Arzobispo pide no destruir “el alma de Chile”

Monseñor Ricardo Ezzati manifestó su dolor por el atentado que afectó el frontis de la Catedral Metropolitana y la parroquia El Sagrario. Llamó a deponer la violencia y a recobrar las confianzas y el diálogo para superar las diferencias en nuestra sociedad.

Acompañado del alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, recorrió pasado el mediodía de este jueves 22 el exterior del templo, donde pudo apreciar los destrozos en los vitrales de la parroquia El Sagrario y en las puertas del templo, causados anoche por encapuchados luego de una manifestación a favor de Aysén.

Monseñor Ezzati expresó que “más que el daño material yo quisiera poner el acento sobre el daño espiritual y moral” de estos lamentables hechos. Agregó que “la Catedral es un símbolo de la historia del país, historia que se ha construido desde el Evangelio de Jesucristo”, por lo que esos atentados “desconocen la historia, desconocen lo que el Evangelio y la Iglesia han construido a lo largo de 450 años aquí en Santiago”.

Añadió el Arzobispo de Santiago que ataques como el mencionado “denigran a la persona que los realiza, porque revelan un ánimo que no está a la altura de una cultura de respeto a las personas y a las instituciones”. Afirmó también que este tipo de ataques “incentivan la violencia y destruyen lo que el cardenal Silva llamaba ‘el alma de Chile’”. Finalmente monseñor Ezzati sostuvo que éste “no es el camino para manifestar lo que uno en Derecho puede manifestar”.

Por último, afirmó que “el primer pilar es construir confianzas. Sin no hay confianza entre nosotros no puede haber diálogo, y si no hay diálogo la respuesta es justamente la violencia, que es un acto desesperado que engendra violencia y no es la solución para los problemas que enfrentamos”.

Por su parte, el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, expresó que “para mí, lo más doloroso, como católico y alcalde de Santiago, fue lo ocurrido acá en la catedral. Cuando hay grupos de personas que ya no sólo no les basta con destruir, sino que son capaces de atacar nuestra iglesia, nuestra catedral, el Sagrario, significa que se ha perdido toda la cordura, todo el respeto, incluso lo sagrado. Ese no es el Chile que queremos”.

Fuente: DOP Santiago – www.iglesiadesantiago.cl

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