El pasado 08 de noviembre, la comunidad educativa del Colegio Salesiano de Concepción vivió una jornada inolvidable al celebrar la Misa de Acción de Gracias en honor a los estudiantes de cuarto medio, Generación 2024.
Con un profundo espíritu de gratitud, familias, educadores y estudiantes se reunieron por última vez en un ambiente lleno de fe y unión, para encomendar a Dios los nuevos caminos que emprenderán estos jóvenes. La celebración no solo marcó el cierre de una etapa, sino que destacó los valores y aprendizajes que acompañarán a esta generación en cada paso de su vida.
Una ceremonia cargada de simbolismo y emoción.
Durante la Eucaristía, se presentaron diversas ofrendas que reflejaron los momentos más significativos de su paso por nuestra Casa Salesiana.
- Un libro y un cuaderno , representando las experiencias pedagógicas y el esfuerzo académico.
- Una imagen de la Sagrada Familia , como símbolo del apoyo y amor incondicional de sus familias.
- La corbata y la insignia del colegio , que llevan consigo el sello salesiano: ser buenos cristianos y honestos ciudadanos .
- El pan y el vino , ofrendas que se transformaron en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, acompañados por el canto de toda la comunidad.
Cada momento estuvo lleno de significado, recordando la importancia de la familia, la fe y la perseverancia en la vida de los estudiantes.
Un mensaje de despedida lleno de esperanza.
Las palabras de nuestra rectora, la Sra. Ida Sepúlveda Flores, y del Sr. Sergio Maturana, presidente del Centro de Padres, fueron un llamado a confiar en Dios ya enfrentar los desafíos del futuro con fe y determinación.
Uno de los momentos más conmovedores fue la bendición de los padres a sus hijos , quienes, con amor y orgullo, hicieron la señal de la cruz en sus frentes, simbolizando el inicio de una nueva etapa.
Con María Auxiliadora en el corazón
Como es tradición, la ceremonia concluyó con el canto a la Virgen del Patio , un momento que unió a todos los presentes en una plegaria llena de recuerdos y gratitud.
Generación 2024, llevamos en el corazón los momentos compartidos, las risas, los aprendizajes y los valores salesianos que les acompañarán siempre. Que María Auxiliadora y Don Bosco sean sus guías en cada paso.
¡Vayan con Dios y sigan construyendo un futuro lleno de esperanza y amor!