Linares: Piedra angular regresa a Parroquia María Auxiliadora
Linares: Piedra angular regresa a Parroquia María Auxiliadora
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La comunidad del Colegio Salesiano de Linares fue testigo de un acontecimiento que trasciende el tiempo y la memoria colectiva. En el marco del inicio de la Semana Salesiana 2025, un hombre, un tesoro y una historia de quince años de espera se encontraron para devolverle a nuestra casa un pedazo de su alma.
Se trata de la primera piedra de la Parroquia María Auxiliadora, un símbolo que se creía perdido tras la tragedia del 27F y que hoy brilla nuevamente gracias a su guardián, Segundo Salvador Astudillo Bahamondez.
La historia de esta reliquia comienza en el dolor. El devastador terremoto de 8,8 grados que sacudió a Chile el 27 de febrero de 2010 no solo derribó muros, sino que también sepultó bajo los escombros símbolos y memorias. La querida Parroquia María Auxiliadorasufrió daños irreparables. En el caos de la demolición y posterior reconstrucción, su piedra angular, testigo mudo de su nacimiento, simplemente desapareció.
Los escombros de la demolición fueron trasladados a un terreno del colegio, donde trabajadores reutilizaron materiales en proyectos personales. Segundo relata que, mientras buscaba entre los restos aquellos elementos que aún servían, un reflejo proveniente de una botella incrustada en un ladrillo llamó su atención. Al acercarse y examinarlo, se dio cuenta de que se trataba de la primera piedra de la parroquia.
En su interior se encontraba una cápsula del tiempo que había sobrevivido al terremoto y al olvido. Dentro de ella, el acta fundacional original de la iglesia, un documento de valor incalculable. Desde aquel día, Segundo la guardó en su hogar durante más de una década.
Fechado el 25 de diciembre de 1915, el acta narra en detalle la ceremonia de bendición de la primera piedra. Fue escrita durante el pontificado del Papa Benedicto XV, la presidencia del Sr. Juan Luis Sanfuentes, y bajo el rectorado mayor de los salesianos, Don Pablo Albera. El documento indica que fue bendecida por el Inspector Provincial Luis M. Nai, junto al director de la entonces "Colonia Agrícola de S. Juan de Dios", Pbro. Luis A. Rojas, y autoridades civiles y eclesiásticas de la época. Su propósito era claro: servir a un populoso barrio carente de iglesias y ser una pública prueba de gratitud a la gran Madre de Dios.
En un acto de profunda humildad, Segundo Astudillo entregó oficialmente la piedra y acta al Director P. Jorge Barrera.