Rector Mayor junto al Consejo General y Salesianos Capitulares despidieron al P. Helvecio Baruffi

0526_02.jpgEn el templo de la casa Generalicia fue celebrada este martes 26 de febrero la misa funeral del Consejero para la Región América Cono Sur, P. Helvecio Baruffi, fallecido de manera repentina el jueves pasado apenas llegado a Roma. La celebración fue presidida por el Rector Mayor, P. Pascual Chávez, en presencia de los demás miembros del Consejo General, de los salesianos de la casa y los participantes al Capítulo General.

Participaron también un hermano y una hermana del P. Helvecio, un salesiano de la inspectoría de Brasil-Porto Alegre y una delegación de las Hijas de María Auxiliadora provenientes de la Casa General y del Auxilium, entre quienes se encontraban sor Yvonne Reungoat, vicaria general, sor Maria Américo Rolim, Consejera para la Formación, y sor Alaíde Deretti, consejera visitadora.

En su homilía el P. Pascual hizo suyo el mensaje de condolencias enviado por Mons. Scaramussa: “su muerte e inmolación traerá bendiciones del Señor para el Capítulo que se avecina. Non esperábamos esto justo ahora, pero el Señor nos desafía y sorprende a cada momento: hágase su voluntad porque Él es siempre nuestro único bien y esperanza. Demos gracias al Señor por la vida de este amado hermano. Baruffi ha querido regresar a Roma, quería ir a Turín, regresar a Don Bosco. Su muerte será semilla que hará florecer el ardor pastoral de los hermanos. ¡Nos hará falta tanto! ¡Pero ahora es feliz, junto a Don Bosco en el paraíso!”.

0626_02.jpg“La muerte, que es siempre un misterio, -ha dicho el Rector Mayor dirigiéndose de forma particular a los salesianos capitulares apenas regresados del peregrinaje por los lugares salesianos- es una invitación a renovar nuestra profesión de fe en el Padre de infinita misericordiosa, que ha prometido una felicidad sin fín a quienes buscan primero que nada el Reino de los Cielos”. Y refiriéndose al pasaje evangélico de Lucas (Lc 12,35-48) ha evidenciado la actitud de espera no como siervos tímidos o miedosos, sino más bien la de siervos “familiares” que rebozan de gozo por el regreso de su señor. “La parábola de Jesús y el fallecimiento de don Helvécio –ha dicho el Rector Mayor- son una solicitud para estar listos, a tener el corazón y la mente gozosamente abiertos al Señor que viene a inundar de luz nuestra vida”.

“Conociendo a don Helvécio mucho más de cerca en estos 12 años en que hemos compartido el servicio de animación y gobierno de la Congregación, estoy convencido que él se ha merecido la beatitud reservada a quien sabe esperar al Señor, viviendo en la fidelidad a cuanto le había sido mandado hacer: «Beato aquel siervo cuyo patrón, al llegar, le encontrará en su trabajo ». Esto significa para nosotros vivir con el corazón desapegado de los valores no definitivos, tensionados hacia el futuro, y en estado de vigilancia «porque el Hijo del hombre vendrá en la hora menos pensada». Como Don Bosco, con los pies en la tierra, la mente en el cielo y el corazón abierto a todos”.

Al concluir la homilía, don Chávez ha dicho: “Hoy, aunque con dolor por la pérdida de don Helvécio, nos alegramos con él, porque es recibido por el Señor que luego de tocar a la puerta, lo ha llamado  una vez más por su nombre, le ha encontrado preparado con la cintura ceñida y la lámpara encendida,  lo ha hecho entrar en su casa y ahora lo hace sentar a su mesa y lo sirve y colma de gozo y de días sinfín”.

Al término de la celebración el féretro fue dispuesto para ser llevado a la capilla de los salesianos de la Casa Generalicia de Prima Porta en Roma donde ha sido sepultado.

Fuente: Info ANS