Eucaristía por los Pueblos Originarios: Para ser útiles a nuestro pueblo


Cada último domingo de agosto, nuestra Iglesia celebra la Eucaristía del “Día de los pueblos originarios”, fecha que este año coincidió también con el recuerdo de la memoria eucarística de Ceferino Namuncurá, primer beato salesiano mapuche,  chileno-argentino, que nació en Chimpay, Río Negro, Argentina, el 26 de agosto de 1886.

En la Catedral Metropolitana, el Arzobispo de Santiago monseñor Ricardo Ezzati, presidió la Eucaristía concelebrada por el padre Alberto Lorenzelli, Inspector de la Congregación Salesiana; el padre Gino Jiménez, superior de la Congregación del Verbo Divino y el padre Luis Manuel Rodríguez, capellán de la pastoral mapuche en Santiago, además de otros sacerdotes salesianos, misioneros del Verbo Divino y miembros del clero diocesano. 

Un buen grupo de las Hijas de María Auxiliadora participó en la celebración, junto a los feligreses que asistieron vistiendo sus trajes y joyas típicas. Las banderas atacameña, mapuche y rapa nui lucían bajo el altar de la Catedral Metropolitana, mientras a un costado se podía apreciar una imagen de Ceferino con su frase más representativa: “Quiero ser útil a mi gente”.

“La Iglesia de Chile en el día de hoy se reúne para orar por los pueblos originarios de nuestra tierra”, dijo como bienvenida monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago. Explicó que esta jornada “es una expresión de que todos somos hijos de Dios, de que Dios a todos nos quiere, más allá de nuestra cultura, más allá de nuestro origen, más allá de nuestras formas de vivir humanamente” y que todos tenemos la dignidad de ser hijos de Dios. A modo personal saludó a quienes participaron de la Eucaristía siendo miembros de algún pueblo originario de Chile.

“La devoción a Ceferino Namuncurá ha empezado a divulgarse especialmente en el sur de Chile”, comentó monseñor Ezzati, “quisiéramos que el ejemplo de este cristiano joven inspire también la vida de todos quienes habitamos en esta tierra para ser útiles a nuestro pueblo”.

Refiriéndose al Evangelio proclamado el domingo, el Pastor señaló que “hoy Jesús vuelve a decir a los hombres y mujeres contemporáneos que sólo él es el pan vivo que ha bajado del cielo que puede saciar el hambre y la sed de felicidad de toda la humanidad”. Detalló que seguir a Jesús no es fácil, pues implica perdonar, amar y servir a los otros; sin embargo, expresó que el camino de la cruz lleva a la vida y el amor verdadero.  Agregó que el Señor espera que nosotros repitamos la experiencia de Pedro al responderle “Señor, ¿a quién vamos a ir? Solo tú tienes palabras de vida eterna”. “Ceferino Namuncurá ciertamente vivió esta experiencia”, sostuvo monseñor Ezzati.

Finalmente el Arzobispo recordó que Ceferino, Laurita Vicuña, Santa Teresa de los Andes y el P. Alberto Hurtado, debieran ser para los chilenos, fermento para que la luz de Cristo brille cada día con más intensidad en nuestro país.

La Pastoral Mapuche de Santiago, invitó a los presentes una vez finalizada la Eucaristía, a compartir en los patios interiores de la Catedral, con café, mate y sopaipillas.

Fuente: Salesianos Comunicaciones.

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