En dos tomos fue editada la completa investigación que realizara el salesiano P. Luis Mebold bajo el título de “Catálogo de Pintura Colonial en Chile, Convento-Museo San Francisco”. La publicación fue lanzada el jueves 9 de diciembre en el Museo de Arte Colonial San Francisco de Santiago. Fue posible gracias a la ley de donaciones culturales y al aporte de la empresa GDF SUEZ Energy Andino.
Junto a un númeroso público, participaron en el lanzamiento el P. Inspector Leonardo Santibáñez; el Vicario Inspectorial, P. Vicente Soccorso; y el Obispo Emérito de Punta Arenas, Mons. Tomás González, por parte de la Inspectoría. También se hicieron presentes Mons. Andrés Arteaga, Vice Gran Canciller de la Universidad Católica; Luz Márquez de la Plata, vicerrectora de Comunicaciones y Educación Continua UC; Juan Clavería, country manager de GDF Suez en Chile y María Angélica Zegers, Directora de Ediciones UC.
Dicen los especialistas en arte colonial que este trabajo del padre Luis Mebold es uno de los libros más importantes realizados en Chile sobre este tipo de pintura. Esta publicación es la segunda investigación que realizó este sacerdote artista, quien dedicó muchos años de su vida a estos estudios. El primero fue “Catálogo de la pintura colonial en Chile. Obras de Monasterios y Conventos de Religiosas de Antigua Fundación”, texto que fue regalado por la Pontificia Universidad Católica de Chile al Papa Juan Pablo II en su visita al país en 1987.
El padre Luis Mebold estudió pedagogía en artes plásticas en la Universidad Católica, donde llegó a ser profesor del Instituto de Estética. El arte lo apasionaba no sólo como objeto de estudio, sino también su ejecución, así fue viajó a Italia a estudiar dibujo y técnicas del mural gracias a una beca del gobierno italiano. Entre sus muchas creaciones destacan: los mosaicos de la catedral de Punta Arenas y en el templo María Auxiliadora del Posnoviciado Salesiano de Lo Cañas.
Que esta publicación se hiciera una realidad fue gracias a la perseverancia del mismo sacerdote que antes de morir, el año 2002, dejó a Reinaldo Sapag, amigo del religioso y coordinador general de la edición, y al profesor Jorge Montoya, amigo y editor del texto, comprometidos a concretar la publicación del libro.
Para el profesor del Instituto de Estética Jorge Montoya, uno de los aciertos de este catálogo lo constituye el cuadro “Virgen con el Niño, entre San Francisco y Santa Clara”, que el padre Mebold pudo comprobar que se trata del “óleo firmado y fechado de procedencia americana de mayor antigüedad en el país”.
Esta publicación, presentada en dos tomos, aborda cinco series: vida de San Francisco de Asís, atribuida a Juan Zapaca Ynga, principalmente; vida de San Diego de Alcalá, atribuida al círculo de los Nolasco y Lucas García; vida de San Pedro de Alcántara, de Francisco Isidoro de Moncada; Vía Crucis, del círculo de Lucas García; y la vida de la Virgen, que es anónimo. Además, de obras individuales.
En la serie de 53 obras dedicadas a la vida de San Francisco de Asís, la vida del santo es homologada con la vida de Jesucristo; de ahí los títulos de las obras: “El Nacimiento de San Francisco”, “San Francisco Niño reparte pan entre los pobres”, “San Francisco convierte una fuente de agua en vino”, “San Francisco sana a un leproso”, entre otros.
El primer tomo está dedicado al siglo XVII y segundo abarca desde el siglo XVII al XIX, ambos cuentan con una magnífica fotografía que permite apreciar en detalle la pintura y los textos explicativos incorporados en los escudos o cartelas que cada cuadro incluye para explicar su contenido. La edición contiene además un análisis crítico de las obras, abundante información, los sitios donde han sido exhibidas y bibliografía, entre otros aspectos.
El libro, acogido a la ley de donaciones culturales, contó el apoyo de la empresa GDF SUEZ Energy Andino que realizó este importante aporte a la cultura nacional como una manera de celebrar el Bicentenario.
Fuente: Universia
Reseña Biográfica
El Padre Luis Alejandro Mebold Kóenenkamp nació en Santiago el 25 de agosto de 1925- Fue salesiano desde el 31 de enero de 1944 y sacerdote desde el 27 de noviembre de 1953. Falleció el 18 de junio de 2002, en Santiago.
Desde muy joven se caracterizó por su amor al arte y su dedicación, particularmente, a la pintura, obteniendo su título de Profesor de Artes Plásticas, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, todo lo cual le sirvió para especificar y calificar su apostolado sacerdotal.
Se identificó plenamente con la afirmación que aparece en las actas del Concilio Mexicano (año 1774): El pintor bueno en lo sagrado, es un predicador mudo.
En las diferentes Comunidades Cristianas en las que desarrolló su ministerio sacerdotal, junto con pequeñas y hermosas obras de su pincel y de su mente de artista, dejó la huella de su trabajo de Buen Pastor, preocupado por sus ovejas.
Fue dotado por Dios para gustar del arte. Sabía también leer en la naturaleza la belleza del Creador, la que podía descubrir hasta en los pequeños detalles.
Contemplaba, con admiración, una bella puesta de sol, retenía en sus pupilas la hermosura de un bosque o los verdes valles con sus tranquilos animales pastando, lo que luego estampaba en sus pinturas.
Su gran sensibilidad le permitió admirar y descubrir la grandeza del arte de todos los tiempos y lugares: primitivos, antiguos o modernos. Gustaba hablar de todo esto con pasión y entusiasmo contagiosos.
Cuando comenzaba a pintar entraba en otro mundo, olvidándose del presente, convirtiéndose así el arte en su vida.
