Editorial 188

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Estimada Familia Salesiana:

El tema de la educación en Chile sigue ocupando portadas en todos los medios. Es fuente de inquietudes de todos los sectores sociales y motivo de tensión ciudadana. Esto, unido al exacerbamiento de las posturas de unos y otros, la violencia enmascarada y la agresión continua, nos hacen estar entrampados, sin poder avanzar y consolidar un sistema que asegure la real calidad de la educación, el acceso a ella de todas las personas y el aseguramiento de las instituciones que hacen un servicio según los estándares que las mismas autoridades han impuesto a través de la nueva ley de educación.

Nosotros, como Familia Salesiana, estamos haciendo grandes esfuerzos en seguir aportando al país con la aplicación de nuestro proyecto educativo y pastoral a lo largo del territorio nacional, acogiendo a todos aquellos que quieren educarse con nosotros, acogiendo nuestra propuesta, aplicando nuestros principios educativo-pastorales. No está siendo fácil. La agresión sufrida en el Templo de La Gratitud Nacional ha sido la gota que colma el vaso del caos existente. La intolerancia, la violencia, la falta de respeto a los valores fundamentales de la nación, han escalado muy alto y, los protagonistas, son justamente aquellos por los cuales existimos y nos movemos cada día.

El país está viviendo cambios profundos, que las mismas autoridades han llamado “estructurales”, que incluyen la propuesta de una nueva Constitución. Para esto, han diseñado un proceso constituyente dando amplia participación a la ciudadanía, para dar aportes en los aspectos que más preocupan o  interesan. Varias de nuestras obras están trabajando en esto, organizando grupos de reflexión, siguiendo el protocolo exigido por el Estado. Esperamos que se puedan incluir, como nos han pedido nuestros obispos, todos aquellos valores considerados por nosotros como fundamentales o basales de cualquier sociedad que se precie de humana y moderna.

El Año de la Misericordia nos pone ante el hecho concreto de saber perdonar las ofensas, mirar al prójimo con amor y amabilidad, realizar obras de misericordia corporales y espirituales, acompañar a los que están desviados del camino del bien. Nuestro aporte educativo y pastoral, ojalá cada vez de más calidad, pueda ayudar en este sentido, sin claudicar ante las agresiones o trabas de todo tipo que podamos encontrar.

El presente número del Boletín Salesiano nos ayuda a volver la mirada hacia las cosas esenciales, tratando de detenernos en lo que construye, en lo que forma y permite ser mejores. Es mucho el bien que realizamos y que se podrá percibir en esta edición.

Nuestra atención quiere centrarse en la contemplación de lo bello, de los milagros educativos que cambian para siempre la vida de los jóvenes, de la riqueza de nuestro proyecto educativo y curricular al servicio de la educación de calidad, el compromiso de la Familia Salesiana en bien de los más desposeídos que ha quedado de manifiesto en el Día Signo de este año.

Saludos cordiales a todos y que la Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile, interceda por todos nosotros y nos auxilie en el tiempo difícil que nos toca vivir.

Un abrazo y bendición a cada uno de nuestros lectores,

P. Alberto Lorenzelli Rossi, Inspector.

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