En el gimnasio del COM, templo improvisado, se celebró la misa de despedida para estudiantes de octavo básico. Padres, familiares y amigos asistieron masivamente. 126 jóvenes vivieron una jornada especial: fin de la enseñanza básica, inicio de la educación media.
Encuentro significativo
La misa incluyó signos litúrgicos conmovedores. Cada momento invitó a la reflexión y el agradecimiento. Estudiantes, profesores y familias participaron activamente, ofreciendo oraciones y ofrendas. Simbolizaron el esfuerzo y valores adquiridos.
"Nunca dejen de agradecer a sus padres y al colegio. Tienen tiempo para crecer y relacionarse. Don Bosco nos encomienda una tarea: ser indispensables en familia y colegio", destacó el padre Héctor Vásquez, Representante Legal del COM.
Acto de alabanza y agradecimiento
La misa fue celebración y despedida. Las emociones fluían al ver estudiantes y familias agradeciendo. El gimnasio, repleto, atestiguó la alegría, fe y unidad de la comunidad educativa.
"Termina un proceso. Ustedes tienen intereses, son entusiastas. Equivocarse es parte del aprendizaje. Sean significativos donde estén", desafió el padre Héctor Vásquez.
Tras la eucaristía, cada curso compartió fraternalmente. Profesores, padres y amigos disfrutaron de un espacio de relajación. Hubo agradecimientos, regalos y anécdotas.
Esta misa marcó el fin de la enseñanza básica, inicio de un futuro prometedor. Con fe, solidaridad y compromiso, 126 estudiantes afrontan el siguiente capítulo.