Ansiedad y estrés juvenil ¿Cómo identificarlos?

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Ante los grandes desafíos y problemáticas del contexto social actual, los jóvenes se encuentran susceptibles a convivir con altos índices de angustia.

¿Qué se entiende por estrés? La psicóloga Ilse Cortés lo define como una reacción del sistema nervioso ante situaciones difíciles. Esto puede provenir de estímulos o situaciones exteriores, como actividades extracurriculares, escuela, relaciones familiares, interacción con amigos y actualmente por la pandemia del Covid y sus consecuencias sociales.

Antes de buscar razones al estrés que experimentan los jóvenes y adolescentes, es importante aclarar que en esta etapa de la vida se inicia un proceso de configuración y compenetración con su entorno social, familiar y yo interno.

Etapa de cambios

La psicopedagoga mexicana Liliana Álvarez, directora general de la empresa de consultoría educativa ‘DosDoce’ en México y voluntaria para la ONU desde el 2009 promoviendo modelos de debate, asegura que en este ciclo se vive el primer encuentro con el sentimiento de estrés y ansiedad. “En esta edad los jóvenes se enfrentan a las expectativas de los padres, la presión social, los problemas interpersonales, las calificaciones y presión académica, las preocupaciones sobre el futuro y cómo la pandemia afectará tu proyecto de vida”, comenta.

Comúnmente se asocia el estrés y la ansiedad juvenil con el ámbito académico y familiar, sin embargo, para la psicopedagoga, estos casos son solo algunos de los muchos temas que los afectan: “Los malos resultados académicos son una muestra de las dificultades escolares del adolescente, pero a menudo familia y profesores se centran en lo académico, dejando en un segundo plano otros aspectos personales”.

Los adolescentes experimentan episodios de estrés al momento de enfrentarse ante situaciones difíciles, peligrosas o dolorosas, y a menudo no cuentan con las herramientas o recursos para enfrentar un ataque de estrés o ansiedad.

Liliana asegura que tienden a reprimir lo que sienten y se sobrecargan, lo cual, si es manejado de forma inadecuada, puede desencadenar un trastorno de ansiedad, retraimiento, agresión, enfermedades físicas o el uso de drogas y consumo de alcohol.

¿Cómo reconocer señales?

Las manifestaciones de estrés en niños, niñas y jóvenes no son las mismas, sin embargo, tienen algunos síntomas comunes:

> Cambios en el estado de ánimo que no son comunes, como irritabilidad, sentimientos de desesperanza y conflictos frecuentes con amigos y familia.

> Pérdida de interés en actividades que disfrutaban antes; prefiere quedarse en un solo lugar o aislarse con sus audífonos y redes sociales.

> Anormalidad en las horas de sueño.

> Problemas de memoria, razonamiento o concentración.

> Menos interés y esfuerzo en diferentes actividades.

Los padres y apoderados son de vital importancia en este proceso, ya que a través del contacto cercano pueden determinar, en primera instancia, si el estrés está afectando la salud, comportamiento y sentimientos del joven.

Se espera del adulto responsable una actitud de escucha constante y apertura al diálogo, con el fin de fortalecer la dinámica comunicativa, lo que puede prevenir el desarrollo de estos trastornos, según comenta la profesional.

Gestión del estrés

La psicopedagoga Liliana Álvarez comenta que cada caso es diferente y, según los factores, algunos adolescentes “pueden necesitar más tiempo y espacio para expresar sus sentimientos”.

“Pueden sentirse a gusto hablando sobre lo que sienten o van experimentando, va a depender de su personalidad. Otros preferirán actividades específicas. Es importante que los padres de familia estén atentos a sus comportamientos”, comenta.

Finalmente, la profesional comparte que si un adolescente o joven comenta o muestra indicios de cansancio o poco manejo del estrés, es recomendable tener una consulta con un profesional que pueda ayudar y acompañar el proceso.

Si bien la atención profesional es irreemplazable, la psicopedagoga Álvarez sugiere estos métodos para complementar y mantener controlado el estrés en los jóvenes:

> Realizar ejercicios y alimentarse con regularidad.

> Momentos de relajación y respiración profunda.

> Desarrollo de destrezas afirmativas tales como expresar sentimientos de manera cortés y no violenta.

> Llevar a cabo actividades por medio de objetivos a corto plazo.

> Tomar descansos y momentos de recreación.

La psicopedagoga señala que estas pueden ser algunas situaciones que potencialmente generan estrés en los jóvenes:

> Frustraciones en la escuela.

> Pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismos.

> Cambios en sus cuerpos.

> Problemas con sus amigos o compañeros de escuela.

> Separación o divorcio de sus padres.

> Muerte de un ser querido.

> Mudarse o cambiar de escuela.

> Realizar demasiadas actividades y tener expectativas demasiado altas en torno a estas.

> Problemas financieros de la familia.

Por Gustavo Cano, periodista

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