Rumania – Ser Don Bosco hoy

En este año dedicado al conocimiento de Don Bosco, InfoANS presenta un testimonio de cómo, todavía hoy, la figura del santo turinés sea capaz de hacer soñar y de motivar a los jóvenes y comprometerlos en la salvación de otros jóvenes.
 
“Soy Andrei Laslău tengo 23 años y soy originario de Bacău, una ciudad del este de Rumania. Crecí como todos los muchachos de mi edad, pero el Señor en su proyecto me ha portado a proyectos que jamás había imaginado. Me inicie como acólito en mi parroquia, después frecuente el seminario menor. Allí buscando algo diferente, me encontré con un libro que narraba la vida de Don Bosco; era lo que buscaba: Don Bosco era el tipo de sacerdote que me hubiera gustado ser”.
 
Conociendo la historia de Don Bosco, el joven Laslău se acercó a los salesianos y descubrió que aquellos sacerdotes del oratorio que había conocido a través de las páginas de un libro existían de verdad y dedicaban toda su vida a los jóvenes. “Así decidí que la vida de ellos podía ser también la mía”.
 
Laslău realizó la primera profesión como salesiano en el año 2009. Después de los estudios de filosofía en Nave, los superiores lo enviaron de nuevo a Bacău para ocuparse del oratorio. “Quién se hubiera imaginado que estaba llamado a realizar el tirocinio en el lugar donde crecí como animador?”.
 
La realidad de Bacău es compleja, pero muy bonita. Los habitantes son cerca de 200.000 y los salesianos viven en una zona popular. La casa de ellos se ha convertido en un centro de interés y un punto de encuentro para los jóvenes y muchachos del barrio y, el nombre y la figura de Don Bosco, gracias al trabajo y al compromiso de los religiosos, se ha convertido en algo familiar.
 
Las actividades mientras tanto se multiplican: “Cuando dejé la casa de Bacău estaba el oratorio y algunas actividades: el grupo de payasos, el después de la escuela, los grupos Amigos de Domingo Savio….. en cambio ahora la comunidad está compuesta por cuatro salesianos, tiene oratorio, un centro diurno – el después de la escuela, un centro para el desarrollo de competencias de vida independiente y una pequeña escuela de cursos profesionales para electricistas e hidráulicos”.
 
Como consecuencia también el compromiso de Laslău ha aumentado: “El oratorio y el centro diurno son las actividades que me ocupan las jornadas: programar, organizar, encontrar los muchachos y los animadores, los voluntarios, proyectar y preparar los encuentros y el centro diurno, estar en el patio y todo lo que he aprendido en estos meses… Estas son las cosas cotidianas. Después con base en el calendario tenemos otras propuestas, como el Verano de los Muchachos, que reúne más de 350 muchachos y cerca de 100 animadores”.
 
Laslău recibe una gran ayuda de los animadores. “La edad media es de 16-17 años y son una explosión de creatividad. Me sucede frecuentemente que yo tengo una idea, la comparto con ellos y juntos hacemos cosas extraordinarias, actividades muy apreciadas por los muchachos. Es como en los tiempos de Don Bosco: una congregación hecha por los jóvenes”. ..

Fuente: InfoANS.

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