Nuestra meta crecer juntos

VERSIÓN INTERACTIVA

La mejora continua en la educación es un proceso sistemático utilizado para identificar, evaluar y perfeccionar de manera constante las prácticas, políticas y resultados pedagógicos con el objetivo de elevar la calidad de la enseñanza y servicio entregado a estudiantes y apoderados.

Este enfoque se basa en la idea de que la educación es un proceso en evolución y que permanentemente se pueden ejecutar mejoras para beneficiar a los jóvenes y comunidades educativas. Comprometidos con la formación de “buenos cristianos y honestos ciudadanos”, nuestra congregación lidera diversos proyectos para que la educación integral de nuestros jóvenes esté a la vanguardia y en sintonía con los nuevos contextos, necesidades y requerimientos.

Transformación digital

Desde 2019 la Inspectoría Salesiana de Chile lleva adelante un proyecto de transformación digital que tiene como objetivo que los estudiantes incorporen prácticas en sus procesos de enseñanza que les permitan manejar herramientas y tecnologías útiles en el panorama educativo y futuros laborales.

Sebastián Arriagada, asesor pedagógico técnico-profesional y líder educativo tecnológico de nuestra congregación, comenta que “este proceso empezó hace algunos años, trabajando primeramente con softwares centralizados de remuneraciones, correos institucionales para unir puentes comunicacionales con las comunidades y estandarización de algunas matrices”.

“Así llegamos a otras medidas que son políticas de gestión tecnológica educativa para acortar este gran horizonte dentro de la red educativa. Los esfuerzos siempre han estado en las comunidades, no es que la tecnología se instaló a partir de la pandemia, sino que ahí se hizo más potente y necesaria”, complementa.

Antes del confinamiento por el Covid-19, ya se utilizaban tecnologías en las escuelas salesianas, como salas de computación y encargados de tecnología educativa. Sin embargo, la transformación digital implicaba un cambio más profundo en la forma en que se impartía la educación.

“Se crea el líder educativo tecnológico en los colegios, algo que concibe nuestra congregación. Ministerialmente esta figura educativa y tecnológica en las escuelas no existe. Para nosotros era una manera necesaria de avanzar, por lo que se planeó esta implementación que ha sido muy útil”, afirma.

Además, durante 2019, se conversó con un socio de Google llamado Nivel A para apoyar a ciertos colegios a convertirse en “colegios de referencia” en términos de transformación digital. Este programa se centró en formar a docentes, actualizar infraestructura tecnológica de las escuelas y mejorar la competencia tecnológica de estudiantes.

Garantizar la igualdad de oportunidades y acceso a las herramientas de educación es uno de los retos de este proyecto de transformación, principalmente porque se trata de competencias requeridas en el panorama digital actual.

“A los estudiantes simplemente les tocó vivir en un espacio en el cual había tecnología, y si vamos a una comuna más empobrecida, comprenderemos que no son tan digitalmente hábiles como los que sí tienen mayores accesos. El concepto de nativo digital es inexistente, porque las capacidades no están dadas por cómo nací, de ser así cerramos los colegios. Si no creyéramos que las capacidades y habilidades se forman con el tiempo y se pueden ir mejorando, no tendríamos escuela ni desafíos”, complementa Sebastián.

Un ejemplo de éxito

El Colegio Salesiano de Concepción celebró durante agosto un hito trascendental en su trayectoria educativa al convertirse en uno de los 50 colegios en toda América Latina en recibir el prestigioso reconocimiento “Google for Education Reference School”.

Un colegio que ingresa a este programa es una institución educativa reconocida y certificada por la compañía estadounidense como ejemplo destacado de cómo utilizar las herramientas y recursos de Google for Education de manera efectiva en su entorno educativo, lo que implica que el colegio ha demostrado un compromiso sobresaliente en la integración de la tecnología en su plan de estudios y enfoque pedagógico.

Sebastián Arriagada enfatiza que en Concepción existieron dos elementos positivos para lograr este reconocimiento: “Hubo un gran trabajo de parte de la rectora Ida Sepúlveda, que visualizó este proceso como parte de la gestión del liderazgo de su cargo. No fue algo que alojaron solo en un líder educativo tecnológico o un informático, sino que ella visualizó que esto era importante movilizarlo como un todo, desde el equipo de gestión”.

“Para ello se generó un grupo promotor, un colectivo de personas compuesto por el equipo directivo y profesores de la escuela (Cristián Carrasco, Danilo Chávez, Gonzalo Hidalgo, César Mendoza, Romina González, Cecilia Contreras e Iván Vega), quienes pasaron primero por el proceso de certificación de Nivel 1 en competencias básicas. Con este enganche y ganas empezaron a promover el uso y aprendizaje de estas herramientas en el resto de los docentes”, agrega.

Este logro abre las puertas a la colaboración intercolegial y promueve un ambiente de aprendizaje continuo y positiva transformación. Para la rectora Ida Sepúlveda “es importante y lo recibimos con humildad. No es la meta, es el medio para lograr desafíos aún mayores y continuar creciendo. Anhelamos formar parte de una red de colegios que nos permita fomentar la colaboración y el trabajo que busque la innovación, facilitar el intercambio de ideas y mejores prácticas educativas”.

Un camino por los estudiantes

Sebastián mantiene que en la transformación digital hay una parte que es formativa, otra que es de condiciones técnicas mínimas, como el internet o equipos, pero hay un elemento fundamental que tiene que ver con los estudiantes, ya que son parte de este espectro de transición, porque son los usuarios finales.

“Queremos que incorporen competencias tecnológicas y, por lo tanto, los estudiantes deben poseer ciertas características, como ser parte de una experiencia educativa en la cual se incorpora Classroom. Todos lo vimos en la pandemia y la mayoría entendimos que la sala no es solamente aquellos metros cuadrados que uno habita presencialmente, sino que el aula puede ser un espacio híbrido en el cual complementamos el trabajo presencial”, agrega.

“Este programa requiere también que los estudiantes utilicen varios programas colaborativos de Google para educación, como documentos, presentaciones y hojas de cálculo, lo que les servirá ahora y en el futuro”, comenta.

En una etapa inicial, el colegio reconoció la necesidad de incorporar herramientas tecnológicas para la educación, implementando el uso de Classroom y Meet como una solución esencial, sobre todo en pandemia. Se establecieron directrices para la carga de material, creación de guías y rúbricas de evaluación, todo ello realizado a través de la plataforma, lo que marcó el inicio de la transición hacia la educación digital.

Para garantizar una adopción efectiva de estas herramientas se llevaron a cabo capacitaciones para profesores y estudiantes. Estos programas de formación permitieron a educadores y jóvenes familiarizarse con el uso de las herramientas de Google, en el que Classroom se convirtió en el espacio principal para revisar material y fomentar la interacción entre estudiantes y docentes.

La comunidad educativa comprendió que las herramientas de Google no eran una versión digital del papel, por lo que se aprovecharon sus ventajas y características únicas para crear experiencias de aprendizaje innovadoras propias del entorno, hito importante en la transición hacia un modelo educativo más avanzado.

Con el retorno a la presencialidad, la comunidad educativa penquista decidió mantener y fortalecer el uso de las herramientas dentro del aula. Esto complementó la experiencia de aprendizaje en el aula presencial con el uso continuo de las plataformas y el objetivo de transformar el aula en relación al tiempo prepandemia.

Este proceso de implementación gradual y evolución en la forma de utilizar las herramientas de Google ha sido fundamental para adaptarse a las demandas educativas cambiantes y en la mejora constante de la calidad de educación que ofrece el establecimiento.

La transformación digital de Salesianos Concepción ha permitido generar clases más interactivas, en las que los estudiantes participan desde sus Chromebooks, mejorando los aprendizajes y aumentando los niveles de participación.

Esta línea de computadoras portátiles que utilizan el sistema operativo Chrome OS y que se basan en una plataforma más ligera y centrada en la nube brindan a estudiantes la oportunidad de funcionar con la misma herramienta, permitiendo a los educadores la tranquilidad de trabajar sabiendo que todos los jóvenes cuentan con igualdad de recursos digitales a disposición para lograr los aprendizajes esperados.

El colegio ha trabajado con las herramientas de “Google for Education Plus” desde mediados del 2020, donde los estudiantes comenzaron a utilizar Chromebooks en los niveles de 7º, 8º y 1º medio, para gradualmente aumentar la cobertura.

La disponibilidad en cualquier momento del material en Classroom y la posibilidad de hacer consultas de modo asincrónico en horarios diferentes a las clases formales permite a los estudiantes desarrollar tareas en su tiempo disponible o consultar material específico preparado por el profesor. Además, los educadores cuentan con mayores niveles de monitoreo y control sobre los contenidos.

La rectora del colegio sostiene: “Para Don Bosco, nuestro Santo Fundador, siempre fue su deseo contar con lo mejor en bien de la formación de sus jóvenes. Buscó estar a la vanguardia, no por moda, sino porque siempre quiso lo mejor para cada uno de sus jóvenes. Prepararlos para la vida, y que fuesen personas que pudiesen contribuir en la sociedad y la Iglesia de forma efectiva”.

¿Qué, cómo y cuándo enseñar?

Para quienes no están familiarizados con el mundo educativo, el proyecto curricular es un término ajeno y difícil de entender, pero en resumidas cuentas, es el plan que postula qué, cómo y cuándo enseñar. Este documento comprende los objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación que regulan la práctica docente.

La actualización del diseño e implementación del Proyecto Curricular de Colegio Salesiano (PCCS) lleva años de avance. Trabajo que continuó la tarea realizada por el anterior equipo de educación inspectorial liderado por el P. Galvarino Jofré, actual rector de la Universidad Católica Silva Henríquez.

En 2016 se presentaron orientaciones para concretar el diseño curricular base, el proyecto curricular local y las programaciones de aula. La responsabilidad de impulsar nuevamente la materialización del PCCS fue de Vanessa Páez, asesora pedagógica de la Red de Escuelas Salesianas, quien está convencida del impacto positivo de la continuidad del proceso y la búsqueda de la mejora en nuestra calidad educativa.

Un ambiente para aprender

Una de las comunidades educativas pastorales que concluyeron la etapa de diseño y se encuentra implementando su proyecto curricular es la Escuela Agrícola Salesiana de Linares. Proceso liderado por la rectora del colegio, Carmen Gloria Hidalgo, y el coordinador pedagógico, Francisco Aravena.

Según Carmen Gloria, “el desafío es que este proyecto curricular sea útil, porque no se trata de tener un tremendo libro con todo lo que corresponde y que los profesores no lo hagan consciente. Creo que es la gran tarea que tenemos”, expresa.

Añade que el desafío presente y futuro de la educación chilena y mundial es la formación integral y darles sentido a la vida de los jóvenes.

“El estudiante no solo debe ser el mejor en lo intelectual, como Don Bosco lo querría, sino que también debemos preocuparnos del plan emocional, lo familiar y espiritual. Formar integralmente para que el chico no solamente sea un profesional, sino que sea un ser humano feliz y que sea realmente útil en el mundo en el que estamos viviendo”.

Una de las prácticas positivas del colegio para vivenciar el proyecto curricular en toda actividad fue impulsar una cultura de ambiente para el aprendizaje.

“No se trata solamente de disciplina, sino que para vivenciar el proyecto curricular tienes que tener todo en orden. Potenciando una cultura de ambiente para el aprendizaje donde todos están involucrados empieza a generar un ambiente de compromiso y respeto”.

Francisco Aravena lleva alrededor de 17 años en Salesianos Linares y 10 como coordinador pedagógico y fue quien llevó adelante el diseño del proyecto curricular. Para él, los principales desafíos del proceso fueron el conocimiento y articulación de los docentes.

“El primer desafío es articular la cantidad de profesores y distintas áreas que tiene el colegio. En segundo lugar, dar a conocer a los profesores lo que es un proyecto curricular. Que les haga sentido a los jefes de departamento la importancia que tiene y también que este proyecto es parte del trabajo que realizamos a diario como escuela”.

Define el proyecto curricular como la ejecución del Proyecto Educativo Pastoral Salesiano (PEPS). “Es la puesta en práctica de cómo la escuela dice ‘nosotros prometemos esto y lo estamos haciendo a través de estas actividades, talleres y asignaturas’. Es muy importante que el proyecto no quede guardado en un cajón, sino que sea lo que los profesores ejecutan, los estudiantes viven y a lo que tienen acceso dentro de la escuela”, añade.

“A medida que se trabaja un proyecto curricular, nos permite focalizar los objetivos e intereses, además de ordenar todas las actividades que se realizan. Es súper importante tener una visión amplia de todo lo que realiza el colegio y que esté alineado al eje central, que es la misión de nuestra escuela”, complementa.

Seguir mejorando

El principal impacto que tiene un buen diseño e implementación del proyecto curricular en los estudiantes son aprendizajes y una educación de calidad, “ya que pueden acceder a una serie de actividades en las distintas áreas, ya sea artística, científica o técnico- profesional. Eso da libertad y oportunidad de formar en cada una de ellas. Nos permite entregar una formación integral”, añade.

Cuando Francisco y Carmen Gloria asumieron el desafío de la coordinación pedagógica y rectoría, uno de sus objetivos fue mejorar los indicadores internos y externos. Los primeros resultados fueron la mejora paulatina de los promedios de nota y la titulación que está sobre el 90%, uno de los más altos de los colegios de la región. Eso trajo positivos resultados externos.

Los puntajes del Sistema Nacional de Evaluación de Resultados de Aprendizaje (SIMCE) subieron cinco o 10 puntos cada año. “Significó que el colegio pasó de ser una escuela que estaba en la categoría de desempeño medio-baja a estar en una categoría alta y la enseñanza media algo similar”, expresa Francisco.

Los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) para el proceso 2023 fueron igualmente satisfactorios. En Lenguaje y Matemáticas el colegio ponderó el puntaje más alto de la provincia, considerando todos los establecimientos subvencionados y municipales.

“Hemos trabajado en función de estos indicadores que se van complementando. No solamente tenemos mejores notas, sino que todas las evaluaciones de este periodo muestran una mejora continua. Que esperemos siga”, agrega el coordinador.

Salesianos Linares es un colegio de alta vulnerabilidad. Alrededor del 70% de los estudiantes en primeros medios llegan de escuelas de sectores rurales. Por ende, tienen jóvenes de diversas realidades, lo que no ha impedido que los profesores se den cuenta de que se puede lograr aprendizaje de calidad con todos ellos.

“El colegio ha avanzado de a poco en estos 10 años para lograr buenos resultados. Eso ha sido producto de cómo se ha pensado el colegio, colocando a los estudiantes siempre al centro junto a una educación de calidad, y cómo el proyecto curricular y compromiso de los profesores se alinean a esto”.

Francisco es un convencido de la propuesta de Don Bosco. “Me siento muy contento de ser un aporte en esta visión que tenía Don Bosco de ir por los jóvenes. Y por eso es mi definición de calidad, que ojalá un muchacho, independiente de los recursos o situación socioeconómica, tenga la capacidad y libertad de elegir y desenvolverse en lo que él quiera. Me siento muy orgulloso de lo que podemos lograr con los estudiantes”.

Una carrera por la calidad

Una de las leyes que apuntan directamente a la mejora de la calidad de la educación de nuestros estudiantes es la que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, más conocida como Carrera Docente.

Se fundamenta en tres pilares: asegurar la calidad de la formación inicial de los estudiantes de pedagogía, ingreso al ejercicio de la profesión y fortalecimiento del desarrollo profesional.

Los aspectos positivos de este sistema son que resguarda la calidad docente y modifica la distribución horaria de los profesores, aumentando el tiempo para que planifiquen sus clases y preparen evaluaciones.

La ley, vigente desde 2016, fue diseñada para colegios que reciben subvención del Estado. Es de postulación libre y con cupos anuales definidos por el Ministerio de Educación.

La Escuela Agrícola de Catemu fue el primer establecimiento salesiano en entrar a la Carrera Docente. Actualmente, los 22 colegios de la Red de Escuelas Salesianas se encuentran adscritos.

El sistema define cinco tramos en los que todo profesor debe ubicarse en función de una evaluación que mide su desempeño y años de experiencia acumulada. Al alcanzar tramos más avanzados, incrementa su remuneración y podrá postular a cargos directivos. Los cinco tramos se dividen en dos fases: obligatoria y voluntaria. La primera fase se estructura en tres tramos: inicial, temprano y avanzado. La fase voluntaria se estructura en dos tramos: Experto I y Experto II.

Un hogar donde vivir la juventud

Lilian Estica ejerce como docente desde 2010 y llegó a la comunidad educativa pastoral de Catemu en 2020. Allí se desempeña como educadora de Historia, profesora jefa de un cuarto medio, encargada PME, es parte del equipo técnico- edagógico y se encuentra evaluada en el tramo de Experto I.

Señala que el espíritu de la ley de Carrera Docente pretende fomentar o apoyar la mejora en la educación, sobre todo en colegios que tienen mayor vulnerabilidad, atrayendo a los mejores profesores a escuelas con mayor deprivación social.

“Nuestro colegio tiene sobre un 95% de estudiantes vulnerables. Más de 100 niños que si no entran al internado no tienen cómo estudiar o no tienen cómo salir de situaciones complicadas, porque no todos vienen del campo, muchos vienen de poblaciones muy conflictivas, donde hay droga y violencia. El internado viene a ser el hogar donde ellos pueden vivir una juventud normal”, comenta.

El sueño de Lilian como profesora es que todos sus estudiantes puedan aprender, independiente de dónde provengan, necesidades o, incluso, si no tienen ganas de estudiar.

“A partir de esta ley me nacen muchas motivaciones para ver cómo podía mejorar eso, encontré muy buenas claves dentro de la metodología de enseñanza inclusiva. Me he especializado en neuroeducación y trabajo de la educación desde la tecnología. Siempre dije ‘quiero lograr hacer una clase tan buena que mi estudiante aprenda sin que se dé cuenta’. Con las técnicas adecuadas tienes a un estudiante participando, alegre y feliz”, expresa la docente.

Para ella, el factor que incide en el aprendizaje de un estudiante que se puede potenciar a nivel estatal y ministerial es la calidad de los profesores.

“Puedes instalar políticas y lineamientos en las escuelas para mejorar a los profesores. Hoy el docente tiene que especializarse en técnicas de manejo y clima de aula. Cómo tener a los chiquillos felices, estables y respetuosos dentro de una sala. Técnicas para la neurodiversidad de aprendizaje y para enseñarles a pensar más allá de la simple memoria. Educar al profesor, darle más herramientas y asegurarte de que está en un nivel básico de calidad te asegura que el estudiante aprende. Porque es una línea directa”.

Una de las temáticas de la Ley de Carrera Docente es la formación continua. En nuestros ambientes salesianos está impulsada a nivel inspectorial y local, en la que los profesores acceden a diferentes tipos de talleres, cursos y capacitaciones, que les permitan actualizar sus conocimientos pedagógicos. En el caso particular de la Escuela Agrícola de Catemu trabajan de manera permanente con la Universidad Católica Silva Henríquez.

Para Lilian, el Sistema Preventivo de nuestro Santo Fundador, como modelo educativo, es muy bueno, porque apuntó a las necesidades de los jóvenes mucho antes que se hablara del tema a nivel educativo.

“El modelo salesiano te permite trabajar incluyendo a los estudiantes, mucho antes de que apareciera la ley. Si analizamos el Sistema Preventivo de Don Bosco, lo podemos convertir en un modelo de enseñanza en el aula, porque es un modelo que apoya tremendamente la inclusión”.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Karina Velarde y José Miguel Estay, periodista

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