IDB – Exalumno brilla en el Ballet Chileno


El Ballet del Teatro Municipal de Santiago realizó una gira en Magallanes durante la segunda quincena de octubre, presentando la obra “Madama Butterfly”. Rodrigo Guzmán Yacsich (33), exalumno egresado del Instituto Don Bosco de Punta Arenas, es el primer bailarín de este grupo de artistas. De paso en la zona que lo vio crecer aprovechó de visitar su Colegio para encontrarse con sus profesores. Además concedió una entrevista a La Prensa Austral que reproducimos a continuación.

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La presentación de la obra “Madama Butterfly” fue la excusa para que el destacado bailarín Rodrigo Guzmán Yacsich regresara a la región después de un intenso año de actividades. El primer bailarín del Ballet del Teatro Municipal de Santiago emigró de Punta Arenas a los 17 años, motivado por el deseo de convertirse en bailarín profesional, y como siempre, cuenta que cada vez que vuelve a la zona tiene esa sensación de alegría y de ansiedad que lo llevan a sus recuerdos de niño.“Siempre me pasa lo mismo”.

Para mí es un lugar muy especial, porque nací acá y disfruto detalles mínimos como el cielo, el viento o la luz. Me llena mucho venir acá. Viví toda mi infancia acá y los recuerdos más lindos que tengo son de acá. Incluso este deseo de dedicarme al ballet nació acá, entonces obviamente que siempre será especial estar aquí”, cuenta.

Egresó del Instituto Don Bosco en 1996 y a partir de ahí comenzó a esforzarse por alcanzar un lugar destacado en el ballet chileno, motivo que lo hizo dejar la ciudad y partir en busca de sus sueños. “Yo siempre fui muy soñador, entonces recuerdo esas cosas que me motivaban desde niño. Imagínate lo que siento cuando vengo a bailar acá. Ya desde Puerto Natales, porque la gira partió allá, venía emocionándome e incluso hubo un momento en que se me cayeron las lágrimas porque sientes que no puedes creer todo lo que está pasando. Y es que esto es tan rápido: imagínate que llegué a Santiago, entré a la escuela ya mayor con 17 años, estuve dos años como alumno y de ahí entré al ballet con 19 años, un par de años bailando cosas, después me ascendieron y de ahí retorné a Punta Arenas a bailar. Me entretengo porque todo viene así, muy rápido. Terminamos esta gira y ahora volvemos a Santiago a montar ‘Drácula’, después siguen más presentaciones, giras y nuevos montajes. Todo va avanzando constantemente”, advierte.

El año pasado el ballet del Teatro Municipal de Santiago también estuvo en Magallanes. En esa oportunidad presentaron “Don Quijote” en el gimnasio de Cordenap, ya que el Teatro Municipal de Punta Arenas estaba en pleno proceso de reparación. Para Rodrigo el hecho de volver a Magallanes este año tenía además otro componente relevante: apreciar cómo había quedado la remodelación del principal recinto cultural de Punta Arenas y tener la oportunidad de presentar en él un espectáculo de primer nivel. Fue Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal de Santiago, quien le comentó que la remodelación del edificio magallánico consideraba volver a su modelo original, lo que implicaba una serie de mejoras a lo que hasta hace poco se conocía de él. “Yo estaba feliz cuando lo supe, más encima volver a Punta Arenas por segundo año consecutivo, y qué mejor que hacerlo con un espectáculo de alto nivel y tener la oportunidad de estar en un teatro hermoso y que hace poco fue reabierto. Yo creo que, de todas maneras, la gente se merece esto, porque es una maravilla que los magallánicos puedan contar con un teatro así”, dice.

La última función de la gira magallánica 2012 se realizó el pasado miércoles 24 y al término de ella el público asistente ovacionó a Guzmán y al elenco de bailarines. “Lo de la última función y las palabras del alcalde fueron algo muy especial. Yo sé que han pasado muchos años desde que me fui, pero siempre recibo el cariño de la gente de acá. Lo de ese día fue muy particular porque se trata del cariño de la gente que te saluda y que valora al artista de Magallanes que está tratando de hacer lo mejor. En ese día sentí que los aplausos eran como un gran abrazo, muy cálido y muy especial”, comenta.

Señala que “el año pasado dije lo mismo cuando vine acá, pero es cierto. Siento que volver a Punta Arenas me permite renovar fuerzas en todo sentido, porque me reencuentro con esos sueños, por qué salí de aquí o por qué fui tan lejos a tratar de lograr mis sueños.

Venir acá con el ballet del Teatro Municipal de Santiago es como recordar que lo logré, que hice realidad esos sueños y que lo que queda es disfrutar, agradecer a Dios, a mi familia, a los amigos y a toda la gente que me ha apoyado”.

Proyecciones de un bailarín

Cuando el ballet todavía no llegaba a su vida, Rodrigo se proyectaba a futuro como miembro de las Fuerzas Armadas.

Incluso en la actualidad, cuando se siente completamente realizado como bailarín de ballet, reconoce que cuando escucha una banda de guerra surge una sensación especial por la profesión militar que en algún momento pensó seguir.

Aunque optó por el ballet, ha tenido la oportunidad de usar uniformes, como en el montaje presentado en Punta Arenas cuando lució una tenida militar para interpretar al teniente de la Armada estadounidense, Pinkerton, que seduce a la bella geisha japonesa Butterfly.

Rodrigo compara la carrera de un bailarín de ballet con la de un deportista de alto rendimiento. Es que hay que considerar la responsabilidad que se tiene en el escenario, en el caso de los bailarines, o en la cancha de fútbol con los futbolistas. Y la duración de la carrera va a depender de esa responsabilidad, de las condiciones y del desempeño que se tenga. “Si eres un bailarín principal el desgaste será mayor, entonces quizás pasados los 40 años vas a sentir más el desgaste físico. Haber llegado a este puesto de bailarín principal es más complicado, porque tengo mucha exigencia y debo tratar de cuidarme al máximo posible. Hay varios factores que influyen y también cómo quieres tú dejar la carrera. En estos momentos todavía no lo he pensado, yo tengo 33 años actualmente y me gustaría seguir bailando muchos años más”, precisa.

Y en este esfuerzo permanente por ofrecer un buen espectáculo, el bailarín está conciente que “la gente no tiene por qué saber si a uno le duele la espalda o está con una dolencia en general, porque nuestro trabajo y nuestra misión es entregar nuestro arte y nuestra magia.

Esa es la idea y eso es lo que la gente siempre dice: se ve todo tan fácil. Pero no es fácil, es sacrificio, es trabajar con tu cuerpo todos los días y por eso tu carrera va a depender también de todos esos factores que están relacionados con cómo cuidas tu cuerpo”.

Fuente: El Sofá, suplemento la Prensa Austral

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