Para culminar el día conmemorativo del octavo año de la pascua del Cardenal Raúl Silva Henríquez, la Inspectoría Salesiana celebró una Eucaristía en el Templo de la Gratitud Nacional el lunes 9 de abril.
Por la mañana las máximas autoridades de gobierno y de la Iglesia se congregaron en el Centro de Extensión de la Universidad Católica para homenajear al purpurado salesiano, instancia que reunió a los cuatro presidentes de la Concertación y que fue considerada por los medios como acontecimiento único.
Por la tarde fueron sus hermanos salesianos, presididos por el Obispo Emérito Tomás González, quienes celebraron la Misa recordando la persona y el legado del Cardenal. La ceremonia estuvo llena de símbolos: El cirio pascual encendido el domingo de gloria y que representó la luz que quiere ser la vida del Cardenal para los chilenos; un pan, por su preocupación por los más pobres y desposeídos, su báculo de Buen Pastor y príncipe de la Iglesia; sus memorias; pendones de dos instituciones creadas por él como son la Universidad Católica Silva Henríquez y la Aldea de niños Cardenal Silva Henríquez, entre otros, lograron reflejar la prolífera vida y misión del salesiano.
Fue un ambiente íntimo, amigos, colaboradores, hermanos de congregación y aquellos agradecidos chilenos que nunca se olvidan de su Pastor. Por su parte, Monseñor Tomás González destacó en su homilía – como alumno, amigo y cercano colaborador- los aspectos más importantes de la vida, obra y misión del Cardenal, amante y confiado de su Señor y que siempre quiso lo mejor para su Iglesia y su país.
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