La comunidad educativo pastoral del colegio Oratorio Don Bosco celebró una jornada especial dedicada a reflexionar sobre la importancia de la inclusión, el pasado viernes 24 de octubre.
A las 8:00 de la mañana, la campana dio la bienvenida a las familias con una actividad especial dirigida a los apoderados. "Inclusión en una palabra" fue la invitación que convocó a los padres de la comunidad, quienes con entusiasmo escribieron sus reflexiones en un papelógrafo, compartiendo sus visiones sobre este valor que nos une.
Las actividades para los alumnos continuaron durante toda la jornada, invitando a recordar la importancia de vivir la inclusión día a día. Entre los momentos más destacados, brilló la presentación de un baile típico de Colombia, que nos recordó la riqueza de ser una comunidad multicultural conformada por familias de al menos 5 países diferentes.
La dinámica del papelógrafo se replicó con nuestros estudiantes, quienes expresaron su comprensión de la inclusión a través de palabras significativas. Entre las más mencionadas surgieron: respeto, amor, empatía, amabilidad, tolerancia y cariño. Sin duda, la palabra "respeto" resonó con mayor fuerza entre nuestros alumnos.
La voz de la coordinación
Vicente Pedraza, Presidente del CEAL, conversó con Leonor Allende, coordinadora del Programa de Integración Escolar desde 2° básico a 4° medio, sobre cómo el colegio aborda la inclusión. La profesora Allende explicó que "la inclusión la estamos trabajando en todos los sentidos, en lo social, en lo multicultural. Tenemos estudiantes de nacionalidades distintas, tenemos nuestros estudiantes con características distintas, sociales, culturales. También fortalece debilidades que todos los seres humanos tenemos."
La coordinadora destacó que el ODB es un colegio inclusivo que siempre busca apoyar a todos sus estudiantes y familias. "Este trabajo lo estamos realizando desde los profesores, que ayer tuvimos un trabajo muy lindo, hoy día con los estudiantes y las familias, y así vamos avanzando cada vez en un pasito más", concluyó.
El trabajo en torno a la inclusión involucró a todos los actores de la comunidad educativa. Los profesores participaron activamente el día anterior, preparando las actividades que luego compartirían con estudiantes y familias. Esta coordinación permitió que la jornada del viernes 24 se desarrollara con la participación entusiasta de apoderados, alumnos y docentes.
La presencia de familias de diferentes nacionalidades en nuestra comunidad educativa hace que la inclusión no sea solo un tema de reflexión, sino una realidad cotidiana que enriquece nuestra convivencia escolar. Las distintas características sociales y culturales de nuestros estudiantes se convierten en fortalezas que nos permiten aprender unos de otros.
Esta jornada especial reafirmó el compromiso de nuestra comunidad educativa con la inclusión como un valor que se vive y se practica cada día, avanzando paso a paso en la construcción de un espacio donde cada estudiante y familia tiene su lugar y es valorado en su diversidad.