P. Néstor Muñoz: “Lo que vivimos es una tragedia de grandes proporciones”


El paso de los días no hace más que agudizar los problemas en la Región de Atacama. Así lo corrobora el Director de la escuela industrial salesiana de Copiapó, P. Néstor Muñoz.

En una carta dirigida a los demás directores de las comunidades salesianas de Chile, el P. Néstor señala que en el Norte se está viviendo una tragedia de grandes proporciones, cuyas consecuencias todavía no se pueden dimensionar del todo.

“Quienes conocen Copiapó, no ha quedado ni huella de lo que pudieron haber conocido. Las calles desaparecieron completamente; las principales arterias de la ciudad hoy no existen y son ríos de sedimentos y barro que ya está comenzando a pudrirse producto del estancamiento y el calor reinante”, señala.

El Director indica que las localidades del interior como Paipote, Tierra Amarilla, Los Loros, San Antonio, Diego de Almagro y Chañaral son las que han sufrido las mayores consecuencias.

La devastación en las dos últimas se calcula en un 70% en cuanto a infraestructura. Todos los días aumenta el número de desaparecidos y muertos.

“La bravura del aluvión hizo desaparecer rápidamente poblaciones enteras, donde el agua sacó de raíz las casas de material ligero o de construcción de adobes”.

Respecto del catastro de los damnificados, el P. Néstor entrega un detalle de las cifras ya comunicadas:

27 alumnos y sus familias perdieron todo, es decir, casa y enseres.

Otros 18 han sufrido la pérdida parcial de sus hogares producto del agua y el lodo.

5 docentes y asistentes de la educación perdieron todo y otros 5 sufrieron pérdidas parciales. 

El P. Néstor indica que las tareas de emergencia recién comienzan. Todavía se rescatan los cuerpos sin vida atrapadas en el lodo y que el mismo alud ha arrastrado por kilómetros.

El barro de las calles contaminado por las alcantarillas se ha transformado en un problema inminente de salud por las enfermedades contagiosas. Por estas razones, se estima que habrá prontamente que evacuar el centro de la ciudad.

El Director indica que el panorama que se avecina tampoco es alentador: “En los próximos días el barro y el lodo de las calles se secará y vendrá una etapa más complicada con el polvo que estará flotando en el ambiente”. 

Si bien los integrantes de la comunidad religiosa salesiana no han sufrido daños, así tampoco la infraestructura del colegio, sí hay preocupación y, a ratos, una sensación de sentirse sobrepasados por lo enorme de la tragedia.

Por eso, la tarea de alumnos y apoderados que están prestando ayuda, así como el apoyo a la distancia desde otras comunidades, han ayudado a levantar el ánimo y recobrar la esperanza.

El P. Néstor concluye su carta solicitando a la Familia Salesiana del país intensificar los esfuerzos en las campañas que se están realizando para hacer frente a esta catástrofe.

Fuente: Oficina de Información Salesiana (OFISA)

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