P. Inspector: “La vida religiosa tiene que leer los signos de los tiempos”


Reproducimos a continuación la entrevista dada por el P. Inspector, Alberto Lorenzelli, al equipo de prensa de la Conferencia de Superiores y Superioras Mayores de Religiosos y Religiosas de Chile – Conferre, durante los días de la Asamblea General de esta institución, celebrada a fines de abril pasado.

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Durante los días de la Asamblea General de Conferre 2012 tuvimos oportunidad de conocer al nuevo superior de la congregación salesiana en Chile, el padre italiano de origen argentino, Alberto Lorenzelli, que hace un mes y medio se encuentra en el país asumiendo su nueva misión.

Hijo de inmigrantes italianos, el padre Lorenzelli nació en San Juan Matanza, Buenos Aires, Argentina, el 2 de septiembre de 1953. Permaneció en Argentina hasta los 18 años donde conoció a los salesianos. Con el regreso de sus padres a Italia toda su formación la realizó en ese país. “Mi ordenación sacerdotal y todo mi trabajo como salesiano los hice en Italia –recuerda el padre Lorenzelli. Trabajé –agrega– muchos años en Génova donde fui ordenado sacerdote y laboré por muchos años en educación y colegios”. También fue provincial de los  salesianos de la zona norte por seis años. Recientemente, se desempeñaba como  “provincial por cuatro años de todo el centro de Italia cuando el superior general me pidió venir a Chile”, puntualizó.

Simultáneamente, llevaba siete años como presidente de los religiosos de Italia “que son 25.000, porque las religiosas tienen una conferencia distinta. Ellas son 89.000”. En la actualidad, mantiene el cargo que aúna a 262 provinciales. “Tengo el nombramiento –comenta– porque aún no han elegido al nuevo presidente. Sigo el trabajo en Italia con los tres vicepresidentes y todo el consejo de presidencia. Nos vemos frecuentemente por Skype para seguir la preparación de la asamblea de noviembre con carácter electiva”.

Padre Alberto, usted está hace un mes y medio en Chile enviado por el superior general de los salesianos. ¿Con qué misión ha venido a Chile?

La primera misión es aceptar la obediencia que el superior general me dio. Me pidió disponibilidad por la experiencia que tenía en el gobierno de provincias, y sobre todo, porque en la última provincia en que estaba tuvimos varios desafíos.

¿Cuáles?

Como la reestructuración y la resignificación de una provincia que se constituía de cuatro ex-provincias en una única provincia. Esta experiencia el superior general la valoró como una posibilidad para Chile, en un momento en que están reflexionando por bastante tiempo los salesianos chilenos apoyados con una comisión de resignificación, que quiere profundizar nuestra consagración religiosa y nuestra misión entre los jóvenes.

Usted ha venido a acompañar este proceso…

Lo estoy acompañando y ya visité todo el norte de Chile y todo el sur. Estoy terminando con las últimas obras nuestras de Santiago. Es un primer contacto con todos los hermanos salesianos para conocer y para escuchar.

¿Y cómo están los hermanos salesianos chilenos?

La primera impresión que tengo es de hermanos muy entregados, muy sacrificados, muy generosos, que están expresando una fuerte disponibilidad a la misión en colegios con numerosos jóvenes, muchísimos. Tenemos colegios con una media de 1.200 a 1.600 estudiantes, y esto presenta un empeño particular muy grande. Veo en los salesianos esta gran disponibilidad y generosidad. Encontré, además, salesianos con una gran experiencia de trabajo, con mucha sensibilidad en el carisma típico de don Bosco que es educar a los jóvenes, prepararlos bien para que sean honestos ciudadanos y buenos cristianos. Me parece que el trabajo lo hacen muy bien. Veo, también, un buen trabajo de evangelización, porque hoy la sociedad y los jóvenes necesitan también que les hagan buenas propuestas evangelizadoras para involucrarse mucho más en la vida eclesial.

¿Qué desafíos ve para los salesianos chilenos?

Son los que viven toda la vida consagrada en el mundo. Tenemos que volver siempre más a una autenticidad de nuestra vida, a ser testimonio de radicalidad evangélica, a vivir nuestra consagración como imagen de una vida completamente entregada. Vivimos también la dificultad de la baja de las vocaciones. Y esto nos llama la atención particularmente, porque trabajamos con muchos jóvenes y tenemos que entusiasmar y hacer conocer mucho más esta vida, porque creo que hoy el Señor continua llamando a los jóvenes, y su llamada  es, seguramente, fuerte todavía. Nosotros tenemos que tomar el momento particular de esta inquietud para acompañar a los jóvenes. Claro, que si por un lado sentimos fuerte la necesidad de entusiasmar a los jóvenes en la vocación, en otra arista sentimos el desafío de acompañar mucho más a los jóvenes personalmente para que puedan responder y descubrir si el Señor los llama.

Padre Alberto, ¿cómo está la vitalidad de la vida religiosa europea?

La vida religiosa europea está viviendo un momento de gran dificultad, porque a la falta de vocaciones se suma un proceso de envejecimiento fuerte que se siente mucho. Sobre todo, se nota en la vida religiosa femenina. Lo segundo, es que todas las congregaciones, en sus provincias religiosas, están en un proceso de reestructuración muy potente. Y cuando hace un tiempo teníamos varias provincias en cada nación, hoy las provincias son o una única nación o varias naciones de Europa para varias congregaciones. Esto es porque es muy poderoso el proceso de secularización, el materialismo. Todos los fenómenos que la sociedad está viviendo tocan también fuertemente la vida religiosa. Y en este momento la vida religiosa está haciendo una lectura más atenta de la necesidad de una primacía de Dios; de una consagración evangélica más auténtica y radical, de vivir más intensamente y profundamente la vida de comunidad y fraternidad. Una misión que responda siempre más a la voluntad y el carisma del fundador o fundadora, y un proceso de permanente estado de formación, porque hoy la sociedad está en continuo cambio. La vida religiosa tiene que leer los signos de los tiempos.

 ASAMBLEA GENERAL CONFERRE 2012

Padre Alberto, usted ha participado los tres día que duró la Asamblea General de Conferre 2012, ¿qué le ha parecido el desarrollo de este encuentro en el que participa por primera vez?

Lo primero que tengo que decir con mucho gusto es la linda y muy fraterna acogida que he recibido. Creo encontrarme aquí, en esta conferencia, con toda la sensibilidad que tiene la vida religiosa femenina y masculina. Es muy importante, porque hoy en esta espiritualidad de comunión tenemos que trabajar siempre más juntos, reflexionar entre todos. Es la necesidad de que la vida religiosa esté más presente, sea más viva, más vital, en el tejido eclesial donde están presentes los religiosos/as en Chile. Veo también una gran vitalidad, porque hay un gran trabajo de los religiosos/as. Sobre todo veo muchos religiosos/as con una presencia en medio de los más pobres. Es el testimonio enorme de una sensibilidad donde la vida religiosa vive esa pasión fuerte por la humanidad, en especial por esa humanidad que sufre, que a veces está más olvidada y dejada a los márgenes. Me parece que muchos religiosos y religiosas se pusieron ahí a trabajar y a dar la vida.

Las temáticas abordadas ¿qué le parecieron?

Son temáticas que ya tratamos en la conferencia italiana. Son muy vivas, porque hay un documento del Vaticano sobre la autoridad y la obediencia. Es un tema que toca una parte esencial y fundamental de la vida religiosa, porque el voto de obediencia es un voto que nos lleva directamente a Jesús que fue obediente hasta la muerte. Los religiosos y religiosas expresan mucho mejor esta radicalidad evangélica si viven bien el voto de obediencia. Y si viven bien este voto, se vive bien, también, el voto de castidad y el voto de pobreza.

Fuente: www.conferre.cl

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