Misa funeral del P. Juvenal Perotti: “Si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos”

1601_5.jpgGalería de imágenes

A las 15 horas del miércoles 16 de enero, se celebró en el templo de la Gratitud Nacional, la misa funeral para despedir los restos mortales del P. Juvenal Perotti, quien partió al encuentro con el Señor la madrugada del martes 15, después de permanecer desde 1996 en la Casa de Salud Felipe Rinaldi.

La Eucaristía fue presidida por el P. Inspector Natale Vitali y concelebrada por el Obispo Emérito de Punta Arenas, Mons. Tomás González, el P. Director de la Casa Rinaldi, P. Luis Burgos y varios de sus hermanos salesianos. Estaban presentes también el personal de la Casa de Salud que atendió al P. Perotti, Hermanas de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora y antiguos alumnos salesianos del P. Juvenal.

De origen italiano, el P. Juvenal nació el 23 de enero de 1920 en la localidad de Busca en Cuneo, la misma región de Don Bosco. Eran tres hermanos de los cuales una fue religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Entró muy joven a la Congregación, a los 13 años, al aspirantado misionero de Bagnolo. En noviembre del año 1935 llegó a Chile: tenía solamente 15 años. El año siguiente comenzó el Noviciado en Macul. Hace sus primeros 1601_6.jpgvotos el 3 de febrero de 1937 y perpetuos el 29 de enero de 1943. Hace su tirocinio práctico en Santiago, La Gratitud Nacional y en Talca. Fueron sus compañeros de estudios teológicos el P. Roberto Carrasco, el P. Miguel Maureira y el José Vidaurre. Después de los estudios de Teología, fue ordenado sacerdote por imposición de manos de Monseñor Teodoro Eugenin el 1 de diciembre de 1946. Su lema sacerdotal fue: “Has sido bondadoso con tu siervo Señor, te ofreceré un sacrificio en acción de gracias” (Sal 115).

El P. Perotti dedicó casi todos sus años de vida salesiana a la comunidad de La Cisterna, Colegio y Parroquia, con un breve paréntesis en La Gratitud Nacional (1957-1962) y dos años en la Casa Inspectorial (1973-1974).

En La Cisterna fue profesor (1939-1940); director (1953-1956); ecónomo de la comunidad y del colegio (1975-1995) y vicario parroquial por largos años. Trabajador incansable. Por ello, como testimonio de su gran trabajo apostólico, el Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín le confirió la Cruz del Apóstol Santiago el 23 de Octubre de 1985.

De su vida, el P. Inspector Natale Vitali recordó en la homilía de despedida: “La vida del P. Juvenal ha sido siempre en la sombra. No le gustaba figurar ni sobresalir. Siempre en segundo plano lo que nos ayuda a entender que todo lo que hacemos, lo hacemos por el Señor: ‘Si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos’”.

El P. Natale agregó que “humanamente hablando, su vida ha sido muy lineal, sin muchos sobresaltos, sin tantas obediencias, siempre en los mismos lugares. Pero nos enseña a hacer todo por el Señor. El P. Juvenal reconoció que el Señor ha sido bondadoso con él, y toda su vida ha sido un sacrificio en acción de gracias”.

1601_7.jpg“El P. Juvenal se esforzó, a pesar que le costaba domar su carácter, de vivir la vida salesiana haciendo bien su trabajo diario. Cuando descubrió el bien que se puede hacer estando sentado en la oficina parroquial, de dedicó plenamente a ese apostolado ‘de la escucha’. Rezaba mucho y ofrecía sus limitaciones físicas al Señor”.

{quickdown:288}