No buscó los primeros puestos… supo ser austero y pobre… pasó haciendo el bien


En el templo de la Gratitud Nacional de Santiago Centro se celebró, el lunes 14 de marzo, la Misa de Exequias del salesiano sacerdote Simón Kuzmanic Buvinic.

El P. Simón partió al encuentro con el Padre Dios el domingo, poco antes del medio día, tras 91 años de vida, 73 de profesión religiosa y 63 de ministerio sacerdotal.

Presidió el funeral el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati. Concelebraron el obispo titular y el emérito de Punta Arenas, Mons. Bernardo Bastres y Tomás González, respectivamente.

Estuvieron presentes también salesianos de diversas comunidades, en su mayoría de Santiago, encabezados por el Provincial, P. Alberto Lorenzelli y miembros de su consejo.

En la asamblea, integrantes de la comunidad salesiana de Valparaíso, una de las que conoció el trabajo abnegado del P. Simón; hermanas del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, encabezadas por la Provincial Sor Ximenza Oyarzo; y familiares del P. Simón, entre quienes se encontraban algunas sobrinas y su hermano Clemente.

En la homilía, el P. Alberto Lorenzelli, a la luz de las lecturas bíblicas, señaló que la verdadera ancianidad venerable no es sólo de edad avanzada, sino la sabiduría y una existencia pura, sin malicia.

“El mundo considera afortunado a quien vive muchos años, pero Dios no mira la edad, sino la rectitud del corazón. El mundo da crédito a los ‘sabios’ y a los ‘doctos’, mientras que Dios siente predilección por los ‘pequeños’”, señaló el P. Alberto.

Luego el Provincial dedica algunas páginas para ahondar en la vida y trabajo del P. Kuzmanich, narrando los hechos primeros de su existencia en su querido Magallanes, la temprana pérdida de su madre y los hitos que gatillaron su discernimiento y formación religiosa salesiana.

Así también, su trabajo como profesor de historia durante 35 años; su significativo aporte como escritor e historiador; su servicio como secretario inspectorial durante dos décadas y su colaboración al Obispado Castrense como capellán militar entre 1971 y 1974, viviendo los difíciles momentos del golpe de Estado de 1973.

“Conservaba el recuerdo de esa época dolora, pues también tuvo que interceder por más de alguno para salvarle la vida”, dijo el P. Alberto.

Fueron recordados, entre sus grandes obras, los tres tomos que narran los primeros 100 años de la Presencia Salesiana en Chile (trabajo realizado durante una década), la nómina de todos los salesianos que han pasado por la Inspectoría y un documento único llamada Necrologio, que contiene lo esencial de cada salesiano desde la llegada de la Congregación al país.

Hacia el final de su mensaje, el P. Alberto dedicó palabras que reflejan la personalidad del P. Kuzmanich: “No buscó los primeros puestos, pues se sentía más cómodo en el trabajo directo con los jóvenes en aula o en el patio… supo ser austero y pobre, sin jamás pedir nada para sí, contentándose con lo justo para vivir y realizar su labor”.

“Supo vivir lo que había prometido en su primera profesión y en los demás pasos: salvar su alma y el alma de los que le fueron confiados, ser todo del Señor y hacer mucho bien. Podemos afirmar, también de él, que pasó haciendo el  bien”.

Finalmente, el Cardenal Ezzati dijo: “no temas P. Simón, Cristo murió por tí y en su resurrección fuiste salvado. El Señor te protegió durante tu vida, por ello confiamos también que te librará en el último día de la muerte que acabas de sufrir”.

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Fuente: OFISA

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