Desde el honesto ciudadano al deber cívico

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En una ciudadanía que camina hacia el perfeccionamiento de su democracia, también se instala el debate sobre la relación entre derechos y obligaciones sociales. ¿Cómo se inserta el buen cristiano y honesto ciudadano en política?

Cuando Chile instauró la inscripción automática y voto voluntario en 2012, se pensó que ello ampliaría la participación electoral, hasta entonces limitada por el sistema de inscripción manual de carácter voluntario que venía en caída. Se creyó que impulsando el universo de habilitados para sufragar se elevaría la participación de votantes, pero no fue así.

De cara a las próximas presidenciales de noviembre, las cifras no han sido las deseadas, ya que menos chilenos de los esperados acudieron a las urnas a cumplir con su responsabilidad con los destinos de nuestro país. Según datos oficiales del Servicio Electoral, apenas el 49,02% de los habilitados a sufragar votaron durante las elecciones de 2017 y un 41,98 % en 2013.

Esperanza juvenil

Según datos del Servicio Electoral, el plebiscito nacional de 2020, para aprobar o rechazar la opción de una nueva Constitución, hizo que por primera vez más de la mitad de los inscritos acudiera voluntariamente a las urnas.

De ese 50,9% habilitado a sufragar que asistió a votar, gran parte correspondió a población joven menor a 30 años. Según un estudio realizado por sociólogos de la U. de Chile, “el incremento de la participación juvenil vino a compensar el descenso que se produjo en muchas zonas de la población de adultos mayores, dado por el efecto de la pandemia”.

De todas formas, el compromiso político juvenil se debe cuidar. Según el reporte del estado actual de la democracia en 2020 a nivel global, del Centro para el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge, Latinoamérica es una de las regiones con mayor desconfianza en el sistema de participación vigente.

Para consolidar y fortalecer espacios democráticos en quienes se inician políticamente, la educación resulta fundamental a la hora de mantener esta actividad y cooperación social. ¿Cómo motivar el compromiso juvenil?

Actuar como Don Bosco

Tal como señala la socióloga Lola Vásquez, docente e investigadora de la Universidad Politécnica Salesiana Ecuador, Don Bosco desarrolló un sistema que dio respuesta a la situación social de Turín de mediados del siglo XIX, atrayendo a niños, adolescentes y jóvenes campesinos empobrecidos por los efectos de la Revolución Industrial.

Educarlos y entregarles cariño fue un acto político, ya que buscar recuperar la autoestima de jóvenes y sus posibilidades de realización personal implicaron una confrontación con el sistema de entonces, que tendía a desvalorizarlos y negarles la oportunidad de inserción social.

En su mensaje para el Aguinaldo de 2020, el Rector Mayor, P. Ángel Fernández, invitó a inspirarse en Don Bosco como hombre de acción que reflexionaba sobre el significado de sus iniciativas para vivir como honrado ciudadano.

Instó a dar testimonio a los jóvenes de la justicia, solidaridad, protección y educar en una ciudadanía activa y responsable al servicio de la política, para eliminar toda forma de corrupción, cuidar del mundo en movimiento y en migración, la casa común y respeto efectivo de los derechos humanos.

En nuestro país existe una gran brecha económica que se manifiesta en la participación ciudadana. Según información del Servel, en las últimas elecciones municipales, comunas de alto ingreso económico en la capital registraron una abstención del 25%, mientras que en sectores vulnerables alcanzó el 65%.

La participación ciudadana también desciende en zonas rurales, precisamente en aquellos espacios que más requieren de intervención y políticas públicas que eleven el acceso a oportunidades.

Esta situación afecta la representatividad de autoridades democráticas, en cuya elección debería participar el cuerpo electoral del país en su conjunto, además de marginar de la escena política a quienes más la necesitan.

Voto consciente

El país elegirá Presidente de la República, senadores, diputados y consejeros regionales. Para participar activa y efectivamente es necesario el compromiso del voto informado, para que nuestros representantes estén electos bajo el rigor de que desarrollarán programas acordes a los intereses del país.

Gracias a información recabada en los sitios La Tercera y Votamos Todos, te presentamos aspectos a considerar para la elección de tus candidatos.

1- Democracia digital: tendencia mundial que motiva la participación ciudadana en política a través de información compartida por medios digitales. Conocida como e-democracy, crea espacios de diálogo, reflexión social y acceso a información de sujetos políticos. En Chile, durante la elección de constituyentes, estas herramientas cobraron fuerza con el levantamiento de plataformas que se dedicaron a informar didácticamente.

2- Saber qué se elige: para discernir si un candidato es óptimo al cargo que representará es necesario comprender el puesto y sus funciones. Entender cómo funciona la administración del país, entorno político, económico y capacidad de gestión es indispensable para saber si la opción es válida para el puesto.

3- Conocer quién acompaña al candidato: en algunos cargos se utiliza el sistema D’Hondt, método matemático para asignar escaños a través de listas. Es necesario saber quiénes integran el pacto de nuestro candidato, ya que pueden ser electos por “situación de arrastre”.

4- Evitar el voto mediatizado: la falta de datos puede influir en la popularidad de un candidato por sobre la calidad de las propuestas de otro. Más allá de quién lidera encuestas o aparece en medios, el voto debe ser decidido informadamente.

5- Conocer la trayectoria: fuera de la política pública, algunos aspirantes pueden haber aportado socialmente a través de múltiples veredas.

6- Considerar qué te importa: siempre hay temáticas que personalmente nos interesa potenciar más que otras. Elige un representante que satisfaga tus requerimientos.

La invitación es que, más allá del voto obligatorio o voluntario, se construya una conciencia cívica social, en la que se entienda que los espacios de participación política son esenciales para configurar la sociedad. Tener condición de ciudadano no debe solo otorgar el derecho de elegir y ser elegido, sino también el deber de involucrarse y participar.

Por José Miguel Estay

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