El cuarto misionero de la 156° Expedición Misionera Salesiana originario de Vietnam es Vincent Nguyen Tien Nam, salesiano coadjutor que parte hacia Chile.
¡Preséntate, Vincent!
Soy Vincent Nguyen Tien Nam, tengo cuarenta y dos años, y soy un salesiano coadjutor de la Inspectoría salesiana de Vietnam. He sido enviado a realizar la actividad misionera en la Inspectoría salesiana de Chile en el marco de la 156° Expedición Misionera.
¿Qué te inspiró en la decisión de convertirte en misionero?
Nací en una familia pobre, pero con una buena tradición católica. Aunque de joven no pensaba en una vocación, afortunadamente, viviendo en el ambiente educativo salesiano, ya de adulto sentí la vocación y pedí ingresar en la Congregación.
Durante mi tiempo de servicio y formación, tuve la oportunidad de encontrarme con muchos jóvenes en situaciones difíciles; además, los misioneros en el extranjero, cada vez que regresaban a Vietnam para visitar a sus familias, compartían sus experiencias misioneras. Durante muchos años alimenté una fuerte pasión por la misión. Después de reflexionar y orar, decidí convertirme en misionero Ad Gentes siguiendo a Don Bosco.
¿Estás feliz con el destino que te fue asignado? ¿Tienes temores o preocupaciones respecto al nuevo lugar, la cultura o las personas?
Chile es un país completamente nuevo para mí. Pero con un corazón apasionado como el de Don Bosco, era plenamente consciente de ser un pequeño instrumento en las manos de Dios, dispuesto a ser utilizado por Él para lo que deseara de mí. Seguramente tendré que enfrentar muchas dificultades y desafíos, pero me confío totalmente y pongo todo en las manos de Dios.
¿Cómo reaccionaron tus familiares, amigos y cohermanos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
Apenas supieron que tenía la intención de presentarme este año como nuevo misionero, mi madre y mis hermanos intentaron detenerme, porque conocían las dificultades que muchos vietnamitas deben afrontar en el país de misión: barreras lingüísticas, diferencias culturales, problemas de salud... Pero ante mi firme decisión, todos respetaron mi elección y rezan por mí cada día.
¿Cuáles son tus proyectos y sueños para tu vida misionera?
A partir de las dificultades compartidas por los hermanos misioneros que me precedieron, tomé algunas decisiones para mí mismo: mejorar mi dominio del idioma, abrir mi corazón y mi mente a las dificultades y desafíos, aprender constantemente y hacer fructificar los dones que Dios me ha dado para llevar la alegría y la paz de Dios a todos, especialmente a los jóvenes pobres y abandonados, que son el objetivo principal de la misión que Don Bosco dejó a sus hijos.
¿Tienes en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo y vida te gustaría seguir?
Durante mi tiempo de formación, escuché y leí sobre grandes ejemplos de quienes se atrevieron a renunciar a su propia vida para testimoniar el Evangelio, como san Luis Versiglia y san Calixto Caravario. Mi ejemplo a seguir es san Artémides Zatti, que se dedicó a los demás con un espíritu sencillo, humilde y alegre.
¿Cómo estás viviendo la experiencia del curso misionero (Curso Germoglio) y la participación en esta centésima quincuagésima sexta Expedición Misionera?
Me siento muy feliz de ser una pequeña parte de esta misión. Fue Dios quien me llamó, Don Bosco quien me guió y la Congregación la que confió en mí y creó las condiciones para ayudarme a contar con los recursos necesarios para comprometerme con fuerza en la misión que he elegido.
¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes respecto a la elección misionera y la vocación?
Hoy, muchos jóvenes están corrompidos y encadenados por numerosas tentaciones: malas pasiones, tentaciones materiales, tentaciones del placer, crisis espirituales que conducen a la pérdida de la fe en Dios y al alejamiento de los valores del Evangelio.
Se necesita testigos vivos y testigos entre la gente, que contribuyan a la misión que el mismo Jesús confió a sus apóstoles. Ser misionero no significa solamente renunciar a todo para ir a un lugar lejano, sino también dar testimonio a través de nuestra vida cotidiana ante todas las personas que encontramos y servimos. Sean valientes y conviértanse en testigos de Jesús en el mundo de hoy.
FUENTE: InfoANS