En el Colegio Salesiano Macul, creemos que la educación en valores comienza en lo cotidiano. Por eso, esta semana quisimos reflexionar junto a nuestros estudiantes sobre la importancia de la puntualidad, un valor que va mucho más allá de llegar a tiempo: es una forma concreta de expresar respeto por los demás, responsabilidad personal y compromiso con nuestra comunidad.

A través de un video realizado con los niños, compartimos ejemplos sencillos pero muy significativos:

• Si llegamos tarde al doctor, podemos perder nuestra atención médica.
• Si llegamos tarde al aeropuerto, perdemos el vuelo y con ello oportunidades valiosas.
• Si llegamos tarde al colegio, perdemos clases fundamentales para nuestro aprendizaje.

Estas situaciones, narradas con espontaneidad por los propios estudiantes, nos invitan a pensar en cómo el tiempo, una vez perdido, no se recupera. Ser puntuales no solo nos beneficia individualmente, sino que también demuestra consideración hacia quienes nos esperan, hacia quienes preparan con cariño cada clase, encuentro y momento compartido.

La puntualidad nos ayuda a organizar mejor nuestro día, a vivir con mayor tranquilidad y a cumplir nuestras metas sin apuros ni estrés. Pero, sobre todo, nos enseña a cuidar el tiempo como un regalo compartido, como una oportunidad para crecer, aprender y encontrarnos con los demás.

Educar en la puntualidad, es también educar en el amor, respeto mutuo, alegría de cumplir con lo que nos corresponde. Como decía Don Bosco: “La puntualidad es el alma de los negocios y el sostén de la buena educación.” Una frase que nos recuerda que los hábitos que cultivamos desde pequeños son los que nos acompañarán toda la vida.

El colegio agradece profundamente a las familias que nos acompañan en esta reflexión y que, día a día, colaboran con el colegio en la formación integral de sus hijos. Sabemos que el trabajo conjunto entre familia y escuela es el corazón de una educación que transforma, que acoge y que prepara para la vida.