Misa Funeral del P. Carlos Alonso

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En el Templo de la Gratitud Nacional más de 200 personas se reunieron en la tarde del domingo 8 de marzo para despedir al P. Carlos Alonso, fallecido el vienes a los 78 años de edad, 59 de salesiano y 51 de Sacerdocio.

Presidió la Eucaristía el P. Inspector Leonardo Santibáñez y concelebraron gran cantidad de salesianos de las comunidades de Santiago y alrededores. De entre la asamblea se pudo distinguir a un gran número de religiosas y antiguos alumnos.

0903_02.jpgEn su homilía el P. Inspector indicó que siendo alumno conoció al P. Carlos cuando estaba recién ordenado, “lleno de vitalidad, entrega apostólica y fuerza, a veces avasalladora”, situación que se contrastaba con los últimos años de su vida dado su delicado estado de salud: “veíamos en él al Cristo sufriente que misteriosamente daba la vida por los demás mientras recibía el cariño de quienes lo cuidaban y atendían como a un niño. Aquel que vimos ayudando a tantas personas y sobreponiéndose a cualquier dificultad terminó sus días en este mundo totalmente dependiente de otros”.

El P. Carlos nació el 12 de julio de 1930 en Escalonilla, pequeño pueblo a 38 kms. de Toledo y que hoy tiene una población de 1500 habitantes. Sus padres fueron Isabelo Alonso y María Juana Duro.

Hizo sus estudios en el Centro de Instrucción comercial en Madrid y a los 12 años llegó a la Casa de Atocha como Oratoriano. Hizo su aspirantado en Arévalo y su noviciado en Mohernando. Profesa los votos por primera vez a los 19 años edad. Luego de los estudios de filosofía en el Colegio San Fernando de Madrid hace su práctica como tirocinante en Salamanca, después de lo cual es enviado como misionero a Chile llegando el 30 de diciembre de 1953. Estudia teología en la Cisterna y es ordenado sacerdote por el Nuncio Apostólico Mons. Sebastián Baggio el 30 de Noviembre de 1957.

El P. Leonardo indicó que durante sus primeros años de sacerdocio, el P. Carlos fue consejero escolar (inspector general), secretario general y coordinador pedagógico al mismo tiempo, de los colegios de La Cisterna, San José de Punta Arenas, Salesiano de Valparaíso y Juan Bosco de Alameda. “Destacó su liderazgo entre los jóvenes, especialmente en las competencias deportivas donde demostraba su apasionamiento y al mismo tiempo su preocupación por el buen rendimiento de los alumnos y su éxito en los exámenes que en ese tiempo eran tomados por los liceos fiscales de las diversas ciudades. Esta última característica la experimenté también yo al ser su alumno durante un año”, añadió el P. Leo.

0903_03.jpgMientras trabajaba en Valparaíso comenzó sus estudios en la Universidad Católica de Valparaíso para obtener los títulos de profesor de Castellano y de Religión. En marzo de 1969, el P. Egidio Viganó, inspector, y quien fuera su gran amigo, lo nombró delegado Inspectorial de los Antiguos Alumnos. Al respecto, el P. Inspector señaló: “sin duda que el P. Carlos se dedicó con toda su fuerza y energía a esta tarea y mientras sus fuerzas se lo permitieron. La presencia en este día de tantos ex alumnos es ciertamente testimonio de su eficiente trabajo en este campo”.

A partir de 1971 asumió tareas en el campo de la administración en diversos colegios y en la Casa Inspectorial, pidiéndosele especialmente la acogida de los hermanos que allí se hospedaban, el servicio a los hermanos de provincia y las relaciones públicas.

El P. Inspector se refirió también a la pasión por el Fútbol del P. Carlos: “No puedo dejar de mencionar su entusiasmo por el fútbol y por su equipo favorito, llegando a constituirse, al igual que el recordado P. Manuel Acuña, en personas que tenían mucho que decir en temas futbolísticos. En el archivo inspectorial encontré una entrevista a ambos en la Nación del 19 de junio de 1990 donde se les consultaba sobre la “mano de Dios” y Maradona y hacían ver el punto de vista de la Iglesia al respecto como buenos sacerdotes amantes del fútbol”.

El P. Leonardo destacó además el gran amor del P. Carlos por Chile y por su patria natal, su cariño y cercanía al Cardenal Silva a quien acompañó en Chile y en tantos viajes al exterior, y también su profundo afecto al P. Viganó.

Concluye el P. Leonardo: “en un viernes de Cuaresma, el Señor Jesús asoció al P. Carlos a su muerte, después de la larga pasión de su enfermedad que rápidamente lo fue invalidando. Hoy lo despedimos de este mundo en este 2° Domingo de Cuaresma cuando el Evangelio nos muestra a Jesús que se manifiesta en la gloria de su transfiguración a tres de sus discípulos que quedan tan entusiasmados con esta visión que manifiestan su deseo de permanecer para siempre allí en el monte y no regresar junto a los suyos y al camino de cruz que ya el Señor les había anunciado. De la misma manera, hace muchos años atrás, el P. Carlos siendo aún un adolescente quedó deslumbrado por el Señor Jesús y manifestó su deseo de quedarse con el Señor y Don Bosco para siempre en la Congregación Salesiana como Misionero”.

Hacia el final de la celebración fue leída una carta de agradecimiento de la familia del P. Carlos y también tomó la palabra el P. Ángel Mercado y un representante de los antiguos alumnos de Valparaíso.