Por la beatificación de Ceferino, Mañumtuaiñ taiñ ñidol: demos gracias a nuestro Señor

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2611_1.jpgAl son de cultrunes y pifilcas, la Congregación Salesiana y la Pastoral Mapuche de Santiago celebraron la Eucaristía el domingo 25 de noviembre en el Templo San Juan Bosco de La Cisterna, para dar gracias Dios por la reciente Beatificación de Ceferino Namuncurá.

La celebración estuvo presidida por el Obispo de Arica, Monseñor Héctor Vargas. Concelebraron salesianos de varias comunidades de Santiago y  miembros de otras congregaciones, entre quienes se encontraban los guías y asesores de la Pastoral Mapuche: el P. Luis Manuel Rodríguez svd y el P. Francisco Belec sme.

Antes de comenzar la Eucaristía, Domingo, Rosita y Manuel Namuncurá, descendientes directos de la familia de Ceferino, conversaron brevemente con la prensa para manifestar su alegría y agradecimiento a la Iglesia de Santiago y a la Congregación Salesiana por la realización de esta acción de gracias. Destacaron que la beatificación de Ceferino representa una oportunidad para el mundo indígena y el reconocimiento a sus valores: “Ahora tenemos un representante de nuestra etnia que va a permitir que nuestra cultura sea valorada de mejor forma”, indicaron.

El templo lo repletaron miembros de la comunidad mapuche, de la Familia Salesiana, de la comunidad parroquial de La Cisterna y amigos de Ceferino, entre quienes se encontraban un grupo de religiosas de la Comunidad Dominica del Cordero. La ceremonia de realizó en castellano y mapudungún, con signos representativos de la cultura originaria y guiados siempre por los padres Belec y Rodríguez, además de la colaboración del dirigente Francisco Painepán.

Lo colores, sonidos y manifestaciones de alabanza y súplica de los mapuches llenaron el ambiente del templo, manifestaciones recibidas con respeto y entusiasmo por la comunidad de la Cisterna, la que incluso hizo esfuerzos por seguir canciones y rezar el Padre Nuestro en mapudungún. El altar y los ambones fueron especialmente ornamentados con mantas realizadas por las manos de miembros de la comunidad.

2611_2.jpgNuestra deuda

Durante la homilía el Vicario Inspectorial destacó que el testimonio y el reconocimiento que hace la Iglesia de la santidad de Ceferino, son un llamado a poner la mirada en la agente sencilla, en los jóvenes, en los pueblos originarios: “Mucho podemos aprender y esperar de ellos, pero también brota un sentimiento de una profunda deuda social con estos sectores de nuestra comunidad”, indicó el P. Leonardo.

Recordó la reciente carta de los Obispos de Chile en relación a la beatificación del joven mapuche, en la que destacaron que él “e
n ningún momento pensó abandonar las raíces de su pueblo ni se le condujo por ese camino. Al contrario, su formación y educación estuvieron siempre orientadas a poner sus cualidades al servicio de su nación y de sus hermanos. Así enfrentó entonces prejuicios y discriminaciones que lamentablemente siguen dañando hoy a los indígenas y sus comunidades, principalmente en los procesos migratorios internos”.

El P. Santibáñez finalmente reflexionó: “La beatificación de Ceferino tiene que ser un profundo llamado a que nos preocupemos de la formación de los jóvenes en todos los ámbitos para suscitar en ellos el amor a la vida, la familia, a su nación y a la solidaridad. ‘En tiempos de intolerancia y de poco diálogo, la vida de Ceferino Namuncurá, ajena al resentimiento, nos entusiasma en el valor del respeto a las personas y en la actitud de perdonar al que nos ofende’, nos recordaron los obispos chilenos al saludar la beatificación de este joven”.

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