La Familia Salesiana se congregó en la parroquia Sagrada Familia, en un ambiente de profundo recogimiento y gratitud, para despedir a los sacerdotes salesianos P. Patricio Saavedra y P. Juan Cavaggion, quienes retornaron a la casa del Padre el lunes 10 de noviembre, a los 95 y 90 años de edad, respectivamente, tras una vida entera dedicada al servicio de Dios y de los jóvenes.
La Misa de exequias fue presidida por el Inspector de los Salesianos en Chile, P. Nelson Moreno. Concelebraron hermanos de diversas comunidades, quienes se unieron en oración por el eterno descanso de ambos salesianos sacerdotes, cuyas vidas dejaron una huella imborrable.
Durante su homilía, el Provincial reflexionó sobre la singular circunstancia de su partida conjunta, un hecho que interpretó como un signo de la providencia divina.
“No es común que dos hermanos crucen juntos el umbral de la eternidad, pero así actúa el Señor, con delicadeza que solo el amor lo puede entender. Compartieron la misma mesa, oración, comunidad y lecho del sufrimiento. Y hoy comparten también la plenitud de la vida nueva”, expresó.
El Inspector centró su mensaje en la riqueza y diversidad del llamado de Dios, manifestada en las personalidades y carismas tan distintos de ambos sacerdotes.
Del P. Patricio Saavedra, el P. Nelson pintó un retrato de serenidad y profundidad espiritual, destacando su espíritu apacible y contemplativo. Lo describió como: “chileno, sereno de alma, alma contemplativa, fue un hombre de paz, sacerdote que acompañó y escuchó y sembró ternura”.
Su ministerio, marcado por la escucha paciente y consuelo silencioso, fue un refugio para innumerables personas a lo largo de su extenso servicio en comunidades como Concepción, Valdivia y Macul.
El Provincial describió al P. Juan Cavaggion como un misionero de acción, un verdadero motor de la fe. “Italiano misionero, de espíritu inquieto y emprendedor. Fue un obrero incansable del Reino, gestor de obras soñadas y práctico, trabajador infatigable, que quiso hacerse visible en el amor de Dios en lo concreto”.
Su legado se materializa en las numerosas obras y proyectos que impulsó como director en Punta Arenas, Linares y Puerto Montt, demostrando que la fe también se construye con trabajo y dedicación.
El P. Nelson sintetizó esta dualidad, subrayando la unidad de propósito que los animaba a pesar de sus diferencias. “Tan distintos uno del otro. Uno en el silencio que acoge, el otro en la palabra que impulsa. Uno la calma de la contemplación, el otro el fuego de la misión. Y ambos con una misma pasión: que las personas conozcan y amen a Cristo. En ellos la Congregación reconoce dos caminos por los cuales el Señor se hace fecundo”.
El Inspector concluyó su mensaje con una invitación a la asamblea presente, animándolos a seguir el ejemplo de estos dos siervos fieles: “Que su memoria nos inspire a vivir con alegría nuestra vocación, a servir con esperanza y a creer con sencillez. Que cuando llegue nuestra hora, podamos escuchar la misma voz que hoy los acoge a ellos. 'Ven, entra en la morada que te he preparado desde la eternidad'”.
Posteriormente, amigos y familiares, tomaron la palabra para compartir sus recuerdos y testimonios personales sobre el P. Patricio y P. Juan, evocando anécdotas que reflejaban su bondad, fe y profundo impacto en la vida de quienes los conocieron.
FUENTE: Comunicaciones Salesianos Chile