El Liceo Camilo Ortúzar Montt de Macul organizó el jueves 12 de diciembre una jornada de capacitación dirigida a cerca de 30 profesores jefes con un propósito central: identificar y potenciar las fortalezas personales y profesionales de cada docente para integrarlas en su labor en las aulas.

La actividad, a cargo del doctor en Psicología, Andrés Cabezas, abordó teorías del aprendizaje y reflexionó sobre el entorno de los estudiantes, sus culturas, relaciones y desafíos cotidianos. Uno de los enfoques más destacados fue el reconocimiento de las fortalezas del carácter y la necesidad de resaltar lo positivo en las salas de clase.

“El docente habitualmente está evaluando y evaluándose y a veces tiene que hacerlo de manera muy dura, entonces venimos a desarrollar una mayor compasión, autocompasión y mayor altruismo, mayor capacidad de perdonar, que son las llamadas habilidades blandas, habilidades muy propias del ser humano”, afirmó Andrés Cabezas.

En las primeras dinámicas, los docentes compartieron sus fortalezas y exploraron cómo estas contribuyen al ambiente educativo. Durante el plenario, se puso sobre la mesa una realidad común: identificar y valorar las propias capacidades no siempre resulta sencillo.

Este ejercicio promovió una introspección valiosa y abrió el camino para una mayor conexión entre los participantes. “Ha sido una experiencia enriquecedora. Conocer las fortalezas y las habilidades de nuestros colegas que nos conocemos de años, ha sido una experiencia muy bonita. Repasamos largos años de nuestra vida, y reconocer las fortalezas de los niños, sobre todo para que aprendan a conocer también sus fortalezas y vivir en comunidad”, precisó la profesora Rita Arenas.

Un segundo trabajo involucró entrevistas entre colegas, enfocadas en descubrir y destacar fortalezas mutuas. Este ejercicio, seguido por un nuevo plenario, generó reflexiones sobre el impacto del autoconocimiento y el reconocimiento en la construcción de una comunidad educativa más fuerte.

La jornada concluyó con un llamado a valorar cómo las fortalezas individuales de los educadores son esenciales para enriquecer el aprendizaje y la convivencia escolar. Este enfoque, centrado en lo positivo, busca transformar las aulas en espacios de confianza y crecimiento mutuo.

Ada Peñaloza, encargada PME del COM, reafirmó el compromiso del colegio por seguir impulsando iniciativas que fortalezcan la labor docente, con miras a una comunidad educativa más integrada y resiliente: “Sin duda va a fortalecer a su propia persona como también el trabajo en el colegio y, sobre todo, con los niños. Para nosotros aumentar nuestro nivel de aprendizaje, pero también nuestro ambiente de aprendizaje en la convivencia escolar es fundamental”.