Conectando la Realidad

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La rapidez y alcance de los avances tecnológicos nos hacen pensar que la ficción es superada permanentemente por la realidad. Aquello que concebimos como futurista e inalcanzable hace algunos años está incorporándose a nuestra cotidianeidad.

Casi como una profecía audiovisual, la serie de Netflix Black Mirror nos adelantaba, en su capítulo White Christmas, cómo sería un hogar inteligente controlado por una persona mediante un chip insertado en su cabeza. Dicho dispositivo, vinculado a una matriz tecnológica de la casa, le permitía controlar electrodomésticos y diversos aparatos.

Imagina que estás en tu habitación y que las cortinas se abren automáticamente; en el cielo de tu cuarto aparece información del clima y la recomendación de un lugar para visitar durante el día. Te levantas de la cama y al entrar al baño el espejo te pesa y te mide. Al llegar a la cocina recibes una recomendación de recetas que podrías realizar para el desayuno de acuerdo a lo que tienes en tu despensa y en el refrigerador. En caso de que no cuentes con alguno de los ingredientes puedes solicitar comprarlos mediante una instrucción por voz.

Lo anterior es muy parecido a la serie de Netflix, pero ya no es ficción. A esta idea se le conoce como “internet de las cosas” o IoT (Internet of Things), que consiste en la conexión digital de objetos cotidianos a través de internet, permitiendo el intercambio de información automática con otros dispositivos sin necesidad de intervención humana.

El concepto IoT fue acuñado por Kevin Ashton, un británico pionero en tecnología que trabaja con la identificación de radiofrecuencias (RFID), sistema creado en base a sensores universales que conectan el mundo físico con internet.

Conectar los objetos de uso común a internet sirve para incrementar la productividad y eficiencia de las tareas cotidianas y profesionales. Las aplicaciones del IoT van desde productos como refrigeradores, cepillos de pelo y dientes, cámaras de seguridad, señales de tránsito y hasta cintas transportadoras, entre otras.

BIG DATA + IOT

En la edición 196 del Boletín Salesiano hablamos de la Big Data y sus características. Es, precisamente, este concepto uno de los que más se vinculan con el internet de las cosas. ¿En qué consiste este vínculo? Big data es el procesamiento de inmensas cantidades de datos, muchos de los cuales son generados por los artefactos del IoT. De acuerdo a algunas estimaciones de especialistas, al 2020 podría haber 40 mil millones de dispositivos conectados a la red.

La gran cantidad de datos ya existente y que, por lo explicado, seguirá aumentando, respalda la idea de sugerir un cambio de nombre de la Big Data por Huge Data. Serán necesarias grandes unidades de almacenamiento y procesamiento, además de redes de alta velocidad que permitan la transferencia de información, razón por la cual la industria ya está desarrollando la internet 5G.

Marcas como Panasonic y su proyecto Wonder Life- Box han adelantado que tendrán un sistema aplicable para cada aspecto del hogar; por ejemplo, mediante instrucciones a un micrófono direccional insertado en el cielo de la habitación se podrá indicar el deseo de cocinar un pastel. El sistema mostrará la receta sobre una mesa digital touch e indicará cuáles ingredientes hay en casa y cuáles no mediante interconexión con el refrigerador. Aquello que falte podrá ser comprado a través del mismo refrigerador.

En 2015, LG también lanzó un proyecto de IoT llamado “Smart ThinQ”, app que permite interconectar los electrodomésticos por medio de la red Wi-Fi. Lavar tu ropa desde el trabajo o cocinar estando fuera de la casa son algunas de las funciones que podrías realizar desde tu smartphone.

Aunque aún no sea tan concreta la llegada del IoT a Chile, lo cierto es que dispositivos como Amazon Alexa o Google Home -asistentes de voz que conectan dispositivos, llaman a contactos e, incluso, hacen listas de supermercado- adelantan la llegada de esta nueva realidad a nuestra vida.

Según Hans Vestberg, CEO de Ericsson, las repercusiones serán considerables: “Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia”.

“El internet de las cosas nos permitirá mejorar y simplificar nuestras vidas de la mano de ecosistemas más inteligentes y que podrán satisfacer necesidades tan básicas como operar una lavadora, pero a la vez acceder desde donde se encuentre la persona a los sistemas de seguridad de su casa”, explica Germán Sáenz, gerente senior de ciudadanía corporativa y asuntos públicos de Samsung Chile. “Es más que una tendencia o estilo de vida, se transformará en un paradigma”.

Por, Joaquín Castro, Periodista

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