Más Plástico que peces en el mar

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El termómetro para evaluar las condiciones del planeta marca actualmente cifras alarmantes por situaciones como el efecto invernadero, el calentamiento global, la deforestación y extinción de especies, a lo que se suma una dramática proyección de la Organización de Naciones Unidas: en 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

Los miles de especies que pueblan los océanos se ven afectados cada año por 8 millones de toneladas de plástico que son arrojados a su hábitat. Esto equivaldría a vaciar un camión de basura en los mares cada minuto.

Al tiempo que los países firmaban el acuerdo de París para el cambio climático, Chile se comprometía a dar un paso más: ser el primer país de Sudamérica en prohibir por ley las bolsas plásticas, proceso ya iniciado en las ciudades costeras. Los 4 mil kilómetros de costa que posee nuestro territorio nos exigen tomar conciencia sobre el extenso océano que tenemos y del plástico que arrojamos en él.

La basura plástica forma verdaderas islas de desechos que cubren playas tan lejanas como en Chiloé. El plástico amenaza cada rincón del planeta. Algunos usan la expresión <<océanos de plástico>> para referirse a esta catástrofe natural.

Si continuamos a este paso, la herencia que dejaremos a nuestros hijos será un país sumergido en un gran vertedero. A alguno le podrá parecer una exageración, pero lo cierto es que es una realidad más cercana de lo que creemos.

Uno de los lugares más afectados en Chile por el plástico es, precisamente, Chiloé, zona que ha sido estudiada por expertos de la Universidad de Chile para identificar y diferenciar el tipo de basura presente en el archipiélago.

Mediante un modelo basado en firmas espectrales (luz que refleja el material) e imágenes satelitales, los expertos lograron determinar que la gran parte de la basura en los mares chilotes es fundamentalmente plástico.

Para dimensionar en terreno la cantidad de basura acumulada en las orillas, usaron tecnología satelital y, luego, junto a autoridades locales, lograron retirar más de 45 toneladas de desechos en los que predominaban el plumavit y el plástico provenientes de la industria de la acuicultura y el uso doméstico.

Existe un reglamento ambiental que obliga a las industrias y microempresas a limpiar las playas adyacentes, pero el problema no se soluciona allí. La basura que es arrojada al mar ingresa en corrientes oceánicas que van distribuyendo los desechos en todo el globo, por lo que es probable que gran parte de la basura que llega a las costas chilenas no pertenezca a alguna empresa de la zona, sino a alguna fuera del continente.

¿Quién se hace cargo de algo que llegó por corrientes a una playa? Las corrientes marinas continúan trayendo a las costas una enorme cantidad de plástico de distintas zonas del país y el mundo. El tema se torna aún más complejo cuando los desechos se fragmentan en microplásticos que ingieren los peces y que impregnan los entornos, dificultando su limpieza. Por ejemplo, la Isla Detif en Chiloé fue limpiada, pero los microplásticos se mantienen, confundiéndose en la vegetación y en el suelo de la costa.

Cuando una bolsa de plástico se degrada, se fragmenta en pequeños trozos que se liberan al ecosistema. Los peces consumen estas partículas, confundiéndolas con alimento. En algunas zonas de Estados Unidos, los choritos o mejillones, por ejemplo, tienen altas concentraciones de microplásticos, por lo que no es raro pensar que en nuestro cuerpo también alojemos algo de ello.

Marcelo Mena, exministro de Medio Ambiente, referenciando un estudio de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, señaló que el 90% de las aves marinas tienen plástico en su estómago y para 2050 la cifra aumentará al 99%. “Pensamos que el mar era infinito y nos damos cuenta de que, cuando lo ocupamos como basurero, empieza a tener efectos importantes”.

#ChaoBolsasPlásticas

Una de las iniciativas del gobierno es disminuir los 3 mil 400 millones de bolsas plásticas que usamos en Chile. ¿Cómo? prohibiéndolas, medida que nos convierte en el primer país de Sudamérica en hacerlo.

La normativa regirá desde el 3 de febrero de 2019. Hasta entonces se irá aplicando de manera gradual, comenzando con una primera etapa que establece la entrega de un máximo de dos bolsas por compra. Luego se aplicará la prohibición total.

La normativa aplicará desde el negocio de barrio hasta las compras por internet. Establecimientos minoristas y mayoristas tendrán prohibido entregar bolsas plásticas.

Las bolsas para envasar alimentos como arroz y fideos no serán prohibidas, al igual que las bolsas de basura y aquellos productos que por razones higiénicas necesitan de este tipo de envase.

Los municipios, organismos encargados de la fiscalización y el cumplimiento de la ley, podrán aplicar multas de hasta 5 UTM mensuales por cada bolsa entregada, lo que equivale a $240 mil, aproximadamente.

Aún estamos a tiempo de tomar conciencia sobre el impacto que estamos generando en el mundo que habitamos. La bolsa que botamos quizás llegue al mar, se fragmente y un pez la vuelva a traer a nosotros, pero a nuestro plato. ¿Qué estamos haciendo? Cuando vayas a comprar... ¿Vas a pedir bolsas?

Por Joaquín Castro, periodista

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