobre las 10 mil copias.

Ola coreana

Para muchos, al escuchar el término Kpop -como comúnmente se le conoce a la música coreana- se le viene a la mente Psy, un hombre de mediana edad y lentes oscuros haciendo un paso de baile que simula estar cabalgando y diciendo la frase oppa gangnam style. Esa fue la canción fenómeno de 2012. Su video se convirtió en el más reproducido en la historia de YouTube (hoy ese lugar lo posee “Despacito”, de Luis Fonsi y Daddy Yankee). Después de siete años de su lanzamiento, la canción sigue sumando reproducciones, llegando a más de tres mil millones.

Para los que no están familiarizados con este tipo de música, Psy, con su gangnam style, se convirtió en el único y gran referente de un mercado que lleva más de medio siglo formando a jóvenes asiáticos en artistas que cantan, bailan y actúan.

Según el documental “En pocas palabras”, de Netflix, el Kpop nació a principios de los 90 en Corea del Sur con la aparición del trío Seo Taiji y Boys, conformado en 1992. Reformuló la escena musical del país por su experimentación con diferentes estilos de música. Luego de su retiro en 1996, uno de sus integrantes fundó YG Entertainment, uno de los sellos discográficos con mayor reconocimiento, responsable del éxito de grupos como Big Bang, 2NE1, Winner, IKON y Black Pink, este último cuarteto femenino poseedor del récord de mayor cantidad de reproducciones de YouTube en sus primeras 24 horas. El video “Kill This Love” alcanzó 56,7 millones de vistas.

Junto a YG Entertainment, aparecieron también las empresas SM Entertainment y JYP Entertainment, y con ellas un sinnúmero de artistas, los más antiguos como Boa, Super Junior, Shinee y Girls Generation, quienes llevan más de una década de carrera, y los más recientes como: EXO, Red Velvet, Got7, Twice, NCT 127, Stray Kids, los cuales han logrado tener su espacio en un mercado competitivo, criticado por las altas exigencias a sus artistas, contratos abusivos y casos de abusos sexuales que han empañado la reputación de la industria estrella surcoreana.

Hallyu es un término que comenzó a utilizarse hace décadas para definir la ola coreana de gran popularidad que gozaban las series de televisión (doramas) y música en otros países asiáticos como China y Japón.

Dance cover

Aunque Asia se encuentre a miles de kilómetros de distancia, la ola coreana también llegó con fuerza al territorio chileno.

Por años, el Parque San Borja, ubicado en pleno centro de Santiago, ha sido el lugar de encuentro para los amantes del pop coreano. Catalina Ramírez (21), estudiante de diseño de vestuario del instituto profesional AIEP, es una de los jóvenes que llegan a este lugar los fines de semana a practicar los bailes de sus grupos favoritos, ¿la motivación?, ser reconocidos por la recreación coreográfica de un video musical o dance cover.

Catalina llegó al Kpop a través de un evento de cultura asiática y desde ese día no ha dejado de adentrarse en este mundo. A pesar de considerarse no muy buena bailarina, se motivó al ver a grupos de jóvenes en el parque bailando. De la música pasó a las series de televisión, luego estudió hangul - ombre que recibe el idioma coreano- y en el futuro quiere vacacionar en Corea del Sur. Su grupo favorito es EXO, artistas del sello discográfico SM Entertainment.

La cercanía con la cultura oriental la recibió de su tío, quien veía animé japonés, así que desde pequeña estuvo conectada con las películas y el mundo creado por el estudio cinematográfico japonés Ghibli. Su película favorita es “El Viaje de Chihiro”, historia de una niña perdida en el bosque, lugar donde conoce animales, fantasmas y criaturas extrañas.

Los jóvenes que se reúnen en el San Borja, al igual que Catalina, dedican varias horas de su tiempo libre a practicar bailes para alcanzar el mismo nivel de sus artistas favoritos.

La gran popularidad que goza el Kpop en nuestro país quedó plasmada en un artículo del New York Times en 2017, en el que se escribió: “El K-pop ha llegado con fuerza a distintas partes del mundo, pero Chile es una conquista reciente y algo inverosímil. Ninguna de las estaciones de radio tradicionales ha mostrado interés en pasarlo. Hasta ahora, las importaciones musicales del país han adoptado tendencias musicales latinoamericanas como el reggaetón y el hip hop, o el pop estadounidense”.

La última conquista del pop surcoreano en Chile fue en enero pasado, cuando cientos de fanáticos eufóricos colapsaron el aeropuerto Arturo Merino Benítez. ¿Por qué la euforia?, más de nueve grupos y solistas llegaban para presentarse en el SMTown, festival de Kpop más grande del mundo realizado en el Estadio Nacional. Durante dos días el recinto deportivo congregó a cerca de 70 mil asistentes, quienes lloraron, bailaron, cantaron y gritaron por más de cuatro horas.

El tsunami BTS

Un nombre que se suma al gran listado de artistas surcoreanos es Bangtan Sonyeondan, más conocidos por la sigla BTS (en español chicos exploradores a prueba de balas), grupo conformado por siete jóvenes que durante el último año han logrado llegar al podio de la fama mundial.

Jin, Suga, J-Hope, RM, Jimin, V y Jungkook debutaron en 2013 bajo el alero del sello Big Hit Entertainment y desde entonces han sido imparables, arrasando con barreras culturales e idiomáticas para posicionarse en lo más alto de los rankings musicales, ganando fans alrededor del mundo.

En un entorno manejado por internet, BTS son los reyes. Su grupo de fanáticos, autodenominado A.R.M.Y., los convierten en trending topic cada vez que pueden. En Twitter cuentan con más de 18 millones de seguidores y según el registro que realiza la misma red social, fueron los más retuiteados durante 2018. Su canal de YouTube, BangtanTv, posee 16 millones de suscriptores.

Según Billboard, revista estadounidense especializada en música, BTS lleva 121 semanas en el primer lugar del ranking social 50 y sus discos “Love Yourself: Tear” y “Love Yourself: Answer” alcanzaron el puesto No1 del Billboard 200, superando a artistas como Ariana Grande y Lady Gaga.

Aunque algunos no lo crean, este grupo ha pisado tierras chilenas en dos oportunidades, la primera en 2015, con su gira Red Bullet Episode II, y la segunda en 2017, con su gira The Wings Tour, momento en que repletaron el Movistar Arena en dos jornadas, eventos a los que asistieron cerca de 30 mil personas.

Reyes Midas

Para BTS, este 2019 se ve igual o más prometedor que los años anteriores. Su segunda película estrenada en enero, “BTS Love yourself Tour in Seoul”, se transformó en el lanzamiento en cines más amplio de la historia, destronando a “Titanic”. El filme llegó a 95 países - ncluyendo el nuestro- con 3.800 salas en exhibición.

Han agotado las entradas de su tour mundial Love Yourself en Estados Unidos, Europa, Latinoamérica. Fueron invitados a la ceremonia de los Grammy y obtuvieron una nominación en la categoría Mejor Paquete de Grabación.

La famosa fábrica Mattel lanzó muñecos y su juego de cartas UNO también poseerá una edición limitada con imágenes de ellos. La marca Funko Pop! también replicará a los siete jóvenes asiáticos en figuras coleccionables.

Su último disco, “The Map of the soul: Persona”, lanzado en abril, obtuvo un nuevo récord en compra de preventas, alcanzando la suma de dos millones 600 mil copias en las primeras tres semanas.

Conciencia musical

La psicóloga Pamela Jácome, en su tesis ‘Influencia de la música moderna en la conducta de los adolescentes’ de 2015, postula que “los adolescentes escuchan música para reforzar su identidad en un grupo de iguales, como vehículo de su rebeldía contra lo convencional, para ayudarles a establecer una identidad separada de la de sus padres o simplemente es usada para relajarse, entretenerse. Escuchar música y ver videos musicales son dos de las actividades más importantes relacionadas durante la adolescencia”.

Según el estudio realizado por Rideout, Foehr y Roberts (2010), escuchar música es la segunda actividad más popular entre los 8 y los 18 años, siendo particularmente importante para los adolescentes. Los adolescentes entre los 15 y 18 años pasan más de tres horas escuchando música al día y apenas el 12% de los padres les imponen reglas respecto del tipo de música que escuchan.

Para algunos, estos géneros musicales pueden ser solo moda pasajera. Podemos estar de acuerdo o no con las tendencias de las nuevas generaciones; nos puede parecer dañino que los jóvenes escuchen letras tan explícitas y extraño que se identifiquen con una cultura tan diferente a la nuestra, pero lo claro es que el mundo está cambiando.

La globalización, la web, el alto intercambio de información, la migración y la interculturalidad han hecho que sea más fácil el acceso a expresiones artísticas a las que no estamos acostumbrados. Internet abrió nuestros oídos a nuevas culturas y la música de todo el mundo está a un clic de distancia. Lo meritorio del Kpop y el trap fue conseguir la tan anhelada representatividad de las culturas asiática y latina (transmitiendo mensajes en sus propios idiomas) en un mundo dominado por anglosajones.

Por Karina Velarde y Joaquín Castro, Periodistas

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