Sobrino del Obispo de Punta Arenas rechaza versión de prensa sobre la salud y presiones para la renuncia de Mons. González

Santiago, 8 junio 2005.
Sobrino del Padre Obispo de Punta Arenas, a través de una declaración, rechaza las afirmaciones que hizo el diario La Tercera en su edición del 26 de mayo, acerca de la salud de Mons. Tomás González y las supuesta presiones para que presentara a la Santa Sede la renuncia a su cargo.

Texto Completo de la Declaración:

DECLARACIÓN

En la edición del 26 de Mayo en un periódico de circulación nacional, se publica una crónica sobre el Padre Obispo Tomás González Morales, Obispo de Punta Arenas, que como familia consideramos inaceptable ya que contiene afirmaciones y apreciaciones erróneas sobre la situación de salud de Tomás.

En el citado artículo, se ponen en boca de Monseñor González, frases fuera de contexto de una entrevista, que pretenden dar la impresión que el Obispo poco menos está inhabilitado y sin pleno uso de sus facultades. Si bien es cierto que el Padre Obispo ha tenido en el último tiempo problemas de salud, no extraños en un hombre de 70 años, situación que él mismo reconoce, la única secuela es un problema a la vista, que lejos está de invalidarlo física o mentalmente como sugiere el texto publicado.

Tomás ha expresado claramente que reconociendo sus limitaciones, su renuncia está fundada en la necesidad de dejar paso en el servicio pastoral a personas más jóvenes, sobre todo en una diócesis inserta en una zona tan dura como Magallanes por su clima y aislamiento.

El Padre Obispo, ha tenido una larga y fructífera labor pastoral, que le merecieron el respeto y la admiración de la población de Magallanes y de todo el país, por su defensa de los Derechos Humanos durante la Dictadura Militar, por su misión en pro de la paz en los días del conflicto limítrofe austral, por su trabajo solidario con los más pobres y los jóvenes, por su reconocimiento al derecho a la honra, la dignidad y la defensa de las personas, aún cuando estas sean acusadas de conductas impropias, todas acciones que en Tomás, responden a su profundo espíritu de caridad evangélica para con todos sus hermanos.

Sin embargo, su grandeza de corazón, su humildad y su profunda fe lo hacen pedir perdón a la comunidad por errores que ha cometido.

Esta trayectoria de un hombre bueno, no puede ser puesta en duda, enturbiándola con comentarios antojadizos sobre su estado de salud y sus condiciones para ejercer su labor pastoral. Menos aún, haciendo conjeturas sobre supuestas presiones que ha tenido desde dentro de la propia Conferencia Episcopal para que renunciara. En todo caso, si esas presiones o insinuaciones fuesen ciertas, sería bueno que quienes las expresan se identificasen por ese medio, e inclusive hemos conocido del categórico desmentido de las supuestas afirmaciones adjudicadas a su secretario canciller.

Un hombre valiente, íntegro, justo y solidario como pocos, no merece terminar su gestión como Obispo siendo cuestionado y denigrado, si no más bien, amerita de recibir el reconocimiento de sus hermanos, del país y de la Iglesia.

Desgraciadamente el artículo que se ha publicado en su Diario, es un aporte al menoscabo y a la intriga, y no a la necesaria gratitud que todos los chilenos le debemos a un pastor, que ante todo debe ser respetado.

Atentamente,

Pedro Hernández González
6.592.251-7