Monseñor Ezzati se reunió con el Papa Francisco

El Arzobispo de Santiago tuvo un distendido encuentro con el Pontífice. Hablaron de la Misión Joven, de lo que será la Misión Territorial del próximo año, de la renovación de las estructuras, y de los planes del pontífice de visitar nuestro país. “El Papa se alegró que entre los jóvenes chilenos haya un despertar”, expresó el pastor en esta entrevista concedida a iglesiadesantiago.cl

En la casa Santa Marta -la misma donde reside el Santo Padre en el Vaticano- concelebrando la Eucaristía y compartiendo parte de su rutina se encuentra desde el pasado viernes el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati. Viajó acompañado por el padre Rodrigo Tupper, vicario General de la Arquidiócesis, a quien le impresionó “la sencillez, cordialidad y cercanía sobrecogedora manifestada por el Papa Francisco”.

En ese contexto, el Arzobispo tuvo este martes un fraternal encuentro privado con el Obispo de Roma, el que se extendió por más de 45 minutos.

¿Cómo fue ese encuentro con el Papa Francisco?

Fue una experiencia familiar, de un padre que conoce muy bien nuestro país. Que conoce detalles de la vida de Iglesia de Chile, que conoce personas, que aprecia inmensamente lo que Iglesia está realizando y que también tiene plena conciencia de sus dificultades. Un Papa que ha confirmado, a lo largo del diálogo, lo que se está realizando en el ámbito de la Nueva Evangelización y de la aplicación de Aparecida. Hemos hablado de la Misión Joven y de la misión que vamos a realizar el próximo año en el territorio. Le he conversado al Santo Padre sobre la renovación de las estructuras y él recordó cuando en Aparecida se habló de la conversión y dijo que había estructuras que eran caducas. Recordó también que ese párrafo no contó con el aprecio de todos, pero que era así. Dijo: “hay estructuras caducas y hay que renovarlas”.

¿Qué le manifestó el Santo Padre sobre el trabajo de nuestra Iglesia?

Una cercanía muy grande al pueblo. Aprobó varias de las cosas que estamos haciendo en la Arquidiócesis, desde cosas profundas, como el proyecto pastoral, hasta situaciones también de cambios estructurales. Él tiene una gran confianza en lo que podemos hacer.

Fue un encuentro con un amigo que no solamente me conocía a nivel personal -y me trató por mi nombre- sino que también conoce la realizad de la Iglesia en Chile. Pudimos conversar todos los temas. Ninguno quedó excluido. La conversación duró 45 minutos. Fue muy generoso.

¿Qué le dijo usted?

Le agradecí que fuera el Papa Francisco, que hubiera aceptado lo que el Señor le estaba pidiendo. Sabiendo lo que puede ser para una persona que tenía otros proyectos, el mismo me había comentado que los tenía. Me dijo: “Cuando vi que los votos se inclinaban hacia mí, puse el corazón en paz. Estoy muy feliz de hacer lo que el Señor me ha pedido que haga”. Un gran ejemplo para todos, que a veces sentimos que el oleaje es muy grande y parece que nos hunde. Es el Papa el que invita a la confianza, a gozar del ministerio de servir a los demás y de hacerlo con la paz en el corazón.

Conversaron sobre la Misión joven, la Misión territorial. ¿Qué visión tiene el Papa sobre esas iniciativas pastorales?

Sentí una gran acogida y apoyo. Le conté lo que está significando la Cruz de Chile, también sobre la Asamblea Eclesial. Se alegró que entre los jóvenes haya un despertar, como el que vimos en enero pasado en Concepción. Y lo que estamos viviendo en todas las diócesis, también en nuestra Arquidiócesis de Santiago. Tantos jóvenes que se reconocen en Jesucristo. El Papa me dijo que los espera a todos en Río. Al final, le pedí una bendición para todo el clero, seminaristas, para los religiosos, religiosas y todos los que trabajan en la Iglesia de Santiago. Lo hizo invocando a la Virgen María, San José, Santa Teresita del Niño Jesús y Santa Teresa de los Andes. Impartió así una gran bendición para todos los fieles de la Arquidiócesis de Santiago.

¿Y tuvo ocasión de invitarlo a Chile?

Fue uno de los temas que conversamos. El Papa me ha dicho que este año no tiene previsto viajar a América del Sur, solamente a Brasil. Y el próximo año tenía ya varios viajes programados. Uno devolviendo la visita del Patriarca de Constantinopla, otro a África, y otro a Asia. Me dijo que difícilmente en 2014 pueda estar en América Latina, pero sí esperaba hacerlo en 2015, y de ser así, ese viaje incluiría Argentina, Uruguay, Chile y posiblemente Perú.

Celebró la Santa Misa con el Papa y ha convivido en la misma casa donde vive, ¿qué significó ese hecho para usted?

Es una gran impresión verlo como un ciudadano cualquiera, que llega a un comedor público, que come lo mismo que todos, con sencillez. Me ha impresionado poder concelebrar la Eucaristía junto al padre Rodrigo Tupper y otros obispos. Con una homilía muy hermosa sobre el sentido de la oración. Nos dijo que debíamos tener la audacia de aquél que pide hasta el cansancio y que sigue pidiendo, porque el Padre siempre escucha a quienes le piden. Una misa celebrada sin ningún aparataje exterior.

¿Cómo resumiría esta experiencia?

Creo que esta visita a Roma está marcada por este encuentro tan cercano, tan familiar con el Santo Padre, un encuentro entre amigos con el que uno ha compartido en otros momentos también, y te saluda con tu nombre, ni siquiera por el apellido. Es la sensación de encontrarse con un padre y un hermano en la fe. Fue muy bonita la homilía que él hizo el día 29 en la misa de San Pedro, cuando reflexionó, -y me lo recordó también hoy día en este diálogo-, lo que significa el prelado desde lo que significa confirmar la fe, confirmar la unidad, confirmar la caridad. También habló, como cabeza del colegio de los obispos, del primado en relación a las otras religiones cristianas, como una presencia de un hermano que no quiere estar por encima de los demás con títulos, si no de alguien que tiene una misión determinada del Señor para confirmar la fe y caminar hacia la unidad.

Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago

www.iglesiadesantiago.cl

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