Vestir de rojo escarlata para servir como Jesús

VERSIÓN INTERACTIVA

El P. Ángel Fernández Artime, rector mayor de los Salesianos, se suma a otros 19 hijos de San Juan Bosco que han sido creados cardenales. ¿Cuál será su nuevo rol en el servicio de la Iglesia y qué requisitos se deben cumplir para ejercerlo?

Fue una grata sorpresa. Por primera vez, en la historia moderna de la Iglesia Católica, un Papa «creó» cardenal al superior en ejercicio de una congregación religiosa. El que, más allá de sus méritos y obligaciones, no había servido previamente como obispo.

Por eso sorprendió tanto al ahora cardenal Ángel Fernández Artime, y a toda la Familia Salesiana, la noticia que se escuchó de voz del Papa Francisco durante el Ángelus del domingo 9 de julio. Su nombre aparecía en una lista con otros 20 presbíteros, quienes finalmente fueron «creados» cardenales en un Consistorio celebrado en Roma el sábado 30 de septiembre de 2023.

Detengámonos en el verbo «crear». A diferencia de los obispos, los cardenales no se designan ni se nombran. Se crean. “Es un término jurídico, pero que tiene un significado mucho más espiritual. El Papa «crea» al cardenal. Es una elección que nace de su corazón, de su paternidad. Y lo hace con toda libertad”, explica el también cardenal salesiano, monseñor Ricardo Ezzati.

¿Quién puede ser cardenal?

Para ser «creado» cardenal en la Iglesia se deben cumplir algunos requisitos. Primero, haber recibido la orden sacerdotal, es decir, ser sacerdote. Existieron en el pasado algunos casos excepcionales de cardenales no ordenados, denominados “cardenales laicos”, pero desde 1917 el Papa Benedicto XV promulgó una ley en el Código de Derecho Canónico que estipuló que solo aquellos ordenados sacerdotes o consagrados obispos podrían ser elegidos cardenales.

Juan XXIII dispuso que los futuros cardenales debían ser consagrados obispos, salvo que el Papa hiciera una excepción. Así sucedió con el P. Ángel Fernández y, antes, con el capuchino Raniero Cantalamessa.

Los cardenales son la máxima dignidad eclesiástica después del Papa. Por eso se les ha denominado históricamente como “príncipes” de la Iglesia, un término que Francisco ha tratado de desterrar desde el inicio de su mandato. En 2017, por ejemplo, exhortó: “Jesús no los ha llamado para que se conviertan en ‘príncipes’ en la Iglesia (…). Los llama a servir como Él y con Él”.

El rojo escarlata de las vestiduras de un cardenal no representa el poder de un alto cargo. Es un ropaje que visten personas que están dispuestas a derramar su sangre por la fe en Jesucristo.

¿Qué rol juegan los cardenales?

Asesoran al Papa y desempeñan funciones en las distintas dependencias y estamentos de la Curia Vaticana, o bien, en los diferentes países donde son enviados para administrar asuntos de la Santa Sede.

Entre todos los cardenales forman el llamado Colegio Cardenalicio, órgano que asesora al Papa en relación con el gobierno de la Iglesia o cualquier otro asunto.

Deben reunirse con el Pontífice en los consistorios para aconsejarle sobre las posibles decisiones del gobierno de la Iglesia y, el que es quizás el rol más importante, tienen derecho de participar en un cónclave y elegir a un próximo Papa.

Tras el consistorio del 30 de septiembre de 2023, el Colegio Cardenalicio lo componen 242 cardenales. Entre todos ellos, incluido don Ángel, saldrá el sucesor del Papa Francisco.

Aquí encuentra mucho sentido el término «cardenal» que viene del latín «cardinis», que significa «bisagra». Y es que los cardenales son las «bisagras» alrededor de las cuales gira el edificio de la Iglesia. En torno a su pastor el Papa, y con este, en torno al Señor Jesucristo.

¿Qué rol jugará el cardenal Ángel Fernández?

El rector mayor, en su mensaje al Boletín Salesiano, dice: “El Papa ha considerado que, por el bien de nuestra congregación, luego del consistorio del 30 de septiembre de 2023, pueda yo continuar mi servicio como rector mayor hasta el 31 de julio de 2024. Luego de tal fecha presentaré mi renuncia como rector mayor, como piden nuestras constituciones y reglamentos, para asumir de manos del Santo Padre el servicio que me confiará”.

“¿Qué tarea me confiará el Santo Padre? El Papa Francisco no me lo ha dicho aún. Además, con este amplio margen de tiempo me parece que sea la cosa más oportuna”, complementa.

Un reconocimiento para toda la Familia Salesiana

El cardenal Ricardo Ezzati cuenta que la noticia fue una total sorpresa para todos, incluso para don Ángel, que le escribió a los pocos minutos de enterado.“Estaba tranquilamente hablando con los hermanos salesianos de la Inspectoría del Congo cuando comencé a recibir mensajes. No sabía nada, no tenía ninguna noticia. Ciertamente no es algo que yo pudiera imaginar, ni pedir… Solo desde la fe, querido Ricardo, podré afrontar el futuro”, le comentó.

Monseñor Ezzati enfatiza que esta noticia es un regalo del Papa, pero también un “signo de confianza, de cercanía”, ya que “el Papa conoce que los salesianos estamos para servir a la Iglesia siempre y en todo lugar”.

“Recuerdo que cuando me tocó contestar al Papa San Juan Pablo II, al nombrarme obispo de Valdivia, le respondí que había aprendido de Don Bosco que la Iglesia nunca pide demasiado. Estoy convencido de que nuestro rector mayor vive realmente esa misma realidad y que generosamente aceptó esta invitación”, agrega.

“Me alegro inmensamente por la confianza que el Papa ha tenido hacia su persona y su servicio en la Iglesia. Que un salesiano encuentre un reconocimiento como este significa que la congregación y que toda la Familia Salesiana es una comunidad que está al servicio. Es una confirmación de que estamos en el camino que la Iglesia desea para nosotros”, complementa.

En su experiencia, el cardenal Ricardo ha podido conocer a varios de los 20 cardenales salesianos: “Desde luego he tenido un conocimiento muy directo de la vida del cardenal Raúl Silva Henríquez, por haber sido escogido por él como acompañante espiritual y confesor suyo. Conocí directamente a Stepán Trochta en Roma, cuando venía saliendo de las cárceles del régimen comunista de la entonces Checoslovaquia”.

“Otros fueron mis profesores en la Universidad Salesiana de Roma, como el venezolano (Rosalio) Castillo Lara, el entonces rector, o el cardenal Raffaele Farina, que fue mi profesor de historia. También conocí al cardenal (Ángelo) Amato, que estaba en unos cursos superiores a los míos”, añade.

Sostiene que como cardenales deben “estar dispuestos a dar la vida. La vestidura roja es el símbolo de la sangre que se entrega por llevar a cabo la misión de la Iglesia. En comunión muy estrecha con Jesucristo”.

“A mí siempre me ha gustado la expresión que utiliza San Mateo cuando narra la elección de Pedro. Jesús le dice: ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra yo edificaré mi iglesia’. Y resulta que la única piedra viva sobre la cual se construye la vida del cristiano es Jesucristo, la piedra angular. Pedro no es la piedra angular, pero Jesús desea hacerlo partícipe”, finaliza.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Alejandro Manríquez y Karina Velarde, periodistas

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