La comunidad educativa celebró con profundo sentido de pertenencia la Velada Aniversario N.º 134 del Colegio Salesianos Alameda, el pasado viernes 14 de noviembre.
La ceremonia fue presidida por el Director, P. Juan Bustamante y Rector, Walter Oyarce, y contó con la presencia del Inspector de los Salesianos en Chile, P. Nelson Moreno y Director de la Red de Escuelas Salesianas, Manuel Catalán, quienes acompañaron este significativo momento de memoria institucional y renovación del compromiso educativo.
Este año, la celebración tuvo un carácter especial, al rendirse homenaje a Padre Domingo Tomatis, uno de los primeros diez salesianos que llegaron al continente americano y quien lideró la primera comunidad religiosa salesiana en Chile. Su testimonio de fe, resiliencia y servicio educativo fue reconocido como un legado inspirador que continúa siendo fuente de identidad para nuestra casa salesiana.
El Rector destacó que cada aniversario es una invitación a volver a las raíces, resaltando la figura del Padre Domingo Tomatis, “niño frágil de una vida dura, huérfano desde muy pequeño, que creció con la fortaleza que solo brota de la esperanza”. Subrayó su espíritu de servicio, que lo llevó a convertirse en el primer Director de esta obra, recordando que “al reconocer su legado, reconocemos también el compromiso silencioso y fiel de quienes, año a año, han continuado su obra”.
Asimismo, valoró los logros obtenidos durante 2025, destacando la renovación de la Certificación Ambiental en categoría de Excelencia por cuatro años, señalando que no se trata únicamente de un reconocimiento técnico, sino de una respuesta concreta al llamado del Papa Francisco a cuidar nuestra casa común.
Además, felicitó la renovación de las directivas del Centro de Estudiantes y Centro de Padres, agradeciendo a quienes culminaron su período y animando con esperanza a quienes inician este nuevo servicio. Finalmente, invitó a la comunidad a prepararse desde ya para la celebración de los 135 años, con entusiasmo, compromiso y visión educativa.
Por su parte, el Director centró su mensaje en el amor de Dios como esencia de la misión salesiana:
“El amor es el que también entregan nuestros educadores, educadoras y asistentes de la educación. Yo también descubrí lo que significaba amar cuando fui estudiante de esta casa salesiana, y espero que ustedes, jóvenes, nuevas generaciones, también lo hagan, mirando qué significa hacer algo por los demás, que es lo que llena, al final, un corazón”.
Añadió que la educación salesiana es obra del corazón, y que “los educadores no son solo enseñadores de algo, sino pastores en medio de los niños y jóvenes que se les confían”, recordando que solo el amor logra el verdadero éxito educativo.
Durante la velada, se entregó el Reconocimiento Cardenal Raúl Silva Henríquez al profesor Manuel Lara, quien desde 2022 ha destacado por su testimonio personal, excelencia profesional y profunda identificación con el proyecto educativo salesiano. En sus palabras de agradecimiento, el profesor expresó:
“Al mirar en perspectiva mi trayectoria como profesor en Salesianos Alameda, brota en mí un profundo sentimiento de gratitud. Haber dedicado gran parte de mi vida profesional a esta congregación ha sido, sin duda, uno de los mayores privilegios que he podido experimentar. Aquí no solo aprendí a enseñar al estilo salesiano, sino también crecí como persona y como educador”.
Agregó sentirse acompañado y valorado por toda la comunidad, lo que le permitió desarrollar proyectos y desafíos significativos. Con emoción concluyó: “Siempre he creído que nada ocurre por casualidad. Tal como se dice en nuestra espiritualidad, fue María Auxiliadora quien me llevó a buscar mi camino en un colegio salesiano, y ha sido Ella quien me ha acompañado fielmente por las rutas de la vida”.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la entrega del Premio por Trayectoria y Servicio Educativo, durante el cual se rindió homenaje a la profesora Cecilia Puebla, quien trabajó en nuestro colegio desde 1977 hasta el 2022. Su vida, reconocida como un ejemplo de entrega, vocación y amor por la educación, dejó una huella profunda en innumerables generaciones, transmitiendo aprendizajes y valores que contribuyeron a formar buenos cristianos y honestos ciudadanos.
Durante su extensa labor, desarrolló diversas funciones, integrando el Consejo de Coordinación y desempeñándose como Coordinadora del Área de Apoyo, acompañando con dedicación y humanidad los procesos de estudiantes y familias.