En un ambiente vibrante de alegría y espiritualidad, se llevó a cabo, el sábado 17 de agosto, la esperada Gala del Encuentro de Niños en el Espíritu (ENE), evento que reunió a jóvenes en una celebración festiva y oratoriana, iluminada por los valores Salesianos.
La gala comenzó con una cálida bienvenida, donde los participantes fueron recibidos con animada música y la clásica selfieton, creando un ambiente de comunidad y pertenencia desde el primer momento. Los jóvenes, llenos de entusiasmo y energía, se integraron rápidamente en el espíritu del encuentro, preparados para vivir una experiencia única.
El evento destacó por su buena atmósfera, donde la alegría y la convivencia fueron protagonistas, de la mano con el compartir lleno de creatividad y pasión en un escenario lleno de vida. El propósito fue compartir fraternalmente las diferentes experiencias y vivencias que han vivido durante el año en un clima de alegría salesiana y esperanza cristiana.
Sebastián Lara, Asesor Laico de la Familia ENE, señaló sentirse muy contento por el desarrollo de la gala y de poder disfrutar un espacio de entretenimiento y de dar gracias a Dios por lo vivido durante este semestre. “A nivel personal, estos meses de asesor han sido muy positivos para mi vida pastoral y personal. El trabajar con jóvenes comprometidos con la Salesianidad ha sido muy gratificante. Si bien en el 'detrás de cámara' hay un proceso complejo de preparación y planificación, al final todo vale la pena al ver compromiso y amor a Cristo”, destacó.
La gala ENE no solo fue una celebración de fe y espiritualidad juvenil, sino también una muestra del poder transformador del carisma salesiano. Los jóvenes, inspirados por el ejemplo de Don Bosco, vivieron una noche inolvidable, marcada por la fraternidad, la oración y la alegría, reafirmando su compromiso de seguir el camino de Cristo con entusiasmo y dedicación.
Vicente Fernández, Animador ENE y estudiante de tercero medio del COM, agregó. “La gala significó para mí harta felicidad y un momento de reencuentro con nuestra comunidad y con todo lo que fue nuestra familia. Fue espectacular todo: los distintos premios, la actividad, los juegos, los bailes. Fue todo muy bonito. Sin duda un fin de semana especial para cada uno de nosotros”.
Este evento dejó una huella profunda en todos los participantes, quienes regresaron a sus hogares con el corazón lleno de gratitud y la firme convicción de que, con la guía de Don Bosco, pueden ser luz en el mundo y agentes de cambio en medio de los jóvenes.