Huertos urbanos: equilibrio en favor del planeta

Medioambiente

VERSIÓN INTERACTIVA

Los espacios de cultivo son cada vez más escasos en las zonas urbanas, mientras que en las agrícolas la sequía e inundaciones reducen la cantidad de suelo apto para las plantaciones de frutas y verduras.

Mientras el cambio climático nos enfrenta a nuevas formas de supervivencia, aparecen innovadoras modalidades para el autoabastecimiento de alimentos básicos.

Los huertos urbanos no son una moda ni una tendencia del momento, vienen a quedarse y darle a la sociedad posibilidades de autosuficiencia respecto de la producción del propio alimento, como era en el pasado.

Son un modelo asociativo que permite a las comunidades conocerse y trabajar en conjunto por su nutrición. Nacen durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, donde comienza a usarse en las ciudades, que llegan a consumir hasta un 40% de alimentos procedentes de huertos urbanos.

Estos “victory gardens” o “war gardens”, como fueron denominados, se convirtieron en indispensables, ya que durante los dos grandes conflictos bélicos muchos países europeos no podían depender de importaciones y había que asegurar el alimento de manera local, masificando así este modelo que hoy es parte de la vida de muchas comunidades.

En el contexto social actual, donde el cuidado del medioambiente es parte de nuestra vida, es que los huertos urbanos son vitales para una revolución alimentaria más justa, pero ¿cómo hacer un huerto y qué necesitas?

Espacio: Lo ideal es aprovechar una terraza o azotea con mucha luz directa. Si no es posible, puedes organizar un espacio para montar el huerto urbano en un balcón, ventana o un huerto vertical. Dependiendo del terreno del que dispongas podrás cultivar una mayor cantidad y variedad de alimentos.

• Recipientes: Podemos encontrar diferentes tamaños para llevar a cabo el cultivo en casa. Si cuentas con menos espacio puedes fácilmente utilizar envases de botellas desechables, potes de yogures, maceteros y cajas de madera, entre otros, para plantar semillas, y en la medida en que vayan creciendo o agrandando, se pueden conseguir nuevos elementos más grandes para el huerto.

• Tierra: Se recomienda comenzar con un buen sustrato vegetal y abonos orgánicos para fomentar el reciclaje y mejorar la calidad de la verdura u hortaliza. Esto lo puedes conseguir a partir de tu propio compostaje, dándoles un ciclo completo a los desechos orgánicos, lo que llamamos ecología circular (reciclar, recuperar y compensar).

• Riego: Se puede hacer de manera manual o con un sistema de riego automático, pequeño, sobre todo para cubrir las épocas en las que no estés en casa o vayas de vacaciones.

¿Qué plantar? Para partir siembra semillas sencillas, como perejil, cilantro, ciboulette, tomates, zanahorias y lechugas, según la temporada. Solo necesitas motivación y un poco de esfuerzo.

Esta forma de autocultivar nuestros propios alimentos genera sostenibilidad y un desarrollo que satisface las necesidades del presente, creando un equilibrio entre el crecimiento económico, cuidado del medioambiente y bienestar social.

Nada mejor que cultivar nuestras propias frutas y verduras, para juntos seguir trabajando por nuestro planeta.

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Comisión Inspectorial de Medio Ambiente (CIMA)

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