Transformando vidas al estilo de Don Bosco

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Las casas y proyectos que acompañan a los niños se conectan con una red de servicios complementarios que buscan la reintegración a la vida familiar o la construcción de una vida independiente, trabajo que se desarrolla en etapas.

Gracias a una investigación realizada con el apoyo de la Subsecretaría de Evaluación del Ministerio de Desarrollo Social hemos sistematizado y ordenado el modelo de atención aplicado en Fundación Don Bosco en estos 15 años de trabajo en favor de los niños, niñas y adolescentes en situación de calle y también de quienes viven situaciones de extrema vulnerabilidad.

Para desarrollar esta investigación revisamos muchísima documentación y bases de datos de los proyectos, complementando con entrevistas a 60 jóvenes y 45 profesionales de los programas y contrapartes de instituciones del Estado.

Un equipo conformado por profesionales de la Fundación y consultores nos dimos a la tarea de analizar el diseño y proceso de nuestras intervenciones y los resultados percibidos. De lo analizado, lo primero a evidenciar es que nuestro modelo de itinerario es original de nuestra cultura salesiana, adaptado a la realidad de Chile.

Las casas y proyectos que acompañan desde la calle a los niños se conectan con una red de servicios complementarios que buscan la reintegración a la vida familiar o la construcción de una vida independiente, trabajo que se desarrolla en etapas:

Encuentro: los equipos de calle van al encuentro de los niños y niñas en los espacios que habitan, comenzando el trabajo vincular y profesional. Se utiliza georreferenciación de los jóvenes a través de una aplicación creada con apoyo de Microsoft.

Motivación: el joven puede asistir a una casa diurna y recibe acompañamiento profesional para la reinserción en las dimensiones familiar, escolar, acceso a servicios y sanación personal, mientras se le asiste en sus necesidades básicas.

Pre-Comunidad: se lleva a cabo en un albergue nocturno para comenzar a dejar la calle y contar con un espacio protegido para la pernoctación.

Comunidad: consiste en una residencia que funciona como un hogar 24/7 y que se constituye en un paso de profundización y proyección vital.

Autonomía: los jóvenes que tienen más de 18 años, que no han logrado recomponer sus redes familiares y se proyectan para la vida independiente, comparten en departamentos de tres usuarios. El equipo no vive con los jóvenes, sino que los acompaña a través de asambleas y atenciones individuales para que logren su autonomía definitiva.

Énfasis valorados

El 93% de los jóvenes dice que su experiencia en la FDB es muy buena y buena. Se valora el proceso educativo como una experiencia significativa que permite el desarrollo personal y de habilidades para la buena convivencia social y el cambio profundo.

Diferencian el modelo de la FDB de los sistemas tradicionales de atención, valorando la preocupación afectiva del equipo, asociado a comprensión, cercanía emocional, guía del educador, con la sensación de no abandono y protección en un ambiente de familia.

Resultados específicos:

  • Logra reinserción educativa 37%
  • Disminuye consumo drogas 46%
  • Ingresa a residencia de protección 20%
  • Resignifica vulneración 55%
  • Supera situación de calle 29%
  • Logra revinculación familiar 7,4%

Por Sergio Mercado, director ejecutivo FDB

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